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Decir que tiene miedo se queda corto. Félix está aterrado. Se encuentra sentado en el asiento trasero del coche de sus padres, con Changbin a su lado y tomando su mano con delicadeza, camino al juzgado después de una incómoda comida familiar en la que la tensión ha sido la invitada principal. Los padres de Changbin van en su propio coche, detrás de ellos. 

Todos son conscientes de que sueltan un fuerte olor a nervios, pero ninguno es capaz de controlarse. En algún momento alguien abre las ventanillas para que el olor deje de asfixiarlos a todos.

-Dejadme hablar a mí a menos que os hagan una pregunta directa.- les indica a los dos omegas, padre e hijo, Jaehyun. Se encuentran ya en la puerta del gran juzgado.- Conseguiremos ganar esto. No os preocupéis.

Los dos asienten, con los nervios a flor de piel. Ambos cogen la mano de su pareja buscando una seguridad que se creen incapaces de encontrar por cuenta propia. Cruzan miradas decididas, adivinando que el otro piensa igual que él. Ninguno de los dos piensa dejar que los separen sin luchar. Johnny se ha metido con los omegas equivocados.

-Todo va a estar bien.- susurra Changbin en el oído de Félix.- Cuando lleguemos a casa te haré ramen y veremos cualquier película que quieras. Estoy dispuesto a tragarme cualquier idiotez romántica para compensar este mal momento.

Las palabras del alfa desatan una sonrisa en su pareja. Por cosas como esas el pecoso no duda de haber elegido a ese chico como alfa. Agarra con más fuerza su mano, sintiendo que la diosa luna no quiere separarlos y que hará lo posible porque Johnny no gane hoy, ni nunca.

El juzgado es un edificio enorme pero simple, con varias secciones. La decoración no va más allá de pequeñas placas en las puertas que marcan el número de las salas, alguna planta y algún banco sencillo en el que sentarse. Hombres y mujeres trajeados, con carpetas llenas a reventar de papeles, van y vienen por los pasillos a paso rápido. Abogados, supone el pecoso. En algunos casos llevan personas con aspecto más corriente a su lado. Omegas que se deshacen en lágrimas, alfas con aspecto poco deseable y betas que intentan pasar desapercibidos. Ese es el plano general que pasa a su alrededor mientras caminan hacia la sala número doce del juzgado en un grupo compacto que llama la atención de algunos.

La sala doce no es mucho más diferente de lo que hay fuera. Varias filas de sillas para los oyentes del caso y dos mesas separadas para las dos partes implicadas. Johnny ya se encuentra sentado en una de ellas con un hombre trajeado a su lado. 

Félix no tarda en reconocer a Kun, el mejor amigo de Seo. Se ve que el alfa ha contratado a un abogado de confianza. Por lo que el, ahora, rubio sabe, el chino era el abogado que llevaba el tema legal en la consulta del alfa cuando él era pequeño. 

Frente a ellos hay una mesa mucho más alta, detrás de la que se encuentra sentado un beta joven que supone que es el juez.

Félix, Ten y Jaehyun, que se ha puesto un traje para demostrar que es un abogado como los demás, se sientan en la mesa libres que queda. Changbin, Taeyong y Doyoung se quedan en los asientos reservados para el público. En ellos se encuentra Yuta, al que Félix no había notado hasta que su pareja se sentó a su lado. 

La pareja más joven intercambia una última mirada de ánimo antes de que su atención se centre por completo en el juez.

-Ahora que ya están todas las partes, podemos comenzar el juicio por la custodia de Félix Seo.- anuncia el beta con un tono que da a indicar que sus palabras son una mera formalidad. Pasa las hojas de un expediente con lentitud, leyendo.- El demandante, John Seo, pide la custodia del menor alegando abandono por parte del padre omega, Chittapon. Una marca rota. También alega que el omega no le deja ver al menor, ni siquiera dentro de los mínimos establecidos por la ley. ¿Qué tiene que decir el abogado del omega en su defensa?

~Tatoo~ ChanglixWhere stories live. Discover now