Al final del abismo© [Cristiana]

Capítulo 3: Obra

May 03, 2012

— ¿Entonces te irás? —cuestionó Robert del otro lado de la línea.

— Sí, necesito hacerlo.

— ¿A quién le gusta estudiar? No ganarás nada con hacerlo. Si te quedas yo puedo ayudarte a buscar un buen trabajo y verás que tendrás dinero de a montones en menos de una semana.

— No, Robert. Tú no lo entenderías.

— ¿Por qué crees que no lo entendería? ¿Por quién me tomas, Joseph? No soy tan ingenuo.

— No lo entenderías porque siempre has tenido todo. No te has esforzado en conseguir algo, sólo lo pides y te lo traen en menos de un segundo

— Vamos, ¿Ahora tú me vendrás con eso? ¿Es en serio? — apretó con fuerza el móvil debajo de su oreja tratando de mantener la calma. — Sabes cuanto me molesta que toquen ese tema..

— Es la verdad, amigo. En algún momento perderás todo y tendrás que ganarte la vida por ti mismo. Quieras o no.

— Eso nunca va a pasar.
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— ¿Por qué no hablan con esos chicos? — cuestionó Robert mirando expectante al pequeño grupo de jóvenes en la esquina del salón de la iglesia.

— Con ellos no hay ningún problema en hablarles, pero entre ellos hay una niña que está un poco mal de la cabeza, tú me entiendes. —respondió William haciendo un ligero movimiento circular con su dedo índice al lado de su oreja.

— ¿Quién es?

— ¿Eh?

— ¿Quién es la chica?

William se mantuvo en silencio por una infinidad de segundos hasta que por fin habló.

— La chica castaña; se llama Saray, todos la odian. — rió por lo bajo señalando disimuladamente a la de ojos esmeralda.

— ¿Por qué la odian?

— Oh, no sé si deba decirte.

— Vamos William, dime.

— ¿No has escuchado los rumores?— susurró

— ¿Cuáles rumores?

— Los que dicen sobre ella, la niña que está en contra de los seguidores de Jesús.

— ¿Qué?

— Robert, tendremos una obra muy pronto ¿Quieres participar?— Interrumpió, la mirada color miel de Casey denotaba molestia y enfado debido a la actitud de William, sabía lo que hacía, mas nunca tuvo el valor de confrontarlo.

— No, yo no sirvo para eso —respondió

— Nadie sirve para eso— río suavemente— pero lo estarías haciendo para Dios, no para nosotros.

Y él rechazó la oferta pensando que Saray también lo haría, pero no fue así. La idea que tenía puesta sobre ella era completamente errónea a su verdadera forma de ser.

— Dios te bendiga O'Neill — Robert se despidió estrechando su mano disimuladamente.

— Dios te bendiga Wells.

Y se marchaba a su adinerada mansión, mientras ella se dirigía a su pequeña habitación.

Él teniéndolo todo y ella teniéndolo todo sin tener nada.

May 15, 2012

Hablar sobre la obra creo que no tiene relevancia, pero eso no quiere decir que no tenga importancia.

Los Martes ensayaban de 4 a 6 de la tarde; y los viernes ensayaban de 8 a 10 de la noche.

— Hola chica chismes — Robert se sentó a su lado para hacerle compañía. La ojiverde sudaba en gran manera, el ensayo de ese día fue bastante agotador, sin mencionar que hubo un terrible fallo con el aire acondicionado.

— Hola — respondió tomando un sorbo de su botella de agua.

— Wow, en serio te estás derritiendo, me alegra no haber aceptado la propuesta

— ¿Te alegras? ¡Deberías arrepentirte! — dijo Saray alzando la voz —el domingo que la presentemos verás de lo que te perdiste.

— Me parece muy aburrida — respondió recargandose por completo en el respaldo de la silla.

— ¿Aburrida? — Saray miró al chico con enfado, pero su expresión cambió al ver la mirada pérdida del azabache.

— ¿Qué fue lo que realmente pasó contigo y con los jóvenes de la iglesia? — cuestionó rompiendo el incómodo silencio que se comenzó a formular.

— Te lo contaré otro día, ahora estoy muy ocupada— guardó su botella de agua en su mochila para después mirarlo con una amplia sonrisa.

El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas.
Proverbios 11:28