Un sinestésico puede, por ejemplo, oler los colores, sentir el sabor de las palabras o texturas, oír las sensaciones e incluso hay quienes pueden llegar a ver el aura de las personas relacionándolas con colores y percibiendo sus emociones.
➻Donde B...
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FRESIA
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El aire se siente mucho más frío y ellos tienen que detener sus bicicletas una cuadra antes de llegar a la casa de Joe. Hay tres patrullas con sus torretas encendidas y estas iluminan toda la zona en parpadeantes colores azules y rojos que incomodan los ojos de todos, sobre todo a la sensibilidad de Ben quien se baja erráticamente de la bicicleta cubriendo su rostro con ambas manos.
—¿Qué sucede? ¿Por qué hay tantos policías?
Benjamin logra mirar por entre sus dedos y mira con miedo como adultos con uniforme inspeccionan dentro y fuera de la casa de su amigo.
—Es donde vive Joe —dice provocando que los demás niños se vieran con el temor marcado en sus rostros.
—¿Qué habrá pasado? —pregunta Lucy mordiéndose el labio con nerviosismo.
Rami comienza a respirar agitado y gira su rostro de un lado a otro estirando su mano temblante.
—¿Qué hacen los policías? ¿Hay alguien más? ¿Ven a Joe? Por favor no se queden callados, necesito saber.
—Al parecer no hay nadie —le dice Sami con voz tranquilizante tomando su mano con fuerza.
—¿No es eso peor? —preguntó Rami sin disminuir su preocupación.
—Acerquémonos para poder escuchar —. Propuso Gwilym —. Ben, ¿puedes venir con nosotros?
El rubio negó con sus manos cubriendo su propio rostro ligeramente encorvado. —No puedo, las luces me lastiman mucho. Me quedaré aquí con Rami.
El resto de los niños —incluido Mike, quien creía que era un detective y avanzaba con sigilo— se acercaron cuidadosos a donde los policías se encontraban. Rami apretó con fuerza la mano de Benjamin y su respiración era tan superficial que podía escucharse.
—Estoy asustado, Benny.
—Yo también —susurró; observó con inquietud la casa de Joe a lo lejos y luego a su alrededor.
—Estás muy agitado, ¿te duelen mucho tus ojos? —estiró sus manos tanteando el rostro de Ben, en su oscuridad delineó el contorno de sus ojos como si contara sus pestañas y Ben sintió un alivio temporal a las pulsaciones que su hipersensibilidad le provocaba.
Tomó un par de respiraciones profundas y después acunó el rostro de Rami sorprendiendo al niño al sentir sus mejillas frías por el tacto de las manos de Ben.
