OO2

533 59 47
                                    

Se levantó de la cama completamente cansada, la escuela comenzaba a las siete y el reloj apenas marcaba las seis y quince.

Debía arreglarse rápido si no quería perder el tren. Se aseo y cambió.

—Buenos días madre—. Saludó al salir de su habitación.

—Buenos días Liz—. Respondió su madre con una sonrisa mientras ponía los platos en la mesa para desayunar. Lisa sólo tomó el pan con mermelada que estaba en uno de los platos y sacó la botella de agua de el frigorífico.

Salió de la cocina a pasó neutro.
— Desayunare en el colegio, madre. Nos vemos más tarde—. Besó la mejilla de su madre y salió de su casa.

Miró el reloj en su muñeca, seis con cuarenta, aceleró su caminar.

Malditas piernas, no me decepcionen esta vez por el amor de Dios.

Afortunadamente llegó a tiempo, antes de subir compró unas galletas en una de las máquinas expendedoras. Tomó el paquete y se adentró al vagón. El trayecto está ves pasó demasiado rápido, tal vez le hacía falta una persona. Sonrió cual tonta al recordarlo.

—¡Eunha!—. Lisa gritó al bajar del vagón. La mencionada volteó confundida, pero al ver a la rubia corrió hacia ella y entrelazó su brazo con el de Lisa.

—Creí que llegarías tarde como siempre—. Eunha rio al caminar.

—Que chistosa—. Pronunció Lisa mientras dejaba salir una risa sarcástica.

Ambas entraro al instituto riendo, Eunha venia contando que su hermano, Eunwoo, se había caído de la cama por estar brincando en ella y que en vez de ayudarlo su madre lo había regañado.

—Debiste haberlo visto Lisa, fue muy divertido—. Eunha rio con más intensidad.

Pero su carcajada se esfumo dandole pasó a un gritó de susto. Yugyeom estaba detrás de ambas chicas apretando su estómago por la risa que trataba de contener. Las había asustado a ambas.

—¡Yiaaa, Yugie!—. Gritó Eunha molesta después de haber tomado aire.

—Vamos enana, no te molestes, sólo fue un pequeño susto—. Yugyeom dijo sin parar de reír.

Lisa comenzó a sacar los libros que necesitaba ese día sin prestar mucha atención a lo que sus amigos discutían.

Namjoon se acercaba al trío con notoria molestia y Lalisa era la única en notarlo.

—Chicos—. Fue su saludo, seco y frío.

—¿Todo bien, Nam?—. Lalisa preguntó preocupada. Namjoon bufó.

—Yoongi me dejo plantado ayer. Después de que me fui de la cafetería me cito para jugar a los bolos. ¡Espere una hora y nunca llego!—. Gritó provocando que los observaran los demás alumnos.

—Lo siento tanto por ti Nam—. Eunha colocó su mano en el hombro de Nam y se tocó el pecho en forma de arrepentimiento. Lalisa y Yugyeom rieron ante el sarcasmo de su amiga. Namjoon torció sus ojos con molestia.

El timbre se escuchó por los pasillos y el movimiento comenzó, todos se separaron a excepción de Yugyeom, Eunha y Lisa, el trío iba en el mismo curso, Namjoon era dos años mayor.

Los pasillos comenzaron a quedarse solos, Eunha y Yugyeom empezaron a dejar a Lisa atrás, era su culpa, ella venia a paso de tortuga y con el celular en la mano.

Los pasos de alguien corriendo incitaron a Lisa a voltear hacia atrás, apenas vio una cabellera castaña comenzó a caminar en su dirección.

—¡Lisa!—. Escuchó a Eunha gritarle pero la ignoró, quería sacarse de dudas con aquella persona que había visto.

Jᴜᴇᴠᴇs [ᴸᶤˢᵏᵒᵒᵏ].  Where stories live. Discover now