00

9.2K 758 1K
                                    

Jungwoo era tan solo un niño de diez años cuando conoció al amor de su vida, o al menos eso dice él.

- Por favor, tengo hambre - Suplicaba el pequeño niño de cabello castaño obscuro, con los ojos llenos de lágrimas y pantalones sucios por el reciente empujón que había recibido por parte de los niños más grandes

- Pues yo también y como soy más grande lo comeré, mirate, eres tan delgado que tal vez ni tengas estomago - Se burló el que tenía su tupper de el oso Ryan, el cual contenía el jajangmyeon que su madre le había preparado especialmente a él, pues se lo había estado pidiendo por tres días enteros

- Sí, seguramente solo estas siendo egoísta al no querer darnos - Dijo el otro niño, este traía su bote de agua color rosa pastel, que dentro traía liquido sabor arándano rojo - Y, ¿qué es esto? ¿Rosa en un niño?

- Yo no estoy muy seguro de que sea un niño - Habló el que traía su tupper, rompiendo en carcajadas después, haciendo que su amigo también lo hiciera

En realidad el bote era de su hermana mayor, pero como a Jungwoo se le había "perdido" el suyo a su mamá no le quedó de otra más que ponerle el de su hermana. De todos modos, Jungwoo no veía nada de malo en que él trajera un bote rosa.

- Tienes razón, siempre llora, es toda una niñita - Habló en del bote, mirándolo con desprecio

- Por favor Taeyong, mi mamá me va a regañar si otra vez no regreso con mis trastes - Pidió de nuevo, se sentía mal, horrible de que le dijeran esas cosas, él era un hombre y su papá jamas le dijo que los hombres no lloraban, así que no entendía porque esos niños sí lo hacían, pero lo que más le importaba en ese momento era su comida y sus trastes

- Que chillona - Bufó el mencionado frustrado - Te los devolveremos, pero primero dejanos comer, no puedo hacerlo si me miras de esa manera tan incomoda - Dijo frunciendo los labios y el entrecejo

Jungwoo sólo bajó la cabeza y soltó sus lágrimas lentamente, era lo único que podía hacer, ellos no le iba a devolver su desayuno, Daniel menos, él siempre hacía lo que Taeyong decía, ¿porqué? No lo sabe, pero siempre fue así, aunque de todas maneras Kang no se veía disgustado con las ordenes que el mayor le daba.

Iba a darse vuelta y regresar a su salón, cuando escuchó la voz de un chico, grande por lo que podía oír en su timbre.

- Ey, mocosos, devuelvanle sus cosas si no quieren que le diga a la directora que lo han estado molestando - Dijo el chico, haciendo que Jungwoo levantara su rostro sorprendido y viera a quien le pertenecía esa voz

Oh my gosh.

Fue lo que pasó por la cabecita de Jungwoo al ver al chico parado detrás de sus bullys. Era alto y grande, mucho más grande que él, pero era joven. Tenía unos ojos grandes y encantadores que aunque irradiaban molestia se les veía un brillo peculiar, sus labios gruesos y con la flecha de cupido muy bien definida en el superior, piel levemente morena, porte imponente.

A Jungwoo le brillaron los ojitos cuando sus miradas se conectaron.

Su corazoncito iba rápido, no entendía muy bien, jamás le había pasado con alguien, bueno, solo cuando su mamá lo regañaba, pero ese chico no era su mamá y no lo estaba regañando, además que para nada se sentía asustado o con un sentimiento familiar, más bien se sentía emocionado. Le preguntaría a su mamá porqué se sentía así cuando llegara a casa.

- ¿Tú quien eres? - Preguntó Daniel con el entrecejo fruncido

- Que te importa, ahora devuelveselo - Contestó seco, era un niño grande y podía hablar como niño grande, o eso pensaba Jungwoo

Casate Conmigo | Luwoo Where stories live. Discover now