❝Hogar, dulce hogar...❞
SeokJin era un actor exitoso, y NamJoon era un músico de renombre; pero al contraer matrimonio, decidieron que lo mejor era reinstalarse lejos de las cámaras para tener una vida tranquila. El destino: un pueblo rural llamado...
¡Volví! (Disculpen que tengan que verme dos veces un mismo día, pero sé que me voy a quedar dormida en cuanto pueda, así que me adelanto >_<) Solo eso, ¡Disfruten el cap!
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HoSeok terminó de anotar el peso de JiMin en la hoja que llevaba desde el principio, y SeokJin arropó al pequeño de nuevo en la camilla. Este no se había inmutado ni para las pruebas que el enfermero le estaba haciendo, estando dormido durante todo el rato.
HoSeok murmuró un par de cosas inentendibles para SeokJin, y luego dejó el lápiz a un lado.
—Bien, todo listo. Cuando el doctor Min venga, ya podremos ver el problema de JiMin-ah.
—Te lo agradezco, HoSeok-ah.
El de cabello rojizo negó con la cabeza.
—Ni lo menciones. Es mi trabajo.— colocó sus manos en sus caderas, y sonrió.—Además, adoro trabajar con niños.
—Ahora que lo mencionas, ¿Por qué... enfermería? Digo, tenías talento para las Bellas Artes.
HoSeok ladeó la cabeza.
—Bueno...—
En ese momento, la puerta del consultorio se abrió de forma brusca, y un hombre de baja estatura entró al consultorio, su bata inmaculada y una expresión impasible en el rostro.
