Capítulo 5: Alterada

4 0 0
                                    

Laylah


Alguna vez no te ha pasado que ves o escuchas algo y todo tu cuerpo se estremece. Un hoyo se forma en tu corazón y todos tus sentidos se ponen alerta; y no entiendes por qué. Pues eso justamente me estaba pasando a mi. Una enorme nostalgia comenzó a invadir mi cuerpo, como si nada de lo que estaba pasando tuviera algún tipo de sentido. Sentí la necesidad de reír, llorar; pero sobre todo, con unas enormes ganas de saber que era lo que estaba pasando en mi interior. Bajé mi mano con el teléfono en ella. Puse el teléfono apuntando la pantalla hacia mi rostro. Mis ojos buscaron el nombre del sujeto que me estaba llamando. Solo avisté un número completamente desconocido. Traté de tranquilizarme. Había escuchado esa voz antes, estoy segura; pero ¿dónde? Y... ¿Cuándo? Volví a poner el teléfono sobre mi oreja.

---¿Quién... eres?---le pregunté al sujeto en la otra línea. Mi voz se entrecorto. En este punto ya estaba temblando.

---Ya veo...---dijo, el otro sujeto en un suspiro. Mi mandíbula se tensó al volver a escuchar su voz.---Aún no es tiempo.

Y con eso colgó.

No entendía nada. Toda mi cabeza estaba hecha una tormenta. ¿Quién era él y como es que reconocía esa voz perfectamente pero no tenía ni idea quién rayos era? Un escalofrío invadió mi cuerpo. No sabía qué hacer. No era de las personas que se desmoronaran fácilmente. Sinceramente, era fría y calculadora. Podía quedarme viendo cómo se desangraba una persona y no sentir el más mínimo asco. Pero esta vez es diferente. Algo en mi está distorsionado, como si esa voz hubiera tocado un nervio que no sabía que tenía. Traté de llevar mi ente a otro lugar, es ese momento recordé algo.

Mis ojos buscaron el reloj que tenía en la muñeca, recién eran las 11:12 de la noche. Aún no era tiempo, todavía faltaban unos 48 minutos para tener que ir allí. Bien, Layah, puedes esperar 48 minutos sentada haciendo algo, cualquier cosa. Vamos, Laylah, tú puedes. Me dirigí a mi cuarto. Entre mis cosas busque algo que podía utilizar para entretenerme. Encontré una tira de cordón satinado, color negro; medía aproximadamente 12 metros. ¡Perfecto! Me dispuse a cortarlos en tiras de 1.5 metro. Salieron unas 8 pulseras. Esto de hacer pulseras era un viejo hobbie que tenía hace tiempo. Ya ni recordaba que sabía hacer pulseras hasta que vi la tira entre mis cosas. Inmediatamente después, mis ojos buscaron el reloj en mi muñeca. Son las... 11:30... ¡¡¡11:30!!! ¡¡¡Mierda!!! ¿Tan poco tiempo había pasado? ¿Y por qué estoy tan exaltad?

---¡¡¡Ahhhhhhhhhhh!!!---grité, deseperada--- Vamos, Laylah, tú puedes. Eres fuerte, tranquila, tú...---traté de tranquilizarme--- ¿Tranquila? ¿¡Tranquila!? ¿Cómo puedo estar tranquila?---vaya forma de tranquilizarme.---Ya no puedo más---me rendí.

Me puse mi ropa habitual de trabajo y salí de mi casa. La soledad de mi casa me despidió y el frío viento me dio la bienvenida a sus domino. El lugar a donde tenía que ir solo estaba a unas 10 calles de mi ubicación. No era mucho, bueno, no para mi. Comencé a caminar demasiado rápido para mi gusto. En serio estaba exaltada. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me había exaltado tanto esa llamada? Mierda. Sí que había tocado un nervio. Seguí caminando rápidamente sin poder detenerme. Algunos faroles aún seguían prendidos, las luces de algunas casas los acompañaban. Me sorprendí un poco que algunas personas estuvieran despiertas a estas horas de la noche. En esos momentos, el sentimiento de ser perseguida invadió mi cuerpo. Volteé para ver si en realidad alguien me estaba siguiendo. No había nadie. Ok, definitivamente había perdido la cabeza.

Sin darme cuenta, ya había llegado al lugar. Me escondí detrás de un auto aparcado al otro lado de la calle. Lo primero que vi fue una casa. Era una casa simple de dos pisos, color negra. Las ventanas estaban recién limpiadas. El techo tenía una textura algo antigua. También había un jardín pequeño al frente de esta. Las flores y los pequeños árboles estaban bien muy bien cuidados. Se nota que le habían dedicado mucho tiempo. Me pregunto cómo sobrevivirán después de hoy.

InevitableWhere stories live. Discover now