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El camino hacia su oficina al final del pasillo verde  fue escalofriante y lento. Cada paso era saboreado con la incertidumbre  de si ésta sería la última noche que yo podría respirar bajo el burdel.

El ajetreo del lugar le hacía sonata a nuestro silencio.  Todo el tiempo mi vista estuvo en el suelo, no  quería levantar la cabeza, sentía una opresión en mi pecho que  no me dejaba respirar.

Roja entró y yo la seguí hasta quedar frente ella. El gran escritorio de roble ahora nos sepapara. Ella se sentó en la gran  silla que hacía armonía con  el  roble mientras me miraba neutra. Baje mi cabeza de nuevo, no soportaba  la  carga de su mirada.

-Mírame Kara- ordeno, pero yo no quería, tenía miedo de ser despedída. El sentimiento de que ya no podría respirar el mismo aire que Luna oprimía mi pecho cada vez más.

-¡Obedece!- y así lo hice, Roja me penetró con esos ojos azules que si bien podrían ser el mar también podría ser tormenta. Sus mejillas pálidas ahora estaban rojas de enojo.

-¿En qué  demonios estabas pensando niña?- pregunto acalorada. Sus palabras estaban teñidas de furia pura.-
-¿Es que acaso no se te ocurrió que ese era un cliente muy importante y que después de lo que pasó hoy no va a regresar jamás?- yo no sabía que Contestarle, pero sabía que la verdad no podía salir de mis labios.
-¿No pensaste en la reputación de este lugar donde tú y  yo trabajamos?-

-Ella estaba  ..-

-Si lo sé, pero esos solo son gajes del oficio-
-¿Que?-

-Kara no me hagas arrepentirme de haberte recogido  de las calles.-

-Pero pero..

-¿acaso piensas que es la primera vez que esto pasa?-- no podía imaginar que Luna hubiera tenido  que pasar por esto antes. Mis puños se cerraron en agonía de no haberla podido salvar en el pasado.

-Claro si nos damos cuenta de lo que sucede rápidamente James los echa del lugar y amenaza para que no vuelvan, pero nunca ha terminado con un cliente con la cara deformada-

Sabía que Roja así como yo habíamos vivido al borde siempre de la tragedia pero aún así yo no creia que ninguna de nosotras tenía que ser tomada por la fuerza. No consideraba que una amenaza solamente era lomque hacia falta para darles su merecido a todos esos hombres. Ellos debían morir.

-Luna ha pasado por muchísimas situaciones como está y al principio  eran noches malas para mí y para ella, pero eso no hizo ningún cambio cuando en tres noches más venía alguien haciendo Lo mismo. Y no solo con Luna, con las otras muchachas también. Es solo que ellas así como Luna y yo ya aceptamos que son gajes del oficio-
No lo podía aceptar, mientras yo estuviera no dejaría que eso le volviera pasar a Luna.

Mis puños hicieron eco a la ira de saber a Luna tomada en contra de su voluntad. Una cálida mano tomo uno de ellos y automáticamente se aflojó aquella fuerza que planeaba ahogarme en furia.

-Kara tu y yo tenemos más en común de lo que imaginas- declaró al aire mientras prendía un puro delgado y le daba una calada.  No entendí sus palabras en ese momento pero después de unos meses lo hice.

Mi silencio tan solo la alento a continuar pero en realidad ya no quería seguir arruinado mi relación con Roja ella me había acogido y me había dado techo y comida . Le debia lealtad y se la iba a dar, pero no a costa del bienestar de Luna.

-He visto como la miras- una contracción arrugó mi pecho. Me sentí tan expuesta.

Levante lo cabeza sorprendída de su afirmación, en mis ojos se notaba el miedo de ser descubierta como admiradora secreta de su estrella de noche.

Luna Fria Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora