Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
8 años
-¡Cariño, Leo ha llegado!
Meghan abrió los ojos como platos y se levantó del sofá en el que estaba viendo "La Sirenita" con su prima Sarah para salir corriendo hasta su habitación, pero después de haber corrido varios metros, la voz de Leonardo la frenó.
-¿A dónde vas?¿Puedo ir contigo?
Irmelin y Kate entraron al salón.
-No.
-¡Claro que puedes, Leo! Meghan, no seas mala -habló la madre de la niña.
Meghan bufó y se fue a su habitación con Leo detrás suya. Al entrar, ella se giró decidida a echar a Leonardo de allí. Lo empujó, el chico no se lo esperaba y perdió el equilibrio, dándose un fuerte golpe contra el suelo. Meghan se asustó y empezó a llamar a su madre entre gritos.
-Leo, lo siento -la pequeña niña estaba muy asustada, empezó a llorar agobiada-, ¿estás bien?
Leonardo asintió lentamente, en ese momento llegaron Kate e Irmelin a la habitación, ambas se acercaron corriendo hasta Leo y lo pusieron en la cama de Meghan, él les dijo que estaba bien y entonces Kate se dio la vuelta para mirar a su hija.
-¿Has sido tú? -se giró de nuevo hasta Leo- ¿ha sido ella?
-Sí, pero ha sido sin querer, estábamos jugando -Meghan lo miró sin comprender, ¿por qué decía eso?
Y así fue como Meghan terminó castigada sin poder salir al parque ni invitar a sus amigas a casa. Cada vez que Leo venía a su casa durante esos días de castigo, ella lo miraba con odio. Su madre le dijo que no podía pegar a Leo, que él solo quería ser su amigo. Ella pensó que si realmente quisiera ser su amigo, no habría dicho que fue ella. A su parecer Leo estaba intentando hacerse el bueno, como siempre, para que todos pensasen que él era mejor que ella.
