VII. Compañero de travesías

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—Deberíamos hacerlo de nuevo.

Jimin sabe que esa frase que dijo hace unos días en la parada de autobús es la puerta abierta a una relación. Ese tipo de complicidad que se comparte con un compañero de aventuras y locuras —delitos menores, en este caso—. Las palabras brotaron en medio de la euforia y la confianza que fluía por sus venas, su pulso apenas estaba recobrando normalidad y sus mejillas continuaban calientes; necesitaba hacerle saber a su sunbae que deseaba más momentos como esos.

No es como si no lo hubiera pensado a medida que iba aumentando la cercanía con el chico pálido cada tarde que compartían caramelos y conversaciones durante los bloques de detención. Más de una vez quiso sugerir la posibilidad de ir juntos al centro comercial, pero se frenaba al pensar que una propuesta como aquella estaría excediendo los niveles de confianza y lo poco que compartía con Yoongi.

Hasta que arrojó una indirecta, el sujeto pálido la captó y dijo justo eso en lo que pensaba hace días.

Luego Jimin, sin nada que perder y mucho que ganar, ya en tierra segura, expresó sus ganas de intentarlo otra vez. Se divirtieron bastante juntos, ¿por qué no repetirlo?

¿Cuándo? No lo sabe. No hablaron de eso.

Tampoco hablan por los pasillos, apenas se saludan con gestos que podrían pasar desapercibidos. Si hablan lo hacen en el tiempo y espacio de sanción o por chat en las noches, pero no acerca de cuándo podría ser el siguiente paseo al centro comercial. 

A veces conversan como si fueran amigos de toda la vida y sentir ese repentino nivel de cercanía con alguien con quien antes apenas se limitaban a mirarse, le resulta extraño y curiosamente cómodo.

Aunque extraño sigue siendo la mejor palabra para definir todo aquello.

—Hoy me atreví a decirle a Hoseok sunbae que el último video que subió de su ensayo de baile fue increíble —comenta Taehyung con una sonrisita enamorada jugando con la comida en su bandeja—. Aunque ahora me arrepiento porque pienso que soné como una especie de acosador —se lamenta—. O sea, de todas forma, me dijo "gracias" con una de sus sonrisas bonitas, quizá piensa que he visto todas sus fotos y videos, que por cierto es así, pero...

—Si subió su video es para que las personas lo vean —menciona Hyejin como si fuera obvio.

—No le des tantas vueltas, cuando subo un video de mis prácticas es porque me gusta compartir mis avances de los que estoy orgulloso. —Se suma Jimin, volviendo su atención dispersa a la conversación de sus amigos, pensando en la posibilidad que Hoseok lo hiciera por razones semejantes.

—Mejor piensa en lo seguido que te ha estado saludando Hoseok sunbae —dice Rosé con un corto guiño, provocando que las mejillas de Tae empiecen a tomar color rojizo.

Taehyung siempre contaba de forma animada cuando el golden sunbae le saludaba o tenían conversaciones cortas. Hiperventiló cuando hace varios días atrás le regaló un caramelo.

Y los caramelos lo llevan de vuelta a Yoongi.

No le ha mencionado a su grupo de amigos sobre el frecuente intercambio de golosinas, tampoco que de repente encontró a un posible compañero de travesías en la sala de detención y, mucho menos, acerca de haber salido juntos el sábado —a robar ropa y baratijas de las tiendas del centro comercial—. Aunque Seulgi se ha dado cuenta, tiene esa expresión de extrañeza cuando comparte saludos disimulados con el chico pálido de su clase. Ella lo vio alzando la mano por lo bajo y hacia dónde apuntaba su mirada: Min Yoongi. Su noona no dijo nada, solo mantuvo los ojos en él como esperando una aclaración.

Punto Ciego [YoonMin/JimSu]Where stories live. Discover now