;treinta

217 20 30
                                    

--¡Con permiso!

Akashi se adentró en la casa de Mayuzumi seguido de éste, quien le ordenó subir a su habitación mientras buscaba toallas limpias. Una vez las encontró fue junto al pelirrojo y le entregó una apresurandolo para que se duchase con agua caliente y así evitar un resfriado.

--Prometo no tardar para que tú también te duches --le dijo a Mayuzumi y luego sonrió de lado --. Aunque podríamos bañarnos juntos, ya sabes...

El peliplata se sonrojó furiosamente y lo empujó hasta el baño.

--¡N..ni de br..broma! --exclamó cerrando la puerta y oyendo la risita de su novio.

Suspiró quitándose la chaqueta y la camisa empapadas quedando sólo con los pantalones. Esa tormenta se había desatado de la nada, después de todo estaba soleado en la mañana y había invitado a Seijūrõ a una cita después de clases y todo fue bien hasta que, bueno, comenzó a llover de esa manera. Tuvieron que correr hasta su casa y acabaron totalmente mojados.

Se dirigió a su armario para buscarle algo de ropa prestada al pelirrojo. Tomó uno de sus pijamas peluditos (el blanco con pequeñas cerezas y frutillas esparcidas en él), ropa interior y se los dio a su chico. Tras dos minutos, él salió del baño por fin.

--Me siento súper calentito en esto --dijo contento --. Aunque me queda algo grande, eres un poco alto ¿no?

Al oír eso Chihiro volteó a verlo y se quedó sin aliento y totalmente sorprendido con el corazón acelerado y, muy seguramente, las mejillas rojas. Su cerebro procesó la imagen frente a él y no pudo más que derretirse de puro amor al ver a su bonito novio utilizando su pijama, la cual le quedaba un poco holgada y dejaba entrever sus clavículas y cubría sus manos casi por completo.

Bien, estaba seguro que moriría allí mismo.

--¿Uh? ¿Chihiro?

--T..tú... ah.. no.. no puede.. ser... --cerró sus ojos con fuerza un segundo, sacudió su cabeza y en un rápido movimiento acorraló a su novio contra la puerta de su habitación.

--¿E..eh? ¿Q..qué...?

--Sei, te ves jodidamente adorable.

--¿Q..-?

Los labios de Chihiro le impidieron hablar y las caricias que comenzó a dejar en su cintura por debajo de la ropa le impidieron pensar acabando por entregarse por completo a aquel beso tan apasionado. Sin duda estaba sorprendido, pues casi nunca se besaban de esa manera. Era tan abrumante la cantidad de sentimientos transmitidos que las piernas le temblaban.

--Ah.. Chihiro... --jadeó separandose un poco de él --. Amor, debes ducharte o enfermarás.

Él gruñó.

Lo oyó perfectamente.

Sus ojos se abrieron con sorpresa.

Nunca lo había hecho antes. Era... excitante. Joder.

--¿Chihiro? --susurró.

--Yo... --balbuceó apartándose del pelirrojo y cubriendo parcialmente su rostro antes de salir corriendo dejando a Akashi con una sonrisita curiosa en los labios rojos e hinchados.

.
.
.
.

--Chihiro, ¿podrías alcanzarme aquel libro? Está muy alto --dijo en voz baja Seijūrõ señalando uno de los estantes más altos de la biblioteca.

El peliplata ojeaba un libro a unos pasos de él y pareció no oírlo porque no levantó la mirada ni se acercó para ayudarlo. Akashi frunció el ceño y volvió a intentar llamar su atención otras tres veces sin tener éxito.

shyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora