Capítulo 2

4.3K 497 198
                                    

Dos días después.

Las gotas de la lluvia caían suavemente sobre las calles de Londres, formando así pequeños charcos de agua en el suelo ha mojado. Los pasos de la joven castaña se aproximaban al centro psicológico "Hope Center". Su cabello castaño se mojaba debido a que no llevaba paraguas, así también mojando parte de su ropa. No iba acelerada por la lluvia, al contrario, estaba relajada, escuchar como las gotas caían una tras otra, para la chica parecía una armoniosa melodía natural, era un ambiente muy relajante.

Sus pasos pararon cuando llegó a su destino, sacó sus manos de los bolsillos de su chaqueta y tragó saliva algo asustada.

Tenia miedo de entrar allí.

¿Por qué?

Verán, un día, Mina estaba cenando con sus padres, teniendo una agradable conversación en familia, de un momento a otro, comenzaron a hablar de aquel lugar. Tan sólo pronunciar ese nombre a la chica le daban escalofríos, sus padres, dijeron que en ese recinto habitaba gente con problemas mentales, gente que no está bien. Desde ese día, ella criticaba ese lugar, lo llamaba "manicomio" entre otras estupideces que se le venían a la cabeza. Nunca quiso ir allí por nada del mundo, pero:

¿Por qué justamente le ha tocado ese hospital?

¿Tiene algo el mundo en contra de la pobre chica?

Dicen que las cosas pasan porque tienen que pasar, pero Mina no estaba de acuerdo.

Bueno, por lo menos tiene a su amada Momo trabajando en el mismo hospital, un pequeño golpe de suerte.

"Pobre Momo, ella también tiene que venir a este lugar de locos" pensó suspirando algo afortunada de ver más a menudo a aquella joven de la cual estaba enamorada.

Mina estaba en frente del recinto mirando aquella puerta de cristal, pensando si entrar o salir corriendo y mandarlo todo a la mierda.

-No puedo, Nayeon -¿Se me ha olvidado mencionar de que Nayeon también tendría que trabajar en ese recinto? ¿Sí?, pues ya lo saben.

Mina tenía suerte de trabajar con Nayeon y Momo, por lo menos no tenía que estar ella sola en ese "lugar de enfermos".

-Wow princesa delicada, a mí no me importaba venir aquí hasta que me explicaste como era este lugar. No me diste muchos ánimos que digamos, me dan ganas de dejar la carrera de medicina sólo por esto -Nayeon suspiro apartando la vista algo cansada, Mina le había contagiado los pensamientos de ese lugar.

-Bueno, por lo menos tengo a alguien para desahogar mis penas -la castaña sonrío tocando un hombro de la menor, como diciéndole: "Tú también tendrás que tragarte esta mierda" -¿A que enfermó vas a cuidar de este lugar?

-La verdad no lo sé, sólo me han dicho que es la habitación 187 -la pelinegra se encogió de hombros guardando sus manos en sus bolsillos -Y ahora, apártate de la puerta princesa diva, que estás en medio y quiero entrar -Nayeon empujó a Mina para entrar en el recinto, y así lo hizo. La castaña también entró alcanzando a su amiga, más bien, pasando de largo. Ahora cada una hará lo suyo.

Mina aceleró el paso, hasta llegar a la sala de recepción donde se encontraba un doctor conversando animadamente con otro. Soltando unas sonoras carcajadas que lograban disgustarle.

Cuando la mayor llegó, agarró el hombro del médico y lo giró.

-Hola, vengo a hacer prácticas, tengo que cuidar a la paciente Son Chaeyoung, ¿me puede decir en qué habitación se encuentra? -Mina no era de hablar mucho, bueno, podía ser una charlatana, pero sólo con la gente que conocía. Con los desconocidos era algo directo.

-¿Son Chaeyoung? -los dos doctores pararon de reír cuando dijo "Son Chaeyoung".

"Mierda, de seguro me ha tocado a la tipa mas rarita de todas" pensó.

-Sí, ¿hay algún problema, doctor? -pregunto algo encrespada.

-N-No... Sala 204 -dijo serio el diplomado.

Mina se planteaba no contestar y directamente ir a esa sala, pero el mismo doctor la agarró de un hombro y la miró serio -Cuídela bien, señorita Myoui.

La chica asintió y se fue a buscar la sala 204.

Tenía que usar el ascensor para llegar hasta allí y así lo hizo.

Nayeon

Habitación 187... ¡Aquí es!

Espero que no sean como Mina me ha contado, pero si es así, no vuelvo aquí nunca.

Entré a la habitación encontrándome con una chica menor que yo (o eso creo) ella era castaña, ojos oscuros, algo pálida y delgada.

Vamos Nayeon, la educación ante todo y todos, ah, menos con Mina, ella no merece eso.

-Hola, soy Nayeon ¿y tú? -le pregunté acercándome a su cama, con una sonrisa bastante forzada.

-Oh, tu nombre termina igual que el mío, mi nombre es Jeongyeon -la chica jugaba con sus manos mientras tarareaba, supongo, que alguna canción. Parecía una niña.

Reí suavemente -Será una casualidad, y dime Jeongyeon. ¿Se puede saber qué enfermedad sufres?

Mina

Entre en un ascensor bastante pequeño, estaba tan estresada que no me di cuenta de que Momo también estaba allí dentro, conmigo, oh dios.

-¡Mina! ¿Tú también vas a estudiar en este hospital? ¡Que casualidad! -Momo tenía una voz muy aguda, demasiado diría yo, peor lo compensaba su linda risa.

-¿Eh? Sí, sí. E-Es una casualidad muy... muy casualidosa -reí nerviosa. Dios Mina, esa palabra ni siquiera existe, eres estúpida. Me pongo demasiado nerviosa cuando veo a la chica cerca.

Momo sostenía una mirada pícara.

Gracias a todas las veces que había rezado para que el ascensor llegara a la planta tres, llegó, salí del ascensor no sin antes despedirme de Momo, que por lo que veía se despedía de mí con una voz muy seductora.

Acelere mis pasos para llegar a la habitación 204. Ojalá no me pase nada.

No quiero morir aún.

Entre con algo de miedo y observé la habitación, era bastante atractiva, para ser sincera.

Me encontré a una chica rubia y a un doctor hablando, y no era una conversación muy animada que digamos.

-¡Sal de aquí ser inmundo! -gritó la chica de la cama mientras intentaba lanzar un... florero al doctor -¡Maldita bola de billar! -prosiguió protestando.

Coloque la yema de mis dedos en la comisura de los labios y forme una sonrisa intentando no reír para que no me descubriesen.

Vaya carácter.

-¡¡Tómate la maldita pastilla y te dejo en paz!! ¡Si no lo haces puedes morir! -el médico contraatacó.

-¡Me da igual, nunca lo haré! -la chica de ojos oscuros le tiro el florero, haciendo que el doctor se empapara completamente.

No pude más y comencé a reír como loca.

Esto va a ser interesante.

Hope Center [MiChaeng]Where stories live. Discover now