Capítulo 1

199K 9.7K 1.6K
                                    

(Antes de empezar, se que la historia contiene muchas faltas de ortografía y incoherencias a veces en la narrativa. Esta en proceso de ser corregida, así que tiempo al tiempo. Gracias!)

– Lucía... ¡Lucía!– Gruñí al escuchar la voz de mi hermana y me tapé con la sábana completamente.

– ¡Quieres levantarte ya, vaga!– Se sentó en mi cama y comenzó a zarandearme.

– ¿Si...? – Jadeé – ¡Yo no me comí las galletas de Sara, lo juro!– Abrí los ojos y me senté de golpe.

Pase mis manos por los ojos y bostece. Sara hizo un ruid de sorprendida y se puso de pie encima de la cama.

– ... ¡Con que fuiste tú rata rastrera!– Sonreí inocentemente y me fui acercando poco a poco al cabezal de la cama.

– Vas a ver, ratona...– Rio y saltó encima mía para comenzar a hacerme cosquillas por todo el cuerpo.

–¡No! ¡Mamá! ¡Papá! ¡Vuestra hija favorita está apunto de morir! ¡Ayuda!– Y entre guantazos y revoltones logré salir de sus brazos para caer directamente fuera de la cama.

Me quité la sábana de la cara y me quedé mirando a Sara con una mirada, que si pudiera, ya estaría a tres metros bajo tierra.
La muy cabrona se estaba aguantando la risa, tenía los labios apretados, los ojos achinados y la cara levemente roja; no paraba de apartar la mirada intentando no mantener contacto visual conmigo.

– ¡Sara! ¡¿Qué le has hecho a tu hermana?!– Papá entró en la habitación de golpe, haciendo que las dos nos asustáramos y saltáramos por inercia, con la única diferencia de que esta vez la que se cayó de la cama no fui yo.

– JAJAJA ESO ES EL KARMA.– Empecé a descojonarme y al instante se unió mi padre. Lo más gracioso era la cara de mi hermana, sabía que se vengaría por esto cuando yo no tenía ni la más mínima culpa.

– Vamos a comer anda, he hecho waffles. – Terminó diciendo mi padre secándose las lágrimas.

Mire a mí hermana desafiandola con la mirada y nos levantamos de golpe corriendo hacia la cocina. Papá se apartó rápidamente al vernos correr. Podríamos matarnos por la comida. ¿Quién no lo haría?

– ¡Te ganaré!– gritó Sara. La maldita iba por delante mía.

– ¡Nunca!– Y no se me ocurrió otra cosa que saltar por encima de la barandilla. He de decir en mi humilde defensa que realmente no era tan alto, solo que pues... Nunca aprobé educación física por algo.

Seguí corriendo hasta que mi madre me sacó de mi ensoñación con su grito.

– ¡Lucía! ¡Tú jodido pie está hinchado y está sangrando!– Mire hacia abajo y lo vi.

Pare de golpe y mire hacia abajo.

Gruñí al sentir el dolor intenso de la herida y me apoyé en la estantería al lado de la pared.
Empecé a sentir que la sala estaba dando vueltas y unos brazos sujetándome.

Definitivamente no me gusta la sangre.

Princesa de dos (Proceso De Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora