Otra Perspectiva

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Él pronto se dio cuenta que había cometido un error. Había estado tan cerca de admitir abiertamente sus sentimientos por su compañera, a punto de hacerle saber que en realidad le importaba y que él prefería ser privado de su presencia que verlos esforzarse mientras cuidan de él.

Entro a la única habitación en el pequeño departamento, podía darse cuenta ahora que se encontraba detrás de la puerta cerrada de todas las cosas dispersas en el suelo como bolsas y cajas. Él podía lidiar con el desorden; con lo que no podía lidiar sin embargo, era con el futon limpio y doblado en la esquina derecha de la habitación, es decir, en singular.

Dejo salir un audible suspiro; por supuesto que solo les darían un colchón, ya que ellos pretendían ser algo que claramente no eran.

No hacia el asunto menos difícil de lidiar. La idea en sí de compartir el mismo espacio que Sakura no debería de desconcertarlo, pero tal parecía que de igual modo lo hacía. Quizás tenía algo que ver con su reciente argumento, quizás con el hecho de que había pasado un largo tiempo desde la última vez que compartía el mismo espacio de descanso con la kunoichi.

De cualquier modo, ¿de qué estaba tan molesto?

Ella era una mujer capaz y madura que sabía tomar sus propias decisiones, ella no necesitaba que él le dijera lo que estaba poniendo en peligro, la chica estaba más que consciente de eso. Y él también había declarado su rendición ante ambos, se había disculpado e incluso había vuelto a casa aceptando cualquier destino que le fuera a ser consignado.

Bueno, esta parecía ser su sentencia; no había vuelta atrás de ahora en adelante. Él ya estaba aquí en el mismo espacio que ella, compartiendo cuales sean las lamentables cosas que se les fueron dadas para sobrevivir.

Sin embargo, siendo el orgulloso bastardo que estaba consciente de ser, se negaba a rendirse tan fácil y tan rápidamente. Él gruñó y se dejó caer hasta que quedó sentado en el piso de la habitación, sus pensamientos todavía circulando cerca de las razones a su molestia, pero cuando menos lo espero, cayó dormido.

Mientras tanto, Sakura se preguntó qué más podía hacer en el momento. Justo como se le había dicho temprano ese día, ella estaba descartada de sus tareas en el hospital por hoy, con la única asignación de dejar a Sasuke instalado en su nuevo 'espacio de cohabitación'; así que para el tiempo en que había hecho algo de miso ramen para la cena, y había limpiado un poco lo que estaba a su alcance, se dio cuenta de que el único lugar que faltaba por revisar era su habitación —la cual, en ese momento, se encontraba ocupada por un muy molesto Uchiha.

Dejo salir una profunda exhalación mientras dirigía su mirada al pequeño reloj que ahora colgaba en su sala de estar. Había pasado ya casi tres horas, y aunque el elefante que había sentido en los primeros minutos se había desvanecido de la habitación, todavía se encontraba insegura de qué otra cosa podía hacer para matar el tiempo o evitar la obvia confrontación. Se mordió el labio inferior, sus manos sosteniendo un tazón esperando ser servido a lado de otro ya preparado.

Días atrás, la médico podía haber jurado que las cosas estaban bien entre su ex compañero de equipo y ella al punto de mantener una conversación ocasional, pero ahora, después de los eventos ocurridos, ella estaba insegura de cómo proceder con este asunto.

El golpeteo en la puerta la sacó de sus pensamiento; parpadeando dos veces se dio cuenta de exactamente quien se encontraba detrás de la puerta cerrada.

—Naruto —ella dijo, mitad sorprendida-mitad aliviada mientras abría la entrada para saludarlo.

—¡Ey, Sakura-chan! ¿Cómo va todo? —él saludo de vuelta, sonrisa amplia en su rostro y Sakura juró que sintió los músculos de su espalda relajarse.

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