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Muchas veces se había imaginado el primer encuentro con aquel misterioso erizo de púas rojas, donde por su torpeza dejaría caer unos libros justo después de que chocarán sus hombros, ambos se agacharian para recuperarlos, sus manos se rozarian provocándole esa corriente eléctrica que tanto soñaba con sentir y ¡Pum! mágicamente sería amor a primera vista y el inicio de una historia con mucho romance.

En vez de eso había sido amor a primer portazo.

A esta altura no le sorprendería que la única imagen mental que tuviera de ella sería de su cara destruida por el chichón, los ojos tetricamente abiertos sin vida, la ropa sucia, el cabello simulando un nido de pajaros y la boca abierta con rabia, bueno, quizás lo último no pero es que ya se consideraba con tan mala suerte que solo le faltaba eso.

Sin embargo no todo estaba perdido, ¿Cierto? Aún tenia la posibilidad de redimirse con la segunda impresión, que era más importante que la primera sin importar que el mundo y la sociedad dijeran lo contrario, por algo existían las segundas oportunidades.

- ¿Estás segura de hacer esto, cariño?

- Creo que no tuvo suficiente con el tumor JR. Que se ganó, el humillarse ya lo tomo como Hobbie. - Knuckles a su lado, como siempre siendo apoyo emocional.

Después de una noche con helado de coco, novelas asiáticas, pijamas extra grandes donde puedas nadar en ellas, pantunflas de animalitos y una buena desvelada con sus mejores amigas para desahogarse por la vergüenza podía decir que estaba mejor y más motivada que nunca.

Tanto así que el plan B había visto la luz y por fin saldría en marcha, esta vez no podía fallar.

Al parecer un acercamiento sutil no funcionaria con el azabache, probablemente algo más natural y "atrevido" daría luz verde.

He ahí la razón de que ese viernes en especial vistiera una linda falda floreada junto a unos tacones negros y una llamativa blusa blanca con toques rosados, además que en el aspecto del maquillaje también se había esmerado, es decir, Rouge había hecho arte en su cara redonda como así se lo estuvo recordando desde que puso la base en sus mejillas pero que de todos modos se agradecía.

- Estoy bien, solo me acercaré y seré yo misma. - Dijo positiva.

- Ya estuvo que no lo lograra - Se burló el pelirrojo ganándose un golpe en la cabeza por parte de la albina.

Ahí estaba.

Era final de la jornada de ese día, todos ya habían corrido a sus casas por ser último día de la semana y el estaba aún sacando uno que otro  libro de su casillero al final del pasillo con lado derecho hacia el jardín trasero, nadie más.

De repente, sabiendo lo que estaba apunto de hacer su corazón comenzó a bombear mucho más rápido, las manos ya húmedas por el sudor antes de siquiera tocarlo y las piernas de gelatina hicieron acto de presencia.

Respiró profundo, se acomodó por milésima vez la falda sin olvidar de casi ahogarse por retener demasiado aire provocándose una potente tos para nada elegante.

- Cielos, parece que vas a escupir un pulmón - Knuckles la miró extrañado.

- Cállate cabeza de rábano, está nerviosa no lo arruines mas - Regañó la curvilínea murciélago.

Si sus latidos tuvieran pies ya habrían recorrido el mundo más de cinco veces, estaba en extremo nerviosa, si.

Pero ya se había humillado, ¿Qué más podría pasar?

Clases de amabilidad [SHADAMY]Where stories live. Discover now