20• Amor de Madre •

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  Corría desesperadamente por la calle, hasta que encontré un callejón estrecho y me oculté ahí

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  Corría desesperadamente por la calle, hasta que encontré un callejón estrecho y me oculté ahí. Algo agitada, coloqué mí mano en el pecho en un intento de calmar los frenéticos latidos.

— Piensa Nanami, piensa... Debe de haber una forma... — susurré con lentitud.

  Mí mente repasaba miles de formas posibles en las cuales pudiera salir victoriosa, mas la mayoría de los planes poseían  demasiadas fallas.

  Estaba tan metida en mis pensamientos que no me dí cuenta cuándo un clon de Ectoplasm apareció a mí costado y de una patada me envió fuera de aquél pasadizo.

  Apenas sí pude detener la caída, evitando que chocara contra un edificio.

— No podrás escapar...

  Caminó unos pasos hacia mí  dirección, al mismo tiempo que creaba otros clones.

— Tch, carajo.

  Limpié con mí antebrazo la saliva que salió de mí boca producto del golpe.

  Sólo quedan siete minutos, ya no sirve de nada huir, la salida está muy lejos. No quedará otra que vencerlo...

  Justo en ese momento, las copias del profesor me rodearon por completo, dejándome sin escapatoria. Posiblemente se trataban de unos veinte clones, no lo sabía con exactitud.

  Con rapidez active mí singularidad y el agua del cinturón subió por mis brazos. Movía los ojos en todas las direcciones esperando alguna acción por parte de los individuos.

  E inesperadamente, uno de ellos me empujó desde atrás, provocando la acción contraria. Así, cada una de ellas me fue empujando de un lado a otro, como si fuera una pelota.

  A decir verdad, el héroe no se estaba conteniendo, sus ataques eran fuertes.

  En un momento, uno de ellos me arrojó contra la pared de unos apartamentos. El impacto fue tan descomunal, que el dolor azotó cada rincón de mí cuerpo, mis párpados se abrieron casi por completo y un hilo de sangre escapó de mí boca.

  No sabía el porqué, tal vez sea por la violencia del golpe. Pero en ese segundo un recuerdo invadió mí cabeza.

  Se trataba de la vez en la que durante mí estadía en Hosu, el señor Pakku me entrenó de una forma parecida. La diferencia es que mientras él me atacaba, yo tenía una venda que me impedía ver.

  Al principio del ejercicio, me había costado descifrar sus movimientos pero con el tiempo logré predecirlos.

  Sintiéndome una completa idiota por olvidar algo tan crucial, tragué la poca sangre que se alojó en mí paladar y con cierto temblor en las piernas me paré.

    Muchas gracias, Señor Pakku... Por enseñarme a pelear...

Admito que tienes determinación, pero no lograrás ganarme... —  vociferó con seriedad el hombre.

𝑺𝒕𝒖𝒎𝒃𝒍𝒆 𝑾𝒊𝒕𝒉 𝑳𝒐𝒗𝒆 ➳ 𝘛𝘰𝘥𝘰𝘳𝘰𝘬𝘪 𝘚𝘩ō𝘵𝘰 ➳ [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora