Dejó a Crystal en su habitación para luego encerarse en la suya y beber, se sentía muy herido por el reaccionar de su cáraid, pero sabía que sería hipócrita hacerle reclamos cuando él la engañó de peor forma, le había hecho tanto daño y ahora no le quedaba más que esperar una oportunidad para arreglar las cosas, escuchó pasos por el pasillo y supo que era ella que al fin llegaba, abrió la puerta topándose con Lilith y le cerró el camino.
— ¿Qué rayos crees que haces?
— ¿Viniste sola, o trajiste a tu amigo?
—No ha sido necesario traerlo, me lo he cogido en el baño del bar, —Le guiñó un ojo provocándolo con sus mentiras—.
—Espero que lo hayas disfrutado mi niña.
—Claro que lo disfrute, —Mintió—.
—Supongo que está bien, si quieres jugar al ojo por ojo lo aceptaré, después de todo quién soy yo para juzgarte por lo que hagas, solo te pido una cosa princesa, cuando te canses de saciar tu venganza en otros, vuelve a mí, porque te juro que no importará lo que hagas, yo siempre estaré esperando por ti, por tu perdón, que descanses, —Se acercó a ella y besó su frente para volver a entrar en su cuarto las palabras de su cáraid le dolían y el solo hecho de pensar que alguien había estado con ella lo mataba, de seguro así se sintió ella cuando supo su traición—.
Se metió en la tina del baño a lavar su llanto como hacía siempre, ella también sentía su dolor, sabía el daño que le causaba a César, pero su rencor no la abandonaba y se odiaba a ella misma por llorar por ese hombre que le había roto el corazón, pero ya no más, no dejaría que nada le afecte, desde ahora haría todo para olvidarlo, lo lastimaría y se encargaría de hacerle daño, así como él se lo hizo a ella.
Días después en el castillo todos los vanirios se habían reunido para celebrar el cumpleaños de Lilith, todos menos César y Crystal, fue en busca de su hermano y se llevó una fea impresión al verlo tirado en el suelo. Hace un tiempo ya que se le daba por beber, esa mujer iba a terminar por destruirlo, con sus rechazos, con su desprecio.
—César, —Trató de alzarlo del suelo, pero se le hizo imposible, pesaba mucho—, vamos hermanito, ayúdame, no te pongas tan pesado, —Se paró con su ayuda y se echó en la cama, sentía que la cabeza se le partía en dos—.
—Siento que me veas así Cris, —Se disculpó—.
— ¿Hasta cuándo vas a seguirte destruyendo?
—Hasta que me perdone.
—Por favor César, no sé que le hiciste, pero no puedes castigarte así, ¿Qué es lo que piensas hacer?, ¿te matarás?
—Yo ya estoy muerto Cris.
—No, no lo estas, no quiero perderte César, —Lo tomó de las manos—, ya lloré la muerte de mis padres, no estoy dispuesta a dejarte morir, ¿es que acaso piensas dejarme sola con esta personas?, César reacciona, estoy obligada a vivir una vida que detestó y tú te empeñas en destruirte y dejarme sola, —Le reclamó entre lágrimas—.
—Cris no llores por favor, —La abrazó—.
—Vámonos de aquí César, olvidémonos de esto y busquemos otro lugar en el que vivir, por favor, no quiero seguir aquí.
—No podemos irnos.
— ¿Por qué?
—No lo entenderías.
—Entonces explícamelo.
—No puedo, Cris, se que tienes razón en todo lo que dices, pero la necesito.
—Ella no te ama.
—Claro que me ama, solo está dolida, pero cuando todo eso pase volverá a mí y seremos felices, ya lo verás, ahora voy a ducharme, no te vayas a ir, quédate para ir juntos al comedor, —Se dio una ducha y afeitó su barba descuida, quería lucir bien para que su cáraid lo viera, se puso un jean negro y una camiseta ploma, tomó una caja de regalo que le entregaría a Lilith y salió junto con Crystal—.
Habían adornado la enorme sala con globos y serpentinas para celebrar el cumpleaños de Lilith, uno a uno los vanirios se acercaron a ella para darle obsequios, era una tradición darle joyas a las vanirias en su cumpleaños, collares con diamantes y anillos de rubíes les eran dados a Lilith, hasta que llegó el turno de César.
—Feliz cumpleaños mi niña, —Dijo entregándole una caja, la cual ella no tardó en abrir y sonreír burlonamente, haciendo que César se pusiera triste—.
— ¿Esta baratija?, —Miró con despreció la cadena que César le había regalado, mientras los demás vanirios soltaban risas burlonas—, ¿la quieres?, —Se la ofreció a Brok—.
—Sí, se ve antigua, creo que podré cambiarla por algo.
—Si no la quieres devuélvemela, —Pidió César—.
—Es mi regalo, haré con él lo que quiera, y lo que quiero es regalárselo a Brok.
—Brok devuélvemela.
—Solo es una cadena, ni siquiera debe costar mucho.
—Claro que no, como lo dije, es una baratija, —Insistió Lilith—.
—Brok, por favor, devuélvemela.
—Sí que le tienes amor a esta cadena, ¿por qué?, —Preguntó Brok—.
—Es el único recuerdo que me queda de mis padres, cuando mi padre conoció a mi madre le regaló esa cadena, porque no tenía el suficiente dinero como para comprarle un anillo y pedirle matrimonio.
—Sí,- —Intervino Crystal—, esa cadena se la dejó mi madre a César y le prometió que se la daría a la mujer con la que mi hermano desearía compartir su vida, y obviamente esa mujer no serás tú, —Vio a Lilith furiosa—, y ahora devuélveme la cadena, —Alzó la voz furiosa a la vez que le arrancaba la cadena de las manos a Brok—, eres un idiota al igual que ella, —Los señalo—, al igual que ustedes, —Se dirigió a todos—, son seres vanidosos y caprichosos, detesto ser parte de ustedes, —Tomó la cadena y se la puso en el cuello a César, haciendo que este sonriera, ella sabía lo mucho que su hermano quería esa medalla, era su mayor tesoro, lo tomó del brazo y salieron entre los murmullos de los demás, aunque eso poco o nada le importo a Crystal—.
—Eso no estuvo bien Lilith.
—Lo que él me hizo tampoco Sharik.
—Sí, tienes razón, no estuvo bien, pero si sigues en esta guerra de quién lastime más, terminarás herida, —Se retiro dejándola sola, entendía su sufrimiento, ella había pasado por lo mismo, pero también sabía que su venganza no le traería nada bueno—.

KAMU SEDANG MEMBACA
Entre El Amor Y El Odio [COMPLETA]
FantasiNo creía en el amor, no porque hubiera sufrido alguna desilusión en su longeva vida, sino porque los dioses así lo habían querido. Condenado a sufrir una sed eterna Remses se había hecho a la idea de no encontrar a su caráid (Pareja Eterna), pues lu...