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Llegó a casa totalmente exhausta. Saludó a madre y se encaminó directo a su habitación, deseaba dormir.

Eunha y Yugyeom la habían invitado  pasar la tarde juntos, pero era su día libre y quería quedarse en casa leyendo un libro o durmiendo.

Se metí en la ducha, tomó un baño con agua caliente de aproximadamente una hora. Salió como una pasa y enrollada en una toalla, secó su cabello y se puse un tubo en su flequillo para que se acomodara al secarse. Se vistió con un short deportivo negro y una enorme sudadera azul cielo.

Se aventó a la cama para dormir un largo rato, pero el maldito celular comenzó a sonar, sabía que era Eunha así que solo lo ignoro, pero comenzaba a insistir constantemente.

—¿Qué quieres?—. Contestó de mala manera después de darse cuenta  que tenia casi quince llamadas perdidas.

—¡Te estamos esperando!—. Gritó Eunha desde el otro lado.

—¡Te dije que no quería ir!— gritó Lisa de vuelta.

—Me importa muy poco, ven—. Se dio cuenta de como su voz trataba de tranquilizarse.

—¡Ay Eunha!—. Chillo con molestia.

—¡Ay Lisa!—. Su amiga la imitó.

Se reincorporó en la cama con el celular en la oreja, pateó la almohada y se quite el tubo que llevaba en el flequillo de un jalón.

—¿Dónde están?—. No quería pelear.

—En el parque que está al lado de la cafetería donde trabajas, te queda cerca si tomas el tren de siempre—. La neta norme sonrisa apareció en el rostro de Lisa cuando lo dijo.

—Bien, te veo en... quince minutos—. Separó el teléfono de su oreja y lo aventó en la cama.

¿Qué podría vestir?

Miraba su armario pensando muy bien en lo que quería vestir, tomó un short de mezclilla y una sudadera blanca oversized. La fajocon el short y calzo sus timberlands con unas calcetas blancas. Se miró en el espejo de cuerpo completo y dio una vuelta haciendo que su cabello chocara con su rostro al finalizar la vuelta, lo apartó y volvió a mirarse, sonrió al versé con detalle .

Salió de casa con el celular en la mano y la típica pequeña mochila con una libreta dentro, llevaba una enorme sonrisa y era solo por la causa de que tomaría el tren. Ni siquiera tomaría el directo y era lo que más le emociona.

Compro el ticket al llegar a la estación y cuando llegó se adentró en el vagón. La desilusión la invadió cuando no vio entrar al castaño, pero su sonrisa apreció de nuevo cuando lo observó ya sentado en el mismo asiento que cuando lo conoció.

Trató de concentrarse en las calles y la vista que daban las ventanas, pero su mirada se dirigía siempre en el muchacho

El joven castaño de ojos color chocolate, esta vez vestía una sudadera amarilla y un pantalón de mezclilla.
Al quedarsele mirándolo como estupida se dio cuenta de algo a lo que anteriormente se había negado.

Se había enamorado.

No creía en la frase de "amor a primera vista" pero esta situación le decía todo lo contrario.

"¿Te imaginas si ambos se enamoran?".

La frase de Eunha le llegó a la cabeza de golpe, sería demasiado cliché, pero no negaría que sería realmente hermoso.

Pero, ¿qué podía verle ese hermoso castaño?, no era bonita, si fuera más guapa y un poco más lista, tal vez si fuera especial tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarle su nombre, una cita, invitarlo a salir para conocerlo, pero eso no pasaría, solo se dedicaría a apreciarlo desde lejos como ahora lo hacía.

No quería ni pensar que es lo que el chico de ojos color chocolate pudiera pensar de ella, una joven totalmente extraña para él.

Rubia tonta he hija de papá y mamá.

Seguro eso pensaría.

Nuevamente el tren finalizó su recorrido y Lalisa bajó a paso lento, no quería llamar la atención del castaño pero fue inútil ya que al bajar del vagón el muchacho la saludó con su mano amablemente a lo que ella sonrió devolviéndole el gesto.

¿Porqué sonreía así?, la matara de amor.

Por culpa de su capricho del tren tuvo que caminar diez minutos hacia el parque, fue cansado, lo admitía, pero todo fuera por ver a ese chico.

Yugyeom y Eunha se acercaron a ella cuando la vieron caminar sobre la parte del césped de el parque.

—¿Porqué llegaste tarde?—. Fue Yugyeom quien le preguntó.

—Tuve que tomar el tren siguiente, a esta hora se supone que abro la cafetería y siempre están llenos los vagones. Sólo tomé el siguiente—. Lalisa encogió sus hombros y miro a Eunha casi gritar lo que ya sabía que preguntaría.

—¿Lo viste?—. Preguntó inundando el espacio personal de la rubia. Asintió con la cabeza y ella chilló más emocionada que Lisa .

—¿Me podrían decir de que hablan?—. Yugyeom las separo unos centímetros y las observó confundido.

— Un asunto personal, Yugie—. Lalisa dijo mientas le sonreía.

Se retiraron, después de decirle varias veces a Yugyeom que no era nada importante sobre el "asunto personal", a una heladería cerca de ahí.

La típica campaña sonó al abrir la puerta, los colores Pastel abordaron la visión del trío y Lalisa vio a Yugie hacer una mueca de asco.

—¿Es el Jinyoung?—. Eunha miró con ojos entrecerrados la mesa que estaba en una de las esquinas.

—Si, y el es SeokJin —. Lisa apuntó al chico de al lado. Ambos eran de último grado, si mal no recordaba eran compañeros de Nam. Los miró extrañada a ambos ya que la novia de SeokJin, Jisoo, era exnovia de Jinyoung, creía que no se podrían ni ver pero no fue así.

—¡Y yo soy Yugyeom!—. Se apuntó a él mismo haciendo reír a sus amigas.

—Como sea, pidamos—. Lalisa tomó a ambos y los llevó al mostrador. Miró bien el enorme menú colgado detrás, aunque ya sabía lo que pediría quería mirarlo

—Hola chicos, ¿qué desean pedir?—. La chica dependienta preguntó, la cual era Yerin, novia de Taehyung, Eunha y Lalisa la habían visto varias veces cuando Tae hacia fiestas en su casa, era demasiado amigable.

—Uno de fresa, vainilla y chocolate—. Se adelantó Yugie, las conocía tan bien. Las abrazó por los hombros y besó sus cabezas, era más alto que ambas.

Jᴜᴇᴠᴇs [ᴸᶤˢᵏᵒᵒᵏ].  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora