«La desigualdad social en Estados Unidos está llegando a su fin en la década de los 80s, junto a ellos, la protección y legalización de la homosexualidad, además de las grandes masas de inmigrantes. Los pensamientos retrógradas, la desigualdad socia...
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–...Y en las noticias de última hora, varios jóvenes dentro de unas horas serán vistos protestando en el Central Park por la despenalización de la homosexualidad y aceptación a personas de razas etnias en lugares públicos. Jóvenes cuales aprovecharon la renuncia del presidente Jimmy Carter y la asunción del puesto al nuevo mandatario Ronald Reagan, quien demostró en su corto tiempo en la presidencia ser un presidente liberal.
La madre de un joven pelimenta se encontraba prestando atención al canal América One, mientras su hijo se preparaba para la protesta en el conocido parque de New York.
Se colocó su chaqueta de cuero artificial y sus zapatillas, dejando para el final una pequeña bandana de arcoris que colgaría posteriormente en su bolso.
–YoonGi, por favor, ten cuidado... Sabes que te apoyo y que quiero lo mejor para ti, pero hay dementes rondando en la ciudad, y no puedo evitar preocuparme de que te suceda algo.– dijo luego de apoyarse en la puerta con el mando de la TV aún en su mano, mostrando una mirada brillosa llena de preocupación por el bienestar de su hijo.
–Mamá, sé que estás preocupada, en Corea las cosas eran distintas ya que siempre fueron más cerrados de mente, pero aquí hay más oportunidades para mí, no las quiero desaprovechar por miedo, es decir, algún día voy a morir, el echo de ser juzgado o no no va cambiarlo, así que voy a vivir como yo quiero, sin preocupaciones– hizo una pausa para luego mostrar sus encías mientras sonreía tiernamente— y más ahora que sé que me apoyas.
–¿Y que hay de tu padre cariño?– su sonrisa se borró lentamente– sabes que yo jamás dejaría de quererte, pero tú padre es un tanto más difícil con ese tema, ¿Cuando le dirás?
–Uno de estos días mamá, no estoy preparado, quizás no se lo tome bien, quiero estar listo por si reacciona mal ¿Entiendes? Ya es hora de irme, adiós mamá te quiero.– su madre le sonrió empáticamente y luego besó su mejilla, cuando su hijo cruzó la puerta solo pudo mirarlo alejarse desde el umbral de su hogar, con la angustia de que algo le pasara aún en su rostro.
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