¿Eres un Alien?

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Zim asomó su cabeza por la primera puerta que daba a las escaleras, miró a Dib sentado en la cama contemplando el ventanal, el silenció se había interrumpido por un suspiro del mismo y separaba sus piernas como si fuera hombre en metro.

Entro a hurtadillas a la habitación, los ojos azules de Zim no dejaban de ver a Dib mientras trataba de hacer pasos pequeños y diagonales a la cama, se estiro para tocarle la gabardina, pero antes de hacerlo el contrario se giró rápidamente haciendo una mueca de susto.
—¿Qué haces aquí Zim?
—Pensé que no me habías visto.
—Sentí la presencia de alguien y por eso volteé.
—Bueno Zim solo vino a ver como estabas, me iré para no molestarte humano— Giró su cuerpo, mirando fijamente la puerta deseando no haber entrado.
—¿Así nada más?... ¿Te irás sin decir nada?
—No es Zim el que tiene que decir algo. Yo no fui quien hirió los sentimientos de su... ah... "¿Novio?"
—Tú fuiste el que empezó todo.
—Y tu humano, fuiste el grosero con Zim, ¡Estúpido!
—Se supone que una pareja pone una solución a las discusiones, no las hace mas grandes. Zim, quiero que me digas si podemos estar bien por fin o vamos a continuar de esta manera donde no podamos vernos ni las caras.
—Yo te estoy viendo directamente a la cara humano...

Dib se dio una palmada a la cara mentalmente, apenas se había dado cuenta que se puso de pie, dio un respingon y mientras se quedaron parados viéndose por un buen rato, aun estando en la oscuridad, la luz de la luna dejaba ver sus rostros, hasta que decidió sentarse de nuevo en la cama, junto sus manos. Zim seguía mirándolo, un poco ofendido por la acción del otro, pero intentó incorporarse a la cama de igual manera. Era un silencio incómodo, Zim comenzó a bailotear con sus dedos en forma de ansia e incomodidad, intentó mirarle el rostro, pero Dib se volteara al ventanal evitando el contacto visual.

—Zim pensó que seriamos una pareja bicho-irken perfecta— dejó de mirar la cabeza volteada del contrarío , mirando hacía arriba hasta topar con el techo.
—Zim, las parejas perfectas no existen, no somos una de esas por que somos los que más imperfecciones tiene,¿Quién querría a alguien como nosotros?
—Para Zim la perfección si existe, si tu creés que no eres perfecto para Zim,¿Qué clase de humano mediocre eres?— Volteo rápidamente y lo miro. Lo miró como si se tratara de una víctima incomprendida, tal cuál perrito feo que nadie quiere, y eso a Zim le ofendió.
—¿Mediocre?¿Acaso soy yo el qué hace un problema tan grande cuando en realidad es uno más pequeño?— Dib se dignó a girar su cabeza mirando a los ojos a alien,frunciendo el ceño y apretando los labios con enojo.
—Me refiero a que eres un mediocre porqué creés que no puedes estar con Zim por tus imperfecciones.
—Todos tenemos imperfecciones, hasta tú.
—Zim esperaba que dijeras que era perfecto para Dib-cosa...

Desconcertado,Dib lo miró como si se hubiera perdido en el limbo. De todas las cosas que creía que diría su novio, esa contestación fue la que menos se espero, un lado dulce o "romántico" que incluso él vio que le costó trabajo decir. Fue entonces que Dib se dio cuenta que Zim se estaba esforzando. Estaba esforzándose por estar con él, y no sólo eso, sino también el intento por demostrar lo que siente, tratar de estar con la única persona que ha amado por primera vez. Sonrió, una euforia lleno el cuerpo de Dib hasta elevar su temperatura y ponerle caliente.

—El que seas perfecto o no, no cambiaría nunca lo que siento por ti.
—¡Las adulaciones que le haces a Zim son contradictorias cuando te enojas!— Le soltó un golpe en su pierna derecha mientras mostraba una cara de indignación. 

El chico se agacho tomando su pierna con ambas manos y soltando quejidos—Es mi pierna herida...
—Humano, ¿No estabas curado ya?
—Sólo han pasado unos días,los humanos no regeneramos nuestros tejidos tan rápido. 
—De todos modos, Zim ni te pegó tan duro. De todos modos Zim te perdona y queda a mano contigo.
—No pues, muchas gracias— dijo con ironía.
—Ya puedes besar a Zim— Sonrió triunfante, espero unos minutos para que los quejidos de Dib cesaran y se reincorporara para mirarse de nuevo, sólo miraba como levemente sobaba su pierna con una mano.
—¿No tendré un efecto contraproducente, o si?— Zim se le aventó, besándolo de manera rápida y ruidosa. El chico tomó de la cintura al alíen, empujándolo a su cuerpo para balancearse al cabezal de la cama; ambos acostados, Zim quedo encima de Dib. 

