Capítulo 7: Parte I

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— Toma — el niño castaño se inclinó un poco hasta llegar a su rostro, mirándola con la radiante sonrisa que siempre se encargaba de presumir

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— Toma — el niño castaño se inclinó un poco hasta llegar a su rostro, mirándola con la radiante sonrisa que siempre se encargaba de presumir. La pequeña niña miró la flor que le ofrecía, sintiendo en su pecho que por fin alguien la quería, la tomó para posteriormente limpiar sus lágrimas con una leve vergüenza.

— Gracias — curvó sus labios obsequiandole una dulce sonrisa. El castaño se sentó a su lado tratando de no maltratar las tantas flores del campo, su respiración comenzó a regularse con el tiempo y cuando se sintió completamente recuperado habló.

No te preocupes, todo estará bien.

Saray, teniendo en aquel entonces siete años de edad, al descubrir que sus padres se habían divorciado, no encontró otra escapatoria mas que correr. Quería escaparse de la realidad por lo menos cinco minutos de sus 24 horas, sabiendo que al regresar, sus amados padres ya no estarían juntos.

Saray solía vivir en una cabaña no muy retirada de la ciudad, su padre la compró cuando recién se había casado, por lo cuál, la propiedad no estaba a nombre de su madre. Por problemas en su matrimonio, su padre decidió dejarlos sin hogar, ya que, aunque tuviese más de tres propiedades en la ciudad, no quería molestarse en gastar su dinero en esa mujer.

Ni en sus hijos

Anderson, siendo su vecino en aquellos tiempos, al enterarse de lo sucedido no dudó en correr tras ella. Tal vez no comprendía su dolor, tal vez su familia era diferente, pero mientras ella no se negara en aceptar su compañia, él haría lo que fuera para mantener los pedazos de su frágil y pequeño corazón en pié, (incluso si tendría que dar los suyos para salvarla) lo haría sin pensarlo.
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Saray bajó del autobús cuadras antes de llegar al precioso campo de flores que siempre solía visitar. Caminó lentamente para poder distraerse un poco, su corazón latía con fuerza, convirtiéndose en una explosión de emociones para nada satisfactorias. El cielo estaba nublado, las nubes se tornaban grises cada vez que el tiempo seguía avanzando.

Al llegar no dudó en sentarse bajo su árbol favorito, apreciando desde la distancia los pequeños puntitos de colores que decoraban el verde pasto.

— Dios, sólo tú sabes el porqué de las cosas. — susurró — pero parece que yo soy la única que nota algo raro en Wells. Al principio era una sensación de compasión y cariño, pero ahora todo se volvió extraño. — bajó su mirada jugando con una pequeña flor rosada — Hoy es la obra, te pido que... él asista y pueda mirarla. Es lo único que te pido, pero si no es parte de tus planes, lo entenderé.
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El azabache miraba la entrada de esa gigantesca mansión con una triste sonrisa, escuchando desde la puerta la ruidosa musica que siempre les encantaba poner. Desde afuera pudo verse en el reflejo de la puerta de cristal, vistiendo el mejor traje que pudo conseguir. Su rostro se veía totalmente asqueroso, la ojeras le daban un toque más siniestro y macabro. Si hubiese prestado atención a la gente de su alrededor, se hubiera percatado de que aparentaba ser más un delincuente que un mismo adolescente.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2023 ⏰

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Al final del abismo© [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora