Capítulo 2: Ojos color avellana

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Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; S

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Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
S. Mateo 7:13

Nuevos rumores se comenzaron a esparcir por todo el lugar, esta vez no sólo involucraban a Saray, sino que se centraban cada vez más en el chico de ojos color avellana.

Él venía los días que había servicio y se iba cuando ya no habían jóvenes con los cuales platicar. Su razón principal al asistir parecía ser únicamente para llamar la atención o para aparentar ser el joven con más carisma y personalidad, pero no era así. Y es que, al ser el hijo de un famoso productor de música las personas con las que podía socializar se iban al ver lo aburrida que era su vida en realidad. Eso lo enfurecia demasiado. Era por esa razón que amaba asistir a la iglesia, no por querer aprender más sobre Jesús, sino para tener a personas que lo trataran como lo que era, un ser humano.

Sin necesidad de hablar sobre sus lujos o el dinero que su familia poseía, simplemente, hablar como si fueran unas simples personas y ya.

Como amigos.

Como compañeros.

Como hermanos.

Días antes de que fuera el tan esperado campamento de jóvenes, Andrew y Saray decidieron quedarse hasta tarde para orar por sus próximos exámenes. Se dirigieron hasta el altar y arrodillándose comenzaron a orar. El tiempo que ellos pasaban juntos era tan maravilloso, Andrew amaba a Saray tanto como Saray amaba a Andrew, una relación tan pura e inocente que podría ser mal interpretada más de una vez por las mentes sucias y descabelladas de algunos jóvenes en la iglesia.

Andrew siempre estaba para ella, así como ella estaba para él. Dándose apoyo mutuo y deseandose el uno al otro lo mejor de las bendiciones de Dios para su vida.

Porque el amor es orar con toda tu fe, con todas tus fuerzas y con todo tu corazón, para que el cielo entero se mueva en favor de la persona que amas. Esa es la verdadera definición del amor.

Al terminar de orar ambos chicos asearon un poco el lugar y al haber finalizado cerraron la iglesia con las copias de las llaves que la pastora Lilly les había obsequiado.

El trayecto a su casa era bastante largo a comparación del de Andrew, quién sólo tardaba treinta minutos en llegar. Era una de las tantas cosas que odiaba de vivir lejos.

— ¿Cuando tendrás tu licencia de conducir? — dice Saray caminando a la par del chico de cabellos castaños.

— Cuando sienta que es el momento adecuado — respondió Andrew sonriendo amablemente

— Debes conseguirla rápido, no quiero seguir caminando sola a estas horas de la noche — formó un ligero puchero en sus mejillas provocando una risita por parte del mayor. Sin pensarlo dos veces pasa su mano derecha por el lacio cabello de la chica revolviendolo un poco.

Al final del abismo© [Cristiana]Where stories live. Discover now