Capítulo 1

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17 de marzo de 1914.


Eran los últimos días de invierno, en cuatro días se daría bienvenida a la primavera, pero hace semanas que dejo de nevar. Fue sorprendente que el invierno durara poco. Comúnmente la nieve desaparecía a inicios de marzo, pero este año fue la excepción, para decepción de los niños que Jean vio jugar, construyendo muñecos de nieve o participando en masivas peleas de bolas de nieve, en su natal París. Los niños se organizaban una vez a la semana, entre quince a veinte participantes haciendo pequeños torneos de guerra blanca.

A veces, Jean deseaba volver a ser un niño para dejar las responsabilidades y el estrés de lado. Un poco decepcionado suspiro, no debía tener esa clase de pensamientos, estaba contento con su vida y decisiones.

Era un día soleado, Jean inclina su cabeza hacia atrás, disfrutando del viento que produjo el auto en movimiento, no iban a gran velocidad, ya que nunca fue fanático del exceso de la misma y le molestaba el sentimiento de adrenalina. Pero confiaba en su conductor, por lo cual no protestó, menos mal que su conductor consideraba sus deseos, conduciendo rápido, pero seguro.

Dimitri, el egocéntrico, como lo llamaban sus compañeros de universidad lo llevaba a su nueva vida, el psiquiátrico Source. Se conocieron en la universidad atreves de unos amigos de los que ya no podía recordar los nombres. Al inicio no se soportaban, pero al final pudieron resolver sus diferencias y convertirse en buenos amigos.

Jean perdió la cuenta de las horas que pasaron, viajar en el lujoso automóvil de Dimitri, un hermoso Ford modelo T negro, fue ameno, no siempre podía disfrutar de un auto y menos de un auto tan refinado. Los automóviles eran una tecnología algo nueva que solo la gente adinerada podía darse el lujo de tener. Generalmente usaba carretas o carruajes que lo transportaban donde quería, no por falta de dinero, sus padres tenían mucha riqueza y poder, pero las recientes peleas que tuvo con su padre, lo privaron de algunos lujos.

Es probable que dentro de poco lleguen a su destino, no debían faltan más de dos kilómetros. Era normal que los psiquiátricos se ubiquen lejos de la población, afueras de la ciudad u oculto entre los árboles. Lamentablemente la gente no deseaba convivir con los enfermos mentales. Las personas tienden a repudiar lo que no logran entender y lo triste es que ni siquiera intentaban comprender.

El Source no es excepción a la regla, ubicado a diez kilómetros de la comuna Gien, se mantenía oculto entre los grandes árboles que se extendían por toda la carretera.

Apunto de comenzar la primavera, los grandes árboles que resguardaban el camino hacia el psiquiátrico reverdecían, protegiéndolos de los intensos rayos solares. Jean nunca fue fanático de los climas calientes, él era un "hombre de Hielo", como lo llamaba su padre, pero después de un inverno corto, logro adaptarse.

— Tomas una mala decisión, Jean, si lo deseas doy media vuelta y regresamos a París— dijo Dimitri enfocado en la carretera. Su voz un poco más aguda de lo común lo irritó. Aunque le disguste, de una u otra forma Jean entendía su preocupación, no todo el mundo veía lo bueno de los enfermos mentales, no todo el mundo los ve como personas, como lo hace él, pero ya se cansó de escuchar la misma frase una y otra vez, "Estas tomando una mala decisión" su familia, sus amigos, todos, le repiten lo mismo, a excepción de su madre. No se sorprendería si al final se dice a sí mismo "mierda, tome una mala decisión, todos tenían razón" menos mal, ese no es el caso.

— Dimitri, ya te lo dije, esto es lo que quiero, elegí este camino, estudié para esto, en lugar de enlistarme al ejército como mi padre deseaba— respondió frustrado. Su padre el general Gustave Leblanc, le inculcó desde que tenía memoria, la vida militar. Su deseo era que su hijo siguiera sus pasos, quería que fuera una copia suya, una versión mejorada de sí mismo, pero, al fin y al cabo, una copia. El general nunca imaginó que su propio hijo lo desobedeciera, no tenía interés en seguir sus pasos.

