Capítulo 5. Un día sin Deku

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Hola mis amados lectores estoy malita y cansada.

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Capítulo 5. Un día sin Deku

El rubio cenizo se levantó a la hora usual, completamente cansado. Como cada mañana, hizo su rutina: bañarse, desayunar su batido y hacer ejercicio antes de salir. Se llevó sus cosas y como es su costumbre, se fue trotando. Solo que cuando llegó, no había luces en el gimnasio. Ni una sola. Aquello le extrañó, al grado que se metió más lentamente para verificar que no estaba en un error. Buscó por todos lados, y el lugar estaba totalmente solo. Vacío.

─ ¡Oe, Deku...!

Antes de que pudiera seguir gritando, se recordó a él mismo que ese día, Izuku estaría dándole un tour a un visitante nuevo y por ende, no estaría a sus servicios. Le encargaron sus asuntos con Mineta. Al principio le dio igual quien fuera su maldito asistente, pero ahora que no había nadie para ayudarlo con sus cosas tan temprano, no pudo evitar gruñir en frustración. Obvio Mineta como era de esperarse, no estaba ahí porque el contrato decía que debían llegar a las 7 a.m. a trabajar, por lo que ese malnacido no iría antes, pese a que le dijo expresamente "Te veo a las 5, ni un minuto más tarde".

Técnicamente no estaba incumpliendo con su contrato, porque el chico llegaría en su horario habitual y de hecho, que Bakugo les pidiera que llegasen antes, era totalmente un abuso de poder. Sin embargo, estaba demasiado acostumbrado a que Deku le obedeciera sin rechistar y que tuviera una disponibilidad de horario tan abierta para él. Estaba comenzando a frustrarse, por lo que decidió sacar su coraje con un buen entrenamiento. Se preparó a él mismo para todo, lo que solo incrementaba su creciente ira, pero realmente iba a desquitarse con la pera de boxeo en esta ocasión.

YYY

A las 7 a.m. por fin llegó Mineta, con una sonrisa tranquila se acercó a Katsuki.

─Buenos días, Bakugo.

Lo saludo amablemente pero se dio cuenta demasiado tarde, de la ira apabullante de ese hombre que no estaba acostumbrado a que las cosas no se hicieran como a él le gustaban. Cuando el bajito hombre vio la mirada asesina roja del rubio, quiso huir, pero este lo atrapó contra los lockers.

─ ¡¿Por qué mierda osaste desobedecerme?!

Se acercó demasiado, con la intención de ser intimidante, y pese a que el tipo atrapado tenía lágrimas en sus ojos y temblaba, Mineta se tapó la cara con ambas manos intentado cubrirse de los inminentes golpes.

─ Mi horario laboral inicia hasta las 7...

Susurró en queja el de cabello negro con morado, lo que lógicamente llegó a los oídos de su enfurecido captor, quien lo azoto repetidas veces contra los lockers.

─ ¡Eso me importa una mierda! ¡Si yo digo a una puta hora, tú solo me obedeces! ¡¿Me entendiste, escoria?! ¡Debería de enseñarte a no desobedecerme!

El rubio cenizo no estaba conforme con la situación por lo que iba a golpear a Mineta pero el chillido que emitió este en su desesperación lo detuvo.

─ ¡Yo no soy como Midoriya! ¡Si me golpeas, te reportare con Aizawa!

A Katsuki le importaban una mierda las reglas, se las pasaba por los huevos aunque el pelinegro fue muy claro: si Bakugo recibía quejas por golpear o abusar de su poder de con sus compañeros de trabajo, no volvería a trabajar ahí.

Los ojos escarlatas se clavaron el tipo que seguía temblando sin embargo, con total odio, lo soltó. Una parte de Bakugo extrañaba el poder golpear a alguien y que este solo chillara de dolor pero sin quejarse o poner resistencia. Incluso en el medio de los golpees, solía ser el de cabellera verde quien se disculpaba. De mala gana, Katsuki aventó al insolente ese por atreverse a responderle.

Luego de eso, lo mandó a trabajar pero el mocoso parecía un inútil incluso peor que Deku. No hacia bien los masajes, no le preparaba las cosas, se tardaba encontrando su toalla, los vendajes los dejó totalmente mal hechos. Pareciera como si hacer su trabajo le diera igual, mientras que si bien Izuku cometía errores, se esforzaba al máximo en lo que hacía. Era dedicado, leal, responsable, trabajador, y complacía en sus exigencias a Bakugo. Quien cada que el tarado del reemplazo del arbusto andante, hacia una estupidez, terminaba golpeando algo con su puño. Casi siempre, era la pared. Vaya que ese día terminaría lastimado por tantos golpes.

A lo lejos fue capaz de escuchar los incontenibles parloteos de su asistente, quien se escuchaba animado y feliz. Relajado, sin presiones y bastante a gusto. La persona con la que debía de estar conversando seguramente era alguien accesible que le daba la confianza para que el pecoso se sintiera tan a gusto. Katsuki no despegó su vista del costal que estaba golpeando, pero definitivamente, mientras más escuchaba, mas furia crecía en su interior ¡él pasando un día de mierda mientras que ese inútil parecía estarse divirtiendo! Ese maldito infeliz siempre decía que trabajar con Katsuki era de lo mejor y que era un honor para él, pero en todo ese tiempo juntos nunca, NUNCA lo había escuchado así de contento.

/ Te juro malnacido que mañana te golpeare solo por haber disfrutado el no haber trabajado conmigo hoy/

YYY

¿Qué pasó con Todoroki y Midoriya? Lo comenzaremos a saber en el próximo capítulo 6. Un poco de verdad

Toxicidad en el ring [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora