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Sus ojos tardaron en abrir, su cuerpo entumecido reaccionó con lentitud. Estiró los brazos y piernas mientras bostezaba fuertemente.
Parpadeó tres veces enfocando el techo. No estaba en su habitación y mucho menos en su cama. Pareció levantarse como si de un resorte se tratara, porque tarde menos de dos segundos en hacerlo para quedar sentada en la cama y ver donde estaba.

Recordaba poco de la noche anterior.

"Hola chica del tren."

La frase llegó de golpe, gritó con impudencia agarrándose la cabeza y alborotando más su cabello, estaba hecha un desastre.
Jungkook la había visto borracha. Lo primero que se preguntó fue ¿Qué tanta estupidez pudo haber hecho?, imaginárselo, no gracias.

Se paró completamente de la cama, la tendió y buscó los zapatos para salir de ahí, encontraría a Yerin para agradecer por la habitación. En cuanto salió del cuarto la pequeña figura de Eunha apareció frente a ella, sus ojos la miraron con sorpresa y burla.

—Venía a despertarte— dijo al tiempo que giraba a Lalisa para quedar de espaldas y hacerle una cola de caballo. Tiro de su cabello para que se agachara, por la obvia diferencia de estatura.

—¿Qué pasó ayer?— la rubi cuestionó con miedo a la respuesta.

—No mucho, Yugyeom se me declaro y somos oficialmente novios.— se encogió de hombros mientras le daba la espalda y una pequeña sonrisita se le formaba en el rostro.
Lalisa chilló emocionada, la abrazó y felicitó por ello.

—Por cierto, ¿Qué pasó entre tú y ese castaño?, fue quien nos dijo dónde estabas.

Lalisa abrió sus ojos en grande al momento que casi se atragantaba con su propia saliva.

—¿Jungkook?— preguntó incrédula.

—Oh, así se llama..— su pequeña boquita hizo una "O" por la sorpresa.— pues él fue quien te llevó a la habitación, dijo que estabas ebria y que necesitabas descansar.

La vergüenza la invadió, pero su corazón se derritió. Jungkook había cuidado de ella y le hacía feliz. En cuanto lo volviese a ver le daría las gracias.

🌸

Tres semanas, pasaron tres semanas desde la fiesta de Yerin. Su rutina era la misma.
Salía de la escuela, hacía tarea y se dirigía a abrir la cafetería, pero en ese tiempo no lo vió. Pereciese que solo había sido su imaginación.

Lo daba todo por perdido, pero ese día su sonrisa tomó lugar en su rostro nuevamente. Lo observó subir al vagón, llevaba la misma chaqueta de mezclilla que cuando lo miró por primera vez. Sonrió también al verle, se acercó inmediatamente.

—Ju-Jungkook— pronunció su nombre tartamudeando, los pensamientos de Lalisa crearon una escena donde el chico seguramente pensaba "que chica más tonta." Pero es que la vergüenza aún permanecía.

JungKook sonrió como respuesta, se le miraba nervios.
—Lisa...— comenzó pero está lo interrumpió.

—siento mucho lo de aquel día, no era mi intención comportarme así. No se como me porte, pero estaba ebria y lo mas seguro fue que te incomode. Perdóname.— agachó su cabeza y juntó sus manos a lo alto.
Lo hecho tanto de menos, y lo primero que quería hacer era disculparse con él.

La risa del castaño se escuchó.

Lalisa alzó su cabeza nuevamente para mirarlo molesta. Sus disculpas eran enserio.

—No hace falta disculpare, a decir verdad era muy gracioso.— dijo mientras sonreía mostrando los dientitos y el tren se ponía en marcha.

—¿..enserio..?— él asintió con la cabeza.— entonces, ¿qué querías decirme?— lo había interrumpido al principio.

Echó un suspiro. Tomó las manos de la rubia mientras la miraba atentamente.

—Lisa... ¿quisieras pasar el día conmigo hoy?— preguntó rápido.
Lalisa juró que estaba apunto de gritar. Asintió con entusiasmo.

Le tomo la mano sonriendo y al hacerlo vió su adorable sonrisa de conejito, sus ojos se achinaron y Lalisa rió con ternura.

Al llegar al túnel por el que siempre se pasaba se oscureció de costumbre.
Esa vez fue la excepción. Un fuerte ruido se escuchó y la luz se apagó para todos.

(...)

Un fuerte pitido en su oído hizo que despertara, los escombros cubrían todo. Lo sabía, estaba a nada de irse, pero aún así, bajo todos eso escombros buscó al castaño, sabía que no tenía tiempo.

Encontró su rostro gracias a sus manos. Supo que apenas respiraba ya que lo hacía con dificultad.
Con lágrimas pasando por sus mejillas, se volvió valiente y lo besó en los labios.

—Te quiero..— el chico dijo antes de cerrar sus ojos. No importaba lo poco que habían interactuado, eso era suficiente.

Odió no ser valiente desde el principio, desde el primer momento en que lo había visto, odió ser tan tímida. ¿Habría cambiado algo?
Sollozó y recostada en su pecho, sobre todos los escombros, dejó salir un último soplo dejándoselo a él.














Fin



Esta historia sigue sin agradarme del todo, ahhhh.

Pero la quiero ya que está basada en mi canción favorita.
Y aparte es liskook.

Ooff. Nos vemos.

Atte: Juchi. 🍑

Jᴜᴇᴠᴇs [ᴸᶤˢᵏᵒᵒᵏ].  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora