Había muchas cosas que le encantaban a Peter Parker, el circo era una de ellas. A sus 16 años a él le encantaba ir al circo con su tía May, adoraba ver cómo los acróbatas hacían saltos y volteretas, cómo los payasos lo hacían reír y especialmente le gustaba ver cómo aquella trapecista volaba por los aires.
La primera vez que Peter asistió a aquel circo fue cuando tenía 12 años, le encantó de solo entrar, pero cuando vió a esa niña de peluca rosa y vestido morado haciendo pequeñas piruetas en el aire supo que en ese momento no habría nada mejor que verla volar.
MJ, era la princesa de las alturas. Trapecista por naturaleza, desde niña voló por los aires entre cuerdas y trapecios, era su pasión.
Le encantaba subir al punto más alto de la carpa, ver como todo el mundo la miraba y saltar al vacío imaginando que era un pequeño pájaro que surcaba los cielos, para luego tomar uno de los trapecios y hacer piruetas magníficas que deslumbraban a todo el mundo.
Un día a Peter se le ocurrió una idea que le pareció bastante descabellada, pero que estaba seguro le daría una oportunidad con aquel Ángel de cabello rosa, entraría a trabajar al circo. Tal vez no tenía experiencia en el mundo circense pero tenía amplia destreza para columpiarse por los aires, después de todo, era el hombre araña ¿Que tan difícil podría ser?
- ¿Estás seguro de esto, amigo? Ser parte del circo es más complicado de lo que parece, requiere mucho trabajo físico y destreza y más aún para lo que quieres hacer, el trapecio no es nada fácil. - le explicó Albert, el dueño y presentador de aquel circo.
- por supuesto, señor. El circo es un lugar que me llama bastante la atención y estoy dispuesto a todo para aprender. - explicó emocionado, por fin podría acercarse a la chica de traje morado.
- ok, estarás a prueba un tiempo, se te enseñará como hacer piruetas y volteretas en el trapecio. No saldrás en público hasta que estés muy bien preparado porque no queremos accidentes y estarás a cargo de la mejor trapecista de la casa, Michelle Jones, nuestra princesa de las alturas.
- ¡Excelente! Le aseguro que no lo voy a decepcionar, señor. - Peter asintió varias veces, demostrando su emoción cual cachorrito y le estrecho la mano a Albert como una manera de cerrar el trato.
-¡MICHELLE! - la llamó y pudo ver como ella se acercó hasta quedar a un lado de él - él es Peter Parker, tú nuevo aprendiz. - apuntó al chico presentándolo. - quiero que le enseñes todo lo que sabes, porque también será tu nuevo compañero de escenario.
Notó como la morena frunció el ceño no muy contenta con la idea - ¿Compañero de escenario dices? Yo siempre he trabajado sola, Albert, desde que comencé a salir en público. - se notaba completamente disgustada por la forma en que arrugaba levemente su nariz, como si algo oliera mal.
- lo sé querida, pero a todos nos hace bien un cambio. No te preocupes. - dijo el mayor dando por finalizada la conversación y retirándose del lugar.
- ok ya que no tengo más opción comencemos de inmediato. - la morena se encaminó al lugar de los trapecios y antes de hacerlo subir tendió la red de seguridad para prevenir accidentes. - muéstrame que sabes hacer, novato.
Peter estaba nervioso, nunca había hecho esto pero él era Spiderman, podía hacerlo. Subió la escalera de la plataforma y estando arriba tomó uno de los trapecios, respiro profundo y se lanzó, estando en el aire dio una voltereta, pero calculó mal y al tratar de tomar el siguiente trapecio cayó.
-ok, eres un principiante. Tienes mucho que aprender. Comenzaremos estirando para que tengas mayor flexibilidad en tus saltos y en actos como el de la tela o el aro. - el nuevo integrante del circo se notó sorprendido - ¿no me digas que pensabas que solo harías actos como el que acabas de hacer? - río levemente por su inocencia - aquí estamos para deslumbrar y sorprender al publico y eso no lo haremos con actos tan simples como aquellos. Ahora a estirar, comienza. - ordenó mientras veía como el chico estiraba tratando de tocar sus pies sin siquiera alcanzar a llegar abajo, el solo hecho de verlo le resultaba agotador. Tendría mucho que enseñarle.
