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Una rubia totalmente ebria se tambaleaba de un lado a otro, la cantidad de alcohol que tomó le estaba afectando y no de una manera bonita y agradable.

—oye, estás completamente ebria. ¿Donde están tus amigos?— el castaño la sostuvo del codo para mantenerla en pie.

—ya te lo dije.., estoy completamente bien— sonrió con ojos entrecerrados al mirar a JungKook—¡mírame, qué feliz me siento!, ¡vamos a disfrutar la noche... ¡hip!— hipó al terminar su discurso.

Jungkook no le creía ni palabra y media, estaba borracha hasta el cabello. La ternura de la chica se había fusionado con su sexi apariencia haciendo que cualquier movimiento asustara al chico, no de mala forma. Lo sorprendía con intensidad cada que la joven decía o hacía algo.

¿Dónde había quedado su seria personalidad? Se esfumó al quito vaso de cerveza.

Carcajeaba hasta llorar sin motivo alguno, bailaba como si un mañana no existiese y bebía vaso tras vaso sin importarle nada.

—Lisa, no estás cuerda. Vamos afuera— el castaño la tomó sin permiso sacándola de el tumulto de personas. Ella encantada sonreía al verlo de espaldas y siendo arrastrada por el.

Al salir ambos de la casa el cálido clima los abrazó, no era ni frío ni caliente, tampoco era húmedo ni seco, era simplemente agradable.
Lisa respiró de manera fuerte manteniendo su linda sonrisa, eso nadie se lo quitaba.

Al recobrar oxígeno miró al chico frente suyo con risa. Soltó una exhalación y tomó asiento en el verde césped haciendo que el muchacho la siguiera.
Miraron a la nada por largos segundos, segundos donde ninguna palabra mencionaron, en donde solo el silencio los acompañó, uno agradable y sin tensión.

—perdón... — susurró Lisa aún en estado de ebriedad. — sé que no estoy cuerda pero, no importa, ¿si? No soy tanto de esta manera— le giño el ojo haciendo reír al chico.

—sé que no eres así, no te preocupes, Lila— respondió el con aire despreocupado y sin voltearla a ver.

Lisa frunció el ceño enojada.

—¡oye, mi nombre es Lisa, Lalisa!— exclamó mirándolo con enojo, su ceño eran uno tierno a la vista de el chico.

Las carcajadas de JungKook se hicieron escuchar haciendo enfurecer más a la rubia.

—¡no te rías!— gritó lanzándose encima del chico, el cual de manera de reflejo la atrapó estrechándola a él riendo ambos por pequeños segundos.

Lisa, aún encima de Jungkook, lo miró con delicadeza, un rubor se impregnó en sus mejillas por la vergüenza que sintió al estar ambos así.
Él, en cambio, apreció tenerla tan cerca, delineó sus grandes ojos, sus regordetas mejillas y respingada nariz con solo su vista; guardó una hermosa imagen de ella en su mente para siempre poderla adorar.

— perdón...— se disculpó nuevamente Lisa. JungKook estaba segura que ella al día siguiente no recordaría nada de eso, al menos eso creía él.

—no importa, Lisa— respondió enfatizando el nombre de la chica mientras ambos se levantaban de su, para ellos, cómoda posición.

La rubia le sonrió, en ese momento sabía que era para hacerla reír y el lo estaba logrando.
Lisa hipo nuevamente y la ráfaga de viento que llegó la hizo temblar, cosa que no pasó desapercibido para el chico.

La abrazó por los hombros y la encaminó devuelta a la casa, el ruido se hizo presente nuevamente haciendo que ambos se comenzaran a marear un poco.

De espaldas, JungKook visualizó a su amiga castaña. Para no robarle demasiado tiempo tocó rápidamente su hombro para pedirle lo que él necesitaba.

—¡Oh!, JungKook-shi— fue lo que respondió la castaña.

—Yerin nonna, necesito una habitación. ¿Podrás prestarme una?— preguntó tímido, solo esperaba que soltara la pregunta que vendría, la cual lo haría avergonzarse demasiado.

—¡ommo!, JungKook— sorprendida miró a Lisa casi dormida que estaba acurrucada al pecho de el chico.

—no es para eso, nonna. Sólo está cansada y demasiado ebria, no quiero dejarla en un sillón y que algo le suceda. Aparte no encuentro a sus amigos.— suplicó con la mirada a su mayor.

—Ven...— y sin más se encaminó hacia las escaleras, las subió sin voltear atrás. Paró frente a una puerta color chocolate, volteó a ver a JungKook y a su pequeña amiga Lisa.

Les abrió la puerta haciéndolos pasar.

—es cuarto de huéspedes, si no despierta en un rato y necesitas irte, no te preocupes, Eunha y Yugyeom siguen aquí. No dejaré que nadie suba, ella puede quedarse aquí— le dijo tranquila para despreocupar al muchacho.

JungKook le dió un leve asentamiento con su cabeza. Yerin los dejó solos cerrando la puerta tras ellos.

Lisa interrumpió las observaciones que JungKook había comenzado a hacer con unos leves quejidos y murmuros, se removía con sus manos en su pecho mientras se formaban pucheros en su cara.

Sin esperar demasiado la encaminó a la cama, la desatendió y acostó con delicadeza a Lisa.
La chica se acurrucó en ella misma dejando ver una cara relajada y de tranquilidad.

Jungkook la miró con delicadeza observándola dormir, acarició su cabello alejándolo de el rostro de la rubia y, sin motivo aparente, besó su frente.

La observó por última vez antes de alejarse. Cerrando la puerta tras de él, caminó por el pasillo. Un cuerpesillo delgado chocó contra el chico haciéndolo parar.

—uh, disculpa. ¿No has visto a una chica rubia, un poco alta, fleco y vestida con jeans y ombliguera amarilla?— preguntó la pelinegra, la cual supuso que era la Eunha que su nonna había mencionado, de corte a los hombros, sus ojitos estaban inundados de preocupación.

—¿hablas de Lisa?— Jungkook respondió e inmediatamente la chica saltó sorprendida.

—¡si!, ¿sabes dónde está?— cuestionó sin dudarlo ni un segundo.

Y antes de que el castaño respondiera, Yugyeom llegó por detrás de su, ahora novia, interrumpiendo la respuesta de Jungkook.

—no encuentro a Lalisa por ninguna parte, tampoco está en el baño.— le dijo a Eunha sosteniéndola de su brazo con la misma preocupación.

Eunha miró a su novio y luego al castaño, Yugyeom también dirigió su mirada al chico que tenía frené suyo.

—Él sabe donde está, creo— dijo señalándolo.

—Así es, ella esta durmiendo en esa habitación— señaló de donde había salido anteriormente.— Yerin nonna me permitió acostarla ahí, dijo que si no despertaba podía quedarse toda la noche. Esta demasiado ebria.— Jungkook dijo haciendo despreocupar un poco a sus amigos.

—gracias...— alargó para que el chico dijera su nombre.

—soy Jungkook y no hay de que— sonrió a ambos chicos y se alejo de ahí sin preocuparse en preguntar sus nombres.




















Ooff... holis y adiouss.
Atte: Juchi. 🍑

Jᴜᴇᴠᴇs [ᴸᶤˢᵏᵒᵒᵏ].  Where stories live. Discover now