Claro de Mar [Taekook - Omegaverse]

07

Anclaron el barco cerca de la costa tras un saliente, alejado de la civilización para no ser descubiertos. Era por la mañana y TaeHyung, junto a JungKook, se encontraba remando hacia la playa sobre un bote que el navío disponía, dejando a HoSeok al cuidado de este.

Tras haber anclado, TaeHyung se ofreció en llevar al omega a un medico de la ciudad que divisaron anteriormente a lo lejos. El pelirrojo se opuso en un principio, alegando que debía de llevarlo él, pero tras una breve discusión, finalmente las cosas resultaron a favor del alfa. El barco no podía quedarse sin viginalcia.

—¡Llevar cuidado! —Alzó la voz HoSeok una vez los vio cerca de la orilla, a lo que el alfa solo le respondió con el dedo pulgar alzado.

—¡Tú también, hyung! —Gritó el azabache como pudo, viendo cómo su acompañante le extendía la mano en señal de ayudarlo a levantarse.

JungKook la tomó y gracias a ello pudo ponerse en pie, pues por sus propios medios, a causa de sus heridas, le costaría horrores. Salió del bote cuidadosamente hasta tener los pies en la arena. TaeHyung no lo soltó.

Fue entonces cuando el menor se fijó en la diferencia del tamaño de sus manos y en la palidez de la suya. Por alguna razón, aquello le resultaba acogedor; le transmitía seguridad sin saber el por qué.

—JungKook. —El azabache salió de su ensimismamiento y miró al otro. Soltaron sus manos y el mayor le dio la espalda y acto seguido, se agachó frente a él. —Sube.

Y tal y como lo había ayudado a salir de la habitación, el omega no tardó en posar sus manos sobre sus hombros y con ayuda del castaño, subirse a su espalda. No sería fácil para él caminar solo, por lo que agradecía enormemente su solidaridad.

—Bien. —Acomodó a su menor a la espalda, sujetando ambas piernas con sus brazos. —Vamos allá. —Emprendió su marcha hacia el pueblo que divisaron anteriormente.

—¿Seguro que no nos descubrirán?

—Tranquilo, no dirán nada.

—¿Por qué estás tan seguro?

—La gente teme a los piratas, prefieren alejarse a entrometerse. Además, a lo lejos vi otros barcos piratas en el puerto, por lo que no habrá problema.

—Entonces, ¿por qué anclamos lejos del pueblo cuando hay otros piratas?

—Por precaución. —Respondió. —Todavía no sabemos si nos siguen buscando la guardia de la isla que dejamos y es mejor esconder el barco por el momento.

El menor asintió y sin más, permanecieron callados por un largo rato, disfrutando simplemente de la compañía del otro y los sonidos de la naturaleza. El menor se apoyó en la ancha espalda del alfa, respirando su atrayente aroma que por alguna razón conseguía acelerar su corazón.

Fue entonces cuando JungKook comenzó a pensar en todo lo sucedido desde que lo conoció: el hecho de que no quisiera tomarlo la primera vez, cuando lo socorrió en el río de aquellos guardias y cuando también lo salvó momentos antes de escapar de la isla; y cómo olvidar los momentos en los que disfrutó de su compañía las semanas en las que estuvo en casa de HoSeok. Sonrió por inercia, el alfa no le desagradaba en absoluto.

—JungKook.

—¿Sí?

—¿Te duele mucho?¿Cómo te encuentras?

—Estoy mejor. —Gracias a ti, pensó. —Gracias.

—Ya casi llegamos. —El menor asintió, alzando la mirada para visualizar el pueblo.