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-¡Ahhhh! ¡Siiii! ¡así me gusta!- la rabia corrompia cada músculo de mi cuerpo. Mis brazos querían estallar de tanta  fuerza que ejercían para poder tolerar aquellos sonidos que de a poco me desgastaban el autocontrol.

¡Maldita sea! Esta noche el lugar había estado concurrido; luna Llevaba ya su sexto cliente y yo sentía que los pulmones me iban a reventar de tanto aire contenido. No podía tolerar tantos celos, pero tampoco podía mostrarlos quedaría como una estúpida ante ella. Ella lo había dicho; no era de nadie.

El estruendo de la puerta de su cuarto abriéndose sacudió mis pensamientos para voltear en esa dirección y ver al profanador del cuerpo de Lena riendo y abrochandose su pantalón.

Paso de largo sin mirarme dejando la puerta entre abierta y aunque ella no me había  solicitado aún, decidí asomarme por el rabillo.
Solo quería saber que estaba bien.
Sin embargo sin medir mi fuerza abrí  la puerta para encontrar a  Luna acostada y desnuda mirando el techo.

Podía notar como un  vacío la adornaba; ella miraba perdída buscando algo y yo quería darle todo.

- prepárame un baño he terminado por esta noche- ordeno mientras  tomaba la sábana blanca y se cubría su hermoso cuerpo.

Comencé la tarea que luna me había encomendado y cuando ya tenía listo el baño me acerque con cautela a la cama. Luna seguía viendo el techo sin motivo y por un momento sentí una punzada en mi corazón. ¿Que estaría pensando?

Me posicione con un poco de miedo en el borde de su cama para llamar su atención

-el agua está lista-le avise. Ella tan solo.asintio para después descubrir su pálido cuerpo arrojando la sábana a aquella cama manchada por su ardua jornada. Luna se sentó en el borde, pero cuando intento pararse emitió un quejido de dolor. Me preocupe inmediatamente y la tome entre mis brazos sin Importarme que ella me pudiera rechazar.

-Déjame, yo puedo-  la voz cansada me hizo a un lado para volver a intentar pararse volviéndose caer de nuevo en la cama. No me importó nada y la tome entre mis brazos sedientos de su piel y la cargue para llevarla a la tina. Su cara cansada se dejo caer sobre mi cuello y sus brazos sobre mi hombro. Su cuerpo exhausto se amoldaba al mío de una manera de la cual nunca lo imaginé.  Su respiración caliente anunciaba su desvelo y me provocaba escalofrío en  todo mi cuerpo.
La lleve a la tina donde me detuve para bajarla lentamente. Cuando toco  el piso su mirada se encontró con la mia. Su aliento caliente estremeció  mi rostro y era como un aire fresco que ensombrecia la antesala. Su mirada estaba más profunda y verde y yo solo queria sostenerla en mis brazos por la eternidad.

Le ayude lentamente a entrar a el agua. Cuando ya estába segura que no estába en una posición de riesgo tome la esponja la cual sumergí con cautela para no perturbarla. Comencé a pasar la esponja con  pequeños roces sobre sus hombros y su pecho, ella reaccionó gimiendo pero ya eso no despertaba mis deseos de sexo, era algo más; tan solo quería protegerla.
Luna había sido jugada por más cinco hombres y yo estába apunto de explotar de la rabia y los celos, pero trate de mantener el control por qué ella  ahora necesitaba de mi. O al menos es lo que mis fantasías me decían.

La blanca mano de luna detuvo a la mía y por inercia mire sus ojos que ahora ya estaban abiertos y sonreí  por verla un poco repuesta.

-¿Por qué eres tan buena conmigo?-    En realidad no lo sabía; era algo inexplicable lo que me hacía querer protegerla y cuidarla.

-Tan solo quiero que estés  bien- conteste con duda, no sabía si lo tomaría a mal.

-¿Por qué? Yo he sido una maldita perra contigo ¿por qué querrías que yo estuviera bien? -

Luna Fria Supercorp AUWhere stories live. Discover now