Veintiseis

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Los días pasaron demasiado rápido, cuando menos acordó ya era viernes.

Había estado hablando con Hoseok muy poco, Jungkook se la había pasado fuera de la casa.

Era bastante extraño, se besaban cuando podían pero casi no había diálogo.

Jimin salía muy temprano y regresaba por las tardes, se encerraba en su cuarto y no salía más. Él llega a pensar que Minnie está en depresión. 

Acomoda su camisa frente al espejo y suspira, el claxon de un auto le avisa que Hoseok ya llegó, revisa que lleve su cartera, celular y llaves. Camina hacia afuera, baja las escaleras y sale de la casa cerrando con llave.  Cuando está dentro del auto Hoseok le sonríe, se acerca y le da un pequeño beso en los labios.

—Te extrañé—murmura, enciende el auto y empieza a conducir. 

—Yo igual—contesta Taehyung—¿A dónde iremos? 

—Es una sorpresa, amor. Mejor cuéntame ¿cómo te has sentido?

—Bien...ya sabes, no he salido en estos dos días y como todo balanceado. ¿Y tú? ¿Qué has hecho? 

—Me alegra, Taehyung. No mucho, del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. 

El camino se pasa con anécdotas de Hoseok acerca de sus pacientes, Taehyung ríe en algunas ocasiones. 

El auto se detiene frente a una enorme casa azul, tiene un jardín bastante cuidado, tiene flores y arboles enormes. Hay una fuente en medio del lado derecho, es simplemente hermoso. 

—¿Es tu casa?

—De mamá —dice Hoseok, se baja del auto y Taehyung también lo hace. El castaño le tiende la mano y él la toma a fuerzas, se sonríen y caminan.  Sus piernas tiemblan un poco, Hoseok parece llevar todo muy rápido. Han salido muy poco y ya lo llevará con su mamá.

En el porche hay un pequeño sillón de columpio. Hay algunos juguetes regados, de seguro Hoseok tiene sobrinos.  El mayor abre la puerta y un delicioso olor llega a su nariz, su boca se hace agua. Es como el olor de la comida de su mamá, tiene que llamarla pronto. 

—¡Mamá! ¡Mingku, ya llegué! 

Y bien, Taehyung no está preparado para lo que ve a continuación. Una niña, de no más 5 años, salió corriendo abrazando las piernas de Hoseok. 

—¡Mi princesa!—el hombre alza a la niña en brazos. La pequeña ríe mientras se abraza al cuello de Hoseok. 

—Tardaste mucho, papá. 

Taehyung siente que la respiración le falla, una de sus manos va a su cabeza y empieza a ver borroso. Lo último que escucha es a alguien gritando su nombre. 

Escucha susurros que se van haciendo más claros conforme pasan los segundos.

—Despertó—puede identificar la voz de Hoseok—Taehyung... ¿estás bien? 

—Uh—abre sus ojos y enfoca su vista—sí, sí... ¿qué pasó? 

—Te desmayaste—él empieza a recordar el por qué. 

—Papi, ¿qué le pasa al señor Taehyung?—su mirada busca a la dueña de la voz, hay una pequeña pelirroja sentada en el sofá de enfrente. 

—E-ella es... 

—Sí, cielo. Ella es Mingku, mi hija. 

Hace una abdominal rápido y queda sentado, se marea un poco. Sus manos van hasta su rostro, siempre odió marearse porque la cabeza le dolía horrible.

¿ME PRESTAS TU VIENTRE?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant