25. La revelación

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El siguiente día había llegado, resultó que este estaba bastante soleado y despejado. Esa mañana apenas pude ver a Apaya, pues toda nuestra caravana estaba ocupada, ya sea montando la pequeña plataforma de madera frente a la posada o discutiendo con el alcalde de la aldea, dentro de la sala principal del lugar.

Yo me encontraba en dicha sala, sentado junto a la puerta pero estando firme, viendo como Impa, Gostin, Zelda junto con Apaya y Prunia, hablaban con el alcalde Rendell; el cual iba vestido especialmente para el campo junto con un chaleco verde, era un tanto más alto que yo, su cabello estaba sujeto e iba con barba y bigote. Discutían sobre el cómo iban a hacer la revelación al público, pero yo no estaba muy al tanto de la conversación; veía a Apaya, su perfil perfecto, su rostro lleno de dulzura y el cómo intentaba fingir que no me veía pues debía poner atención.

Me sentía muy bien viéndola, quizá un poco desesperado por tenerla cerca pero feliz; como si se detuviera el tiempo y me viniera el alma al cuerpo, entonces no pude evitar sonreír. Ella me vio y no pudo evitar sonreír también.

—¡Muy bien! Entonces creo que ya estamos listos.— dijo Zelda de repente poniéndose de pie.

—¡Muy listos!— siguió Prunia felizmente.

Apaya y yo nos sobresaltamos juntos pues nos tomó por sorpresa a ambos, mientras que el resto no parecía estar sorprendidos. Yo me reincorporé a mi postura firme y sería.

—Solo quiero decirles que me tomará un buen rato avisarles a todos los habitantes.— dijo el alcalde Rendell.

—No se preocupe, Link se ofreció a ayudar en eso.— siguió Zelda.

—¿Ah, sí?

—Con todo respeto alcalde, he interactuado con muchos de la aldea en mis misiones, al menos ya me conocen de antes.— dije yo luego de ponerme de pie.

—Muy bien... Solo recuerda decirles que es urgente que se reúnan, que es un aviso de parte mía.— dijo con cautela.

—Sí, no se preocupe.

—Muy bien... todos a la obra entonces.— dijo Zelda con cierta alegría.

—Recuerden procurar no revelar el secreto antes de tiempo, toda esta gente tiene que recibir la noticia correctamente.— dijo Impa mientras lentamente se ponía de pie.

Todos los demás hicieron lo mismo y se dirigieron a la salida mientras yo esperaba al alcalde para acompañarlo. Pero entonces Zelda se me acercó y me tomó mi mano con sus dos manos.

—Mucha suerte, Link. No tardes.— me dijo para luego darme una pequeña sonrisa.

—Claro.— le dije mientras le devolvía una sonrisa simple.

Se veía extrañamente contenta, y al seguir caminando tuve el extraño impulso de querer mirarla más, pero entonces sentí la mano de Apaya tomándome de mi muñeca, la miré y vi que me dedicó una muy bonita sonrisa, a lo que no pude evitar devolverle una mayor, seguida de una caricia en su mejilla. Ese acto era para demostrarle que todo estaba bien, pues entendía lo que podría estar sintiendo.

De pronto, Wakat entró a la posada a toda velocidad, sorprendiéndonos a todos.

—¡Wakat! ¿Dónde has estado?— le dijo Impa algo molesta.

—¡Señora Impa! ¡Su majestad...! ¡Surgió un improvisto!— dijo Wakat estando muy agitado.

—Nos cuentas después, hay que ir a avisarles a los habitantes y llevar a la princesa a la plataforma.— dijo Gostin.

—No... verán... creo que no va a ser necesario avisarles...— dijo aún acelerado.

—¿A qué se refiere?— preguntó Rendell.

Nuevos Recuerdos [#1] - Link x Apaya - TLOZ Breath Of The Wild +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora