Misty V: Sentimientos

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Capítulo V

«Pov Misty»

~Sentimientos ~

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Todo parecía adquirir un buen tono con el paso de los días.

Mientras mi gimnasio Pokémon en ciudad Celeste iba tomando formaba, quedando aún mejor que antes, yo iba acercándome a Ash cada vez más hasta que...

Estábamos viendo la televisión en el living de su casa, cuando la noticia de un sismo, esta vez en ciudad Carmin, me hizo recordar lo que mi hermana y la enfermera Joy de mi ciudad me habían comentado. Así que, sin pensarlo mucho, se lo comenté a Ash, pero no se lo tomó muy bien.

—¿Qué? —me dijo, parándose del sillón donde estábamos tomando una taza de chocolate que Delia nos sirvió antes de ir a casa de Daisy. Creo que había terminado el chaleco que le tejió a mi sobrina.

—Pues... —bajé la mirada a mi taza de chocolate—, Violeta me lo había comentado primero, después de mi cumpleaños.

—Misty... —volvió a sentarse—, te das cuenta que, si realmente no hay réplicas del terremoto, aún pasado quince días, todo indica que no fue en verdad un desastre natural. Podría estar pasando lo mismo en ciudad Carmin.

—Sí sé —suspiré—. Cuando la enfermera me llamó para regresarme a Lapras, me comentó de eso. La gente estaba muy preocupada por la falta de réplicas, siendo la magnitud que fue... Creen que pudo haber sido un ataque a la ciudad...

—Demonios, ¿cómo me lo dices hasta ahora? —Ash volvió a ponerse de pie, levanté la mirada para buscarlo, pero había salido de la casa con su celular en mano. Pude verlo en el balcón, aunque los vidrios me prohibían escuchar lo que hablaba, se veía enojado y frustrado.

¿Hablaría con Lance? ¿Acaso sería el final de sus vacaciones?

Me lamenté totalmente por haberle comentado eso, pero estaba preocupada. ¿Y si el terremoto que afectó ciudad Celeste y ahora ciudad Carmin, era realmente un ataque de alguna organización contra las ciudades? ¿O alguien que está tramando algo en las profundidades marinas?

Dejé mi taza de chocolate a la mitad, no podía seguir bebiéndola con el estómago cerrado.

Ash regresó con el ceño fruncido a la casa, iba a subir las escaleras, pero lo detuve del brazo.

—¿Pasó algo? ¿Lance te dijo algo?

—No es asunto tuyo —me respondió soltándose de mi agarre.

—¿Qué no es asunto mío? —le grité, por lo que se volvió a detener— ¡Es mi ciudad de la que estamos hablando! ¡La ciudad donde nací y crecí! ¡La ciudad que protejo como líder de gimnasio!

—Si tanto amas tu ciudad, ¿por qué aún estás aquí? —me dijo sin mirarme y quedé paralizada por un par de segundos en mi lugar. Apreté los puños y subí las escaleras deprisa, sin importarme chocarlo al pasar y casi tumbarlo de las mismas. Entré a mí habitación y ahí me quedé apretando uno de los cojines con rabia entre los dedos.

¡Eres un idiota Ash Ketchum! ¡Un idiota!

Me sentía de muy mal humor, y para evitar tener que escuchar a Delia diciéndome algo -porque de verdad, no quería desquitarme con ella la rabia que me provocó su hijo- tomé el portátil de mi mochila, lo prendí y colocándome los audífonos, me puse a terminar de ver una serie, de esas que te hacen llorar a mares.

Bajo el Mismo TechoWhere stories live. Discover now