Veinticinco

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Es curioso como los humanos jamás nos conformamos con lo que tenemos.

Siempre tratamos de conseguir más, más y más.  Ovidio dijo: "Vive sin envidia y sin desear más que tranquilidad, goza muchos años en amistad con tus iguales". 

Jimin jamás fue una persona mala, no se consideraba alguien rencorosa ni envidiosa.  Él estaba dispuesto a dar su vida por Taehyung de haber sido necesario. El cariño fraternal que sentía por su pequeño amigo era enorme. Desde el primer día que lo vio con esa ridícula bufanda supo que serían amigos por un largo tiempo."Querer obsesivamente es olvidarse de uno mismo. Es desconocer que el amor es cosa de dos y dejar de ser quien eres"  Cuánta razón tiene Riso, si alguien le hubiera dicho... o tan siquiera advertido lo que implicaba enamorarse, él jamás lo hubiera sentido.  Se cegó completamente, bastaron unas pocas palabras, algunos susurros y unos cuantos besos para entrar en el laberinto del amor, porque eso es lo que es.

Un laberinto.  Por más que intentamos buscar una salida; no la hayamos. Es un punto sin retorno, te olvidas de quién eres y te preocupas por alguien que no eres. 

Kook había sido el primer chico que se acercaba a él con alguna intención romántica. Jimin era el sexto chico para Kook.

No sabe a ciencia cierta cuántos días le llevó al pelinegro conquistarlo, cayó en el peligroso y trillado juego de seducción del chico.  Él no lo supo jamás.  Recuerda los besos después del baile, los toques y el sexo oral.  Después su mente se llena de imágenes, las que marcaron su vida. Su amigo Taehyung con el chico que él quería, ¿Por qué el cachetón lo hizo? ¿Acaso no era obvia la forma en que él lo miraba? Se la pasaba suspirando por el hombre, poco le faltaba babear delante de él.  Kook había sido su primer amor... pero el olvidó que el primer amor no siempre es verdadero.

Leí por ahí:  "La Biblia enseña a amar a nuestros enemigos como si fueran nuestros amigos, posiblemente porque son los mismos".Dicen que los amigos de verdad no existen.Que en política no hay amigos; no hay más que cómplices.

Hace unos años él se hubiera reído de esas frases, ahora puede reírse porque son verdad. 

Su cuerpo es penetrado con fuerza, yugyeom entra y sale de su interior, las grandes manos del pelinegro están en sus caderas evitando que se mueva. Las piernas de él están a cada lado del torso de él. Sus manos se pasean por la ancha espalda y en cada descarga encaja sus uñas creando líneas rojizas y medias lunas. 

Unos minutos después sucedió, la dulce sensación del orgasmo. yugyeom escondió su cara en el cuello del pelinegro mientras respiraba con dificultad, Jimin se arqueó debido al placer que le atravesó el cuerpo. Podía sentir el caliente líquido llenando su interior.  En solo unas horas había roto la promesa de fidelidad. Bah, eso ya no importaba.

—¿Estás bien?—el pelinegro la observó, sus manos a cada lado de la cabeza de él. 

—Sí... sí, muy bien—contestó con una sonrisa, el pelinegro imitó el gesto y le dio un beso.  Lento y sin culpabilidad. 

••• 

Jungkook observaba su computadora, faltaban diez minutos para salir a comer y él había quedado en ir con Yoongi, el blanquecino trabajaba a 15 minutos. En una escuela de arte, era maestro.  Era extraña su amistad, un contador y un artista. Polos totalmente opuestos, era cierto eso de "los opuestos se atraen" aunque muchas veces chocaban, ellos no cambiarían su amistad por nada, o eso pensaban.  Unos toques en su puerta y una cabellera negra captan su atención.

—Señor Jeon—Mohni, su asistente, pide permiso para entrar.

—Pasa—la chica lo hace acomodando sus lentes, tiene un legajo negro en sus manos. 

¿ME PRESTAS TU VIENTRE?Where stories live. Discover now