Aunque Jean no lo quiera reconocer y trate de luchar por ser alguien diferente, se parecía a su padre, físicamente era igual a cuando era joven. Los amigos de su padre visitaban su casa de vez en cuando y cada vez que le veían comentaban, el gran parecido a su padre en sus años de juventud. Aunque en la personalidad lo único que tenían en común, era la terquedad.

— Nunca entendí tu afición por los locos.

— No necesitas entenderlo, solo acéptalo en silencio.

—Terminaras convertido en un loco. Podrías haber elegido algo mejor, si lo que deseabas era ayudar, ser un doctor de gente "normal" era lo indicado — dijo Dimitri con desdén. Jean enojado le miró con desprecio, no podía entender como Dimitri podía ser tan insensible. Apunto de insultarle, decidió callar. Respirando profundamente, contó hasta diez, ya más calmado, pensó que tal vez no lo vería en años, no tenía deseo que su último recuerdo fuese una pelea estúpida, así que guardo silencio, ocasionando un ambiente incómodo.

Minutos después por fin visualizaron el Source, protegido por altos muros de piedras que rodeaban todo el psiquiátrico. El único acceso era una gran puerta enrejada, de color negro algo despintada. Por las ranuras de la reja se veía el jardín que albergaba rosas y arbustos emulando figuras de animales.

El Source se mostraba imponente, como un castillo en medio del bosque. Jean sabía que era una gran estructura, pero nunca imagino que fuese tan grande, con tres pisos y un hermoso jardín en la entrada. Si el psiquiátrico se ubicaría en plena comuna Gien, se vería como un castillo entre chozas. El lujo que denotaba era impresionante.

— Bueno, llegamos... escucha Jean, lo siento no debí cuestionarte, sabes que no me gustan los locos, pero respeto tu opinión. Si necesitas algo llama a la casa de mis padres o manda un telegrama—dijo Dimitri arrepentido, tal vez no se vuelvan a encontrar, aunque en verdad no se arrepentía de su opinión no quería que sus últimos momentos fuera en malos términos.

— No importa, estoy acostumbrado a tus comentarios peculiares— respondió con una sonrisa, saliendo del auto.

Es curioso como dos personas tan diferentes pueden forman una amistad sólida.

Dimitri Fontaine, arrogante, codicioso, narcisista, en conclusión, un idiota. Creció en una familia dinerada de cuestionables principios, su particular sentido del humor tendía a ofender a los desconocidos.

No tiene muchos amigos, de hecho, Jean es su amigo más cercano, por lo cual lo trataba con cierta amabilidad. Su actitud altanera repelía a todo aquel con el que deseaba entablar una amistad, con el tiempo dejo de importarle lo que el mundo pensara de él, solo respetaba la opinión de sus padres y a veces la de Jean.

Se graduaron el mismo año. Dimitri estudió derecho, al igual que todos los varones de su familia, a diferencia de Jean, deseaba seguir los pasos de sus antecesores y enorgullecer a sus padres.

Jean sacó del capó su maleta suspirando, no pudo evitar sentir nervios, este era el camino que eligió, al fin se concretaba. Tantas horas de estudio y sacrificio valieron la pena. Un sentimiento infantil lo abordó, le encantaría ver a su padre y decirle "Gané".

Mirando por última vez a su amigo, sintió nostalgia, recuerda como los fines de semanas, Dimitri le obligaba a salir a los bares porque decía que tanto libro le quemaría el cerebro, necesitaba relajarse, disfrutar de la vida, aun eran jóvenes y debían cometer muchos errores. Se emborrachaban hasta altas horas de la noche y de vez en cuando despertaba en la cama de una hermosa señorita.

Se acercó para dar un abrazo de despedida a su amigo, pero este solo le ofreció la mano, solo quería un apretón de manos. Decepcionado correspondió el gesto, pero con una simple mirada a la expresión petulante de su amigo, entendió todo. Este no era un adiós, era un hasta pronto. 

PARANOIAWhere stories live. Discover now