Entre El Amor Y El Odio [COMPLETA]

Capítulo 13

La sintió estremecerse entre sus brazos, pero también sintió que confiaba en él, aunque no era para menos, su engaño le había hecho creer que ellos dos se amaban y que eran el uno para el otro.

—¿Duele mucho?, —Preguntó al sentir como temblaba—.

—Un poco, es que eres algo grande, —Volvió a repetir—.

—Lo sé, lo has dicho como unas mil veces, —Exageró sonriéndole—.

—¿Qué debo hacer Rem?

—Nada pequeña, déjame a mí, —La recorrió con suaves caricias esperando que se relajará, volvió a besarla, quería disfrutar de su boca, disfrutar de ella, de aquella asesina que en esos momentos no parecía más que una niña ingenua y desprotegida, le gustaban sus labios y la torpeza de sus besos, Scarlet tenía esa inocencia que a él tanto le atraía y que no había encontrado en ninguna mujer, lucía tan vulnerable y dulce que por un momento algo parecido a la ternura se coló en su corazón, la tomó por la cintura y salió de su interior para volver a entrar en ella en una lenta penetración que para Scarlet pareció durar una eternidad. Se abrazó a su cuello y dejó que se apoderara de su cuerpo, que la guiara, que la hiciera suya, porque para ella, él era su pareja y la amaba, eran el uno para el otro—.

Le abarcó la cintura con los brazos para controlar la intensidad del acto, empezó a moverse muy lentamente en su interior, no quería volver a lastimarla, debía controlarse, la primera vez no lo había hecho y ahora sentía lo mismo, era como si su cuerpo alcanzara un alto grado de temperatura, cerró los ojos tratando de controlarse, de ser cuidadoso, sentía que su respiración se agitaba y que quería más de ella.

Lo tomó del rostro y lo acercó para que la besara, pero no lo hizo, la engaño amagando un beso que nunca llegó y dirigió sus labios hasta su cuello, la lengua acarició la yugular haciéndola estremecerse, la mordida la tomó por sorpresa, pero no le molestó, ladeó la cabeza dándole más acceso para que pudiera beber mejor, el sabor a chocolate inundó su boca, dulce y exquisito chocolate, los movimientos se tornaron más rápido y más profundos, y pronto una oleada de placer los arrolló a ambos dejándolos sin aliento, bebió con más fuerza de ella tratando de indagar en sus recuerdos, pero nada la mente de la chica estaba en blanco.

—Rem, detente por favor, me lastimas, —Pidió, pero él hizo oídos sordos a sus súplicas, hundió más sus dientes desgarrándole un poco el cuello y bebiendo de ella hasta dejarla inconsciente de nuevo—.

¿Pero qué había hecho?, miró horrorizado la mordida que tenía Scarlet en el cuello, otra vez la había lastimado, acarició su mejilla en un reflejo de clara culpabilidad y lamió sus heridas para que estas cicatrizarán, la saliva de los vanirios tenía esa peculiaridad de cerrar las heridas rápido, la cargó en sus brazos y la llevó hasta la bañera para darle un baño, enjabonó y enjuagó cuidadosamente su cuerpo para luego envolverla en una toalla y cargarla en sus brazos.

—Lo siento, —Dijo besándole la frente—, lo siento mucho.