Alas De Cristal

Guilty

— Belvedere, Ohio —

Esa pesadez después de un sedante, es a veces peor que un ataque de ansiedad o dormir sobre una roca, y eso es justamente lo que Lena siente ahora, al abrir lo ojos, recuperando lentamente sus sentidos y consciencia, haciendo una mueca de dolor tocándose el rostro, hasta que está totalmente despierta, se sienta en la cama mirando a su alrededor, confundida y creyendo que está soñando, era semejante a su habitación en la casa de sus padres, ahí estaban todas las cosas que atesoraba en la juventud. Memorias de hace unas horas la inundan, el militar que la golpeó y dijo todo aquello, el rostro decepcionado de Kara al verla por última vez y ella dejando la casa donde vivía con ella, sabiendo que abandonó también a los perros.

-Has despertado — su madre entra con una jarra de agua y medicamentos — ¿cómo te sientes cariño?-

-¿Qué hago aquí mamá? — pregunta con lágrimas en los ojos — Yo debo volver a Memphis-

-Alto Lena — la detiene antes de que se levante de la cama — Tus amigos creen que es mejor permanecer aquí, no quisieron decirme más pero es claro que corres peligro-

-Yo no corro ningún peligro — dice enojada — ellos me han traido sin mi concentimiento-

-Eres mayor, lo sé desde la última vez que nos visitaste, pero me preocupas Lena, no quiero saber que te han golpeado de nuevo-

-Merezco estos golpes — toca su rostro, haciendo otra mueca — Volveré a Memphis esta tarde mamá-

-Antes desayuna con nosotros, tu padre a pesar de todo está feliz por tenerte en casa-

-Bien-

Lillian le da espacio para que pueda hacer su aseo personal. Lena suspira sin dejar de llorar y mira su cuerpo envuelto por la antigüa pijama que usaba, se la quita antes de entrar al baño y tomar una corta ducha, al terminar mira el reflejo de su rostro herido en el espejo, sonriendo amarga, pues defintivamente lo merecía. Sale del baño abriendo su viejo clóset eligiendo una franela de cuadros, vaqueros y ropa interior; al estar vestida usando unas botas, sale de la habitación bajando las escaleras lentamente, y antes de entrar al comedor completamente, detiene el paso, fruciendo el ceño al mismo tiempoque tensa la mandíbula y aprieta el marco de la puerta.

-Hola cariño — saluda su padre.

-¿Qué hace él aquí? — apunta al motivo de su enojo, su abuelo estaba sentado al lado izquierdo de su padre.

-Ha venido para hablar contigo — suspira dejando el periódico que leía a un lado — No te eduqué de esta manera Lena-

-Pedí el apetito padre-

Mira a su madre antes de dar la vuelta y subir a su habitación para coger su celular y cartera, era lo único que habían llevado con ella, no quería estar en el mismo lugar que ese hombre, pero, al bajar nuevamente las escaleras para salir de la casa, su abuelo estaba al final, mirándola y ella lanza un sonido de exasperación.

-Unos minutos, solo eso te pido Lena — suplica el hombre.

-Tengo algo más importate que hacer ahora — camina a la salida — y no quiero hablar contigo-

-Mike habló sobre Kara, ¿ella es tu novia? — Lena tensa su cuerpo, conteniendo el llanto y da la vuelta enojada.

-No — responde con dolor, pues ya no lo era — pero no finjas que te interesa — gira la perilla.

-Me interesa, porque eres mi única nieta y sé que cometí un error, somos humanos Lena, tendemos a cometerlos-

Esas palabras le llegan al alma, su abuelo no sabía nada sobre ella y Kara, pero fue certero en sus palabras, por lo que cierra los ojos suspirando, abriéndolos al retroceder y girar para verlo, setándose al lado del hombre que da leves toques al escalón donde él ya estaba.