Capitulo 1

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Tokio, Japón. Cinco años antes.9:00 Pm.

—Corre rápido Dalila, tenemos que irnos ahora —dijo un chico alentado a la chica detrás de él.

Bajaban las escaleras del edificio rápidamente, a lo lejos se escuchaban algunos disparos, ella cargaba en sus hombros a un señor que fue herido.

—No puedo hacerlo, tengo que ayudar a este hombre—

El señor estaba sangrando demasiado, a medida que avanzaban iban dejando en el suelo gotas del líquido rojo.

—Déjame aquí, les estorbo, así pueden escapar —dijo el hombre con un hilo de voz.

La chica saltaba de dos en dos los escalones aún le quedaba cinco pisos por descender y llegar al auto, estaba cansada pero no podía detenerse.
Ellioth forzaba las puertas de emergencia hasta abrirlas, iban por la ruta de evacuación que les daba la ventaja de salir más rápido, pero para su mala suerte se había activado la alarma de seguridad y las puertas se habían atascado.

—Lo siento pero no puedo hacer eso, por favor no se preocupe, pronto llegaremos —dijo de forma cortada por la agitación. 

En el fondo no estaba segura si saldrían de allí antes que los encontrarán.

—No mientas, sé que no estamos avanzando mucho, tardaremos en llegar hasta el primer piso —el hombre cada vez hablaba con más dificultad.

—Llegaremos sólo nos quedan tres pisos —mintió de nuevo. 

Sus pasos poco a poco fueron lentos al escuchar un inquietante silencio, demasiado silencio como para ser normal. Oyó un leve silbido romper el aire, luego sintió un intenso dolor, algo le estaba quemando la carne.

—¡Ah! —gritó de manera inmediata.

Tambaleó y se derrumbó por la escalera, alcanzando a cubrir al hombre con su cuerpo, recibiendo todo el impacto del golpe. Los habían descubierto, el rastro de sangre los delató, uno de ellos los vio desde pisos más arriba y disparó incrustándole una bala en cada una de sus piernas

 Los habían descubierto, el rastro de sangre los delató, uno de ellos los vio desde pisos más arriba y disparó incrustándole una bala en cada una de sus piernas

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—¡Dalila! —gritó Ellioth, devolviéndose a verla.

Corrió hacia ella, mientras ésta se intentaba poner de pie, pero su esfuerzo fue en vano, el dolor hizo que se desplomara en el suelo.

—Tienes que llevártela —habló el hombre— ya están muy cerca.

—¿Y usted? —miró con preocupación al señor en el suelo.

—Ya es muy tarde para mí, ella aún puede salvarse —Se recostó en la pared.

 Tomó el arma que Dalila tenía en la cintura, la cargó y empuñó con la poca fuerza que tenía.

—Ellioth no lo dejes, mi mente no me dejará en paz si muere. —Hablaba con el último aliento que tenía, sabía que se quedaría inconsciente a causa del sangrado.

Dulce Prisionera 💘 [En edición]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt