Capítulo 34: Calvin, ¿Qué hiciste?

9.8K 1K 129
                                    


Esos días oscuros pasaron rápidos en mi mente, apenas había asimilado la muerte de mi madre cuando en la noche era su funeral y al día siguiente en la mañana había sido el entierro. Brian estuvo conmigo en todo momento, la chicas también, todos me rodeaban y me intentaban transmitir las fuerzas que necesitaba, a lo lejos detrás de un árbol pude ver el asomo del cuerpo de una pequeña chica, creo que era Trami, pero no estaba segura, ni tampoco se acercó a darme el pésame, así que no le di importancia.

Esa semana el señor Craft me ayudó con el papeleo y las cuentas de mi madre, al parecer era heredera de todos los fondos que ella había reunido todos estos años, la casa también me pertenecía y su negocio, pero preferí cerrarlo, nunca logré entender las ventas y no era como si alguna vez la ayudé en eso. El sacerdote Requena estaba vivo, recuperándose en su casa, intentó llamarme un par de veces pero me negué, lo odiaba como nunca odié a nadie.

Intenté enfocarme en terminar los proyectos finales, los días eran grises, nublados, lluviosos, a pesar de haber pasado medio mes y ya había aceptado la idea de que no vería más nunca a mi madre, lloraba cada vez que me acordaba de su sonrisa, de sus mimos e incluso de las peleas.

Intentaba distraer mi mente involucrándome con las chicas en la organización del baile de graduación que sería dentro de tres días, fuimos a alquilar unos vestidos elegantes de gala, yo elegí uno color uva —el color favorito de mi madre—, tan oscuro que en la noche podría hacerse pasar por negro.

Me habían aceptado en la universidad del norte, era oficial, intentaría empezar mi nueva vida yendo con Brian ahí, vendería mi casa e intentaría comprar un apartamento, solo quería avanzar aunque estaba completamente rota y solo quería echarme a morir.

Llegué a mi casa, Brian no pudo traerme porque tenía práctica de futbol, mañana sería el partido final y yo debía ir a apoyar a nuestra institución como el resto de la escuela. Tiré mi bolso al suelo y me lancé al mueble  cuando de repente el timbre de la casa sonó y solté un suspiro de queja.

Me levanté y abrí sin ni siquiera ver por el picaporte.

Era Calvin.

Parecía ligeramente incómodo, en sus manos traía una gran caja de pizza y en su otra mano una bolsa con dos envases de refresco.

— ¿Puedo pasar? —preguntó con una ligera sonrisa.

—No —le cerré la puerta en la cara.

Esperé unos segundos hasta que finalmente creí que lo había hecho sufrir bastante y abrí la puerta echándome a un lado para darle espacio.

—Solo bromeaba, si traes pizza, claro que puedes pasar —Murmuré. Calvin permaneció inmóvil unos segundos, parecía querer irse a su casa, pero lo pensó mejor y entró.

El olor a pizza me revolvió el estómago de hambre y tomamos asiento en el mueble.

— ¿Cómo te sientes? —preguntó abriendo la caja y ofreciéndome un trozo, lo acepté gustosa y cuando di el primer mordisco fue glorioso, tenía mucho tiempo sin comer realmente bien, no me provocaba.

—Bien, supongo —dije—, dentro de un mes me iré a la universidad del norte, la casa está en venta, es un cambio necesario.

Le comencé a quitar las aceitunas y las coloqué dentro de la caja, odiaba las aceitunas.

— ¿Quieres ir a la universidad del norte? —Murmuró frunciendo débilmente el ceño—; Creí que deseabas la UIC.

—Sí, pero la UIC no me aceptó —dije—. A veces lo que deseamos con todo el corazón no es lo mismo que Dios quiere que nos pase, tal vez porque tenga algo mejor o quiera darnos una lección...

Él fue mi crush primero(#1) [Completo]Where stories live. Discover now