41. La Familia Yaoyorozu

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En la habitación de Izuku Midoriya, un nuevo día comenzaba y para él, de la mejor forma, al abrir los ojos, se encontró el bello rostro de su novia quien aún dormía plácidamente mientras usaba el brazo de su pareja como almohada.

El, viendo la tranquilidad de su chica, acaricio levemente su largo, suave y brillante cabello negro, ella, al sentir las leves caricias del albino comenzó a sonreír haciendo que Izuku sonriera de igual manera para después besar su frente.

—Buenos días, Momo. —Midoriya abrazo a Momo hacia el logrando que ella correspondiera y también abriera los ojos para mirar los brillantes ojos verdes de Izuku.

—Buen día, Izu —respondió ella para después besar los labios de su pareja.

Afortunadamente para ambos, era fin de semana así que tendrían libres dos días solo para ellos, sin embargo, el teléfono celular de Momo comenzó a sonar, al ver el numero su sangre se enfrió, su madre llamaba muy temprano y ella se encontraba en la habitación de su novio.

—I-I-Izuku... p-puedes dejarme sola un momento? —Pregunto con nervios en su voz.

—Claro... ¿pasó algo, Momo? —La piel de Izuku se puso casi tan blanca como su cabello cuando la chica le mostro el número telefónico. —S-Será mejor que atiendas, te veo en un momento, recordé que tengo que ir a hacer algo.

Izuku salió rápidamente solo habiéndose puesto una musculosa y sus pantalones del uniforme deportivo de la escuela. Momo solo lo vio salir y sonrió levemente para después contestar la insistente llamada.

—Hola, madre.

—Hija, por fin respondes, ¿Interrumpo algo? —pregunto con algo de picardía en su voz poniendo un poco nerviosa a su hija.

—N-No madre, nada en absoluto hehe.

—Eres aburrida hija. —Dijo la mujer sorprendiendo a su hija, si la señora Yaoyorozu supiera que tan "aburrida" es Momo no la dejaría acercarse nuevamente a Izuku. —No importa, escucha hija, me preguntaba si por fin me presentarías a tu novio, me temo que la próxima semana saldré de viaje nuevamente y tu padre de igual forma, así que, ¿qué dices?

Momo se sintió ansiosa repentinamente, sus padres conocían a Izuku de vista por lo ocurrido en el festival deportivo, así como lo que sucedió en su secuestro. No es como que se sintiera avergonzada del albino, pero no podía evitar tener nervios que poco a poco se convertían en miedo, miedo de que su padre no aceptaran a Izuku. Sin embargo, entonces respiro, los momentos que ha vivido junto a Izuku hasta ese día, esos simples recuerdos le dijeron que tenía que sobreponerse incluso a sus padres, Izuku literalmente había peleado contra sus captores para volver a su lado, lo mínimo que ella podía hacer, era también pelear por Izuku.

—Por supuesto madre, si estás de acuerdo, hoy por la noche a las 7, pediré permiso de inmediato para poder ir a casa junto a Izuku. Podría ser algo difícil por el toque de queda, pero lo conseguiré.

—Muy bien, por eso no te preocupes hija, hare una llamada, enviare un vehículo privado por ustedes a la puerta de la academia, eso podría servir para que les permitan salir.

—Entiendo, los veré esta noche madre.

—Claro hija, cuídate y los espero esta noche.

—Sí, hasta luego.

Momo termino la llamada y dejo el celular en la mesa de noche para después derrumbarse sobre la cama, había tomado una decisión sin consultar a Izuku, estaba segura que no le molestaría, pero solo tendria unas horas para que el albino estuviera listo. Su madre sabía que mientras Izuku la respetara y quisiera, tendria su permiso, pero su padre era otro asunto, el señor Yaoyorozu podría ser alguien bastante exigente.

El Tigre de U.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora