20º

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-Yo... Wow, esto es lo más genial que he visto, no entiendo por qué no querías mostrarme. Es increíble. 

-Yo sabía, lo siento enserio, prometo que... espera, ¿qué?

-Que no entiendo por qué no querías que te viera, esto es excelente. ¿Tus ojos tienen alguna cualidad extra estando así? ¿Puedes ver en la obscuridad con ellos? ¿Tu piel está podrida realmente? ¿No te duele la falta de pedazos de ella? ¿Tienes alguna toxina en las uñas esas de punta o sirven para algo más que solo dar impresión? ¿Todos tus dientes son de punta o solo los del frente? ¿Tu cabello solo se vuelve blanco o algún otro color? ¿Depende de tu humor o se mantiene estático? 

Creo que son demasiadas preguntas juntas, seguro que parezco una metralleta ahora mismo, pero no pueden culparme, esto supera todas y cada una de mis expectativas. Es como una versión en negativo de mi juguetero y me encanta. Él me confirma que estoy demasiado acelerada, cuando alza sus manos en un intento de que frene y me sonríe un tanto nerviosos.

-Respira Queen, o te va a dar algo. Voy a responder a todas tus preguntas, no necesitas acribillarme con ellas. Preferiría que fueran solo una a la vez, sino no puedo contestarte. ¿Por qué no mejor vamos al taller a que me interrogues? Así al menos estaremos seguros de que nadie nos verá o escuchará.

-De acuerdo, tienes razón. Lo siento por no pensarlo antes, fue el shock del momento. Vamos Mr. Bunny, hora de...

Me quedo muda al ver lo que está ahora sobre mi cama: es el peluche, sí, lo es, mas al igual que Jason, él también ha cambiado, ya que, por ejemplo, su parche ya no está y, en su lugar, ahora hay un gran ojo de tonalidad amarilla y naranja, casi como demoníaco, al tiempo en que el otro se ha vuelto completamente negro, las costuras de su abdomen parecen haber desaparecido y ahora, donde antes se unían las telas roja y beige, hay una boca con afilados dientes, y en sus flácidos brazos, ahora hay garras de punta saliendo de ellos como dedos. 

-Wow, ¿él también muta contigo?

Miro a mi juguetero sobre mi hombro y éste asiente ligeramente con gesto ahora tranquilo, en tanto yo devuelvo mi vista sobre el ser afelpado de, ahora, aspecto monstruosamente tierno. En silencio, avanzo hasta los pies de la cama, cosa que MR. Bunny imita acercándose hacia mí y, en cuanto estamos parados frente a frente, como si nada hubiera cambiado, él alza sus extremidades bicolor (ahora con garras) silenciosamente en mi dirección para que lo cargue, cosa que cumplo y él, sin esperar siquiera un segundo, se acomoda sobre mi hombro como una lechuza en el de una bruja. 

-Te tomas demasiadas libertades, conejo. 

Él simplemente frota su naricita contra mi mejilla y suspiro, dando media vuelta y acercándome al ahora peliblanco, que me sostiene la puerta abierta para que me adentre en su taller. A penas traspaso el umbral, noto que no solo ellos han cambiado, sino muchas cosas más lo han hecho al mismo tiempo: la mayoría de los juguetes poseen ahora garras, dientes afilados, ojos demoníacos, algunos colgando, bocas en lugares no esperados con colmillos, líquido negro derramándose de cuencas vacías, partes abiertas donde se puede ver el relleno como si de tripas o sesos se trataran, tentáculos saliendo de bocas y extremidades, al estilo Resident Evil quizás, y más secreción negra por donde mire, que imagino que viene siendo como la sangre para ellos. No sé si quiero averiguar de qué se compone. Solo sus muñecas permanecen intactas, como si nada hubiera pasado. La serpiente de color violeta que siempre cuelga sobre el mostrador, ahora está enroscada sobre sí misma, observándome con sus ojos amarillos y rojos entretanto mastica lo que parece ser un brazo. No creo que sea de hule como los juguetes para perro...

-Él es el Mr. Glutton, es mi, podríamos llamarlo, depósito personal. 

-¿A qué te refieres? 

El JugueteroWhere stories live. Discover now