Capítulo 8

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El día después de navidad regresamos a la universidad en la nueva camioneta. De nuevo deje que Louis condujera la mayor parte del camino. Debido a que teníamos los cinturones de seguridad y había una consola en medio de nosotros. No podía apoyar mi cabeza cómodamente en su regazo. Sin embargo él pudo debido a sus largos brazos alcanzar fácilmente mi entrepierna. Intercambio el jugar con mi largo cabello por jugar con el corto vello y con mi pene, hasta que no pude más y se lo dije. Mi camiseta estaba fuera de mis pantalones y mis pantalones estaban en mis tobillos, y estaba más caliente que el infierno.

― ¿Necesitas correrte? ―Louis preguntó.

― ¡Joder, si! Estoy cerca de tener bolas azules.

―Vamos. Déjame masturbarte. Solo una cosa.

― ¿Qué? ―Pregunte.

―Me alimentaras después con tu semen. ¡Tengo que ganar algo por mi esfuerzo!

―No es problema. ―Dije mientras él tomaba mi pene y comenzaba a acariciarlo.

En cerca de dos minutos alcanzamos el punto crítico que ambos teníamos en la mira, grite cuando disparé mi semen sobre mi abdomen.

―Ahh, ¡JODER! ―Grite.

― ¡Joder, si! ¡Dispara esa jodida carga! ―Louis gruño mientras veía― ¡Dispara para mí, bebé!

No estoy exactamente seguro como logro mantener la camioneta en el camino mientras él me veía correrme. Después me di cuenta que hubiéramos tenido grandes dificultades explicando un accidente. Mi semen me cubría y yo comencé a tomarlo con los dedos y alimentar directamente la hambrienta boca de Louis.

―Mmm... delicioso refrigerio ―Gruño después de que le di lo último.

―Entonces, ¿yo conseguiré algo?

―Seguro. Espera déjame salir del camino y tú manejas mientras yo te "entretengo".

― ¿Qué quieres decir con que me "entretienes"?

―Ya lo veras.

Esa mañana la carretera estaba casi vacía, siendo el día después de navidad. Louis se hizo a un lado del camino y salió de la camioneta, yo hice lo mismo y nos cruzamos frente a la camioneta mientras me dirigía del asiento del pasajero al asiento del conductor. Mientras pasaba, el me pellizco el trasero, eso fue tan inesperado que grite como una maldita chica, pero el solo se reía de mí.

Me senté atrás del volante y vi a Louis. Seguía parado fuera de la camioneta con la puerta abierta. Ya se había quitado la camiseta y se desabrochaba los jeans y los bajaba por los muslos.

― ¡Entra aquí! ―Le ordene― ¿Que si alguien te ve así?

―Hey, les daría algo de emoción, ¿no crees?

―Oh, genial. Mi amante es un exhibicionista. ¿Cuándo sucedió esa pequeña extravagancia?

Louis subió a la camioneta y bajo sus pantalones hasta los tobillos. Él estaba para todos los motivos prácticos, desnudo y duro.

― ¡Hey! ¿No me has visto pavonearme alrededor del gimnasio después de un encuentro? Sé que mi jodido pene y mi culo se muestran a través del apretado traje. Y me gusta la mirada que obtengo de los otros atletas. Claro me gusta más la que obtengo de ti. ―Se inclinó y me beso la mejilla, antes de ordenarme― Vamos, niño, maneja.

Entre a la interestatal y coloque el fijador de velocidad en cien kilómetros. Louis en el asiento de al lado bajo el respaldo hasta estar prácticamente acostado. Ahora podría ser visto solo por un vehículo más alto, como un tráiler, pero dado que yo estaba en el carril de la derecha incluso si un tráiler pasaba no lo vería. Al menos eso esperaba.

Dormitorio de atletasWhere stories live. Discover now