Acariciando su cuerpo como si fuera un terciopelo hermoso, recorrió su mano por debajo de su camisón haciendo contacto con su piel, sus besos eran mas suaves que el comienzo, mezclando poco a poco sus lenguas. La otra mano la colocó por encima de su cabeza quitando esa peluca característica de su disfraz, aventandola del otro lado de la cama. Reincorporó su mano a la cabeza esta vez estimulando las antenas, acariciándolas de arriba y abajo.

Zim estaba excitado, se le notaba claramente cuando metió casi toda su lengua a la boca de Dib y colocaba sus piernas de modo que pudiera rozar la contraparte de su acompañante. Era gratificante el calor que emanaba del cuerpo del humano y lo compartía con la fría piel del alíen. Se sentía el bulto que tanto estaba estimulando Zim con las piernas—¿Quieres que avance?— Se le escuchó decir a Dib mientras se separaba un poco y le miraba a los ojos. 

El de arriba se levanto un poco y desabrocho el botón del pantalón bajando el zipper dejando ver un poco de la ropa interior—Quitártelos— Ordeno.
—Es mas fácil que tu lo hagas por tu camisón.
—Pues quitaselos a Zim.

Dib le tomó delicadamente y lo acostó a lado, bajo poco a poco los mayones de Zim, una vez que cumplió su propósito lo regresó a la pose original. Podía sentir mojada la parte baja de Zim. Él palpitaba.

Bajo un poco sus pantalones junto con su ropa interior. Zim iba a besarle nuevamente, sus labios  iban a tocar los de su humano hasta que sintió algo entrar por su parte baja. Soltó un gemido, y eso fue mas que suficiente para que Dib le penetrara varías veces. Sus gemidos cada vez eran mas alto con forme pasaba cada empujón, sentía como le tapaban la boca con una mano, y con la otra tomaban una de sus antenas. 

Se sentían cada vez mas excitados. Zim ahogaba sus gemidos en la mano de su novio y Dib mordía su labio inferior.

Ambos impúdicos, se dejaron llevar terminando minutos después, quedando sumamente sucios por sus fluidos.

Limpiándose como pudieron, tomaron sus prendas para vestirse.

—Humano, ¿No haz visto mis mayon...
—¡Dib!- La puerta de la habitación se abrió de un portazo, dejando ver una figura femenina agitada y con una cara de desolación.

-¿Zita?¿Que haces aquí?- Ambos trataron de vestirse o cubrirse lo mas rápido posible para que la chica no pudiese descubrir lo que había pasado, aun que fuera evidente. Dib se colocó enfrente de su novio antes de que la chica descubriera la identidad de Zim.

—¡Hay muchos policías afuera de mi casa,tu papá esta con ellos!...— Dijo agitada y temblando.— Están buscando a Zim.
—¿Qué cosas dices humana?¿Por qué buscarían al grandioso Zim cuando esta con su Dib-cosa?— Hizo cara de molestia, ya tenía peluca puesta y se asomó a ver a Zita— Ve y diles que se vayan, estamos muy ocupados, ¿No ves?

Dib se alarmo, se vistió lo mas rápido que pudo, apresurando también al alíen, una vez que habían terminado, salierón de la habitación bajando las escaleras;los demás chicos de la fiesta los miraban bajar mientras todo quedaba en silencio, una luz blanca de afuera alumbraba más que la disco instalada en la casa de Zita.—"¿Qué esta pasando?"— Fue lo primero que paso por la cabeza de Dib.

Una vez tocado el piso se dirigierón a la entrada, ambos asomados desde el umbral de la puerta, la figura autoritaria del Doctor Membrana era visible y deslumbrante. Él ya había mirado a su hijo y compañía.
—Hijo mio...— La voz del padre resonó fuertemente.
—¿Papá?¿Qué significa todo esto?
— Tú tenias razón hijo, yo no debí dudar de ti. Yo ya se la verdad.
—¿A qué te refieres?.
—No aparentes hijo, por favor. Qué tonto fui al no creerte de la existencia de los alienígenas.

Los murmullos se escuchaban por parte de los otros adolescentes que se asomaban desde la casa de Zita—¿El Doctor Membrana dijo alíen?
—Si, yo lo escuche que dijo un alíen.
—¿Un alíen?¿Qué eso no lo había dicho ya antes Dib en la eskuela?— Los rumores de la gente tomaron fuerza en el lugar. Zita se quedó pasmada ante la situación, no podía creerlo.

—Papá, ¿Qué estas haciendo?- Dib comenzaba a ponerse nervioso.
—Dame a ese alíen— Señalando al individuo detrás de su hijo. Dib abrió los ojos con gran sorpresa.

"¿Qué esta pasando?"— Fue lo último que pensó antes de retroceder.

Desde muy lejosWhere stories live. Discover now