Una rata

1.5K 139 57
                                    


R

achel: dieciocho años; estudiante reconocida del instituto privado Beata Imelda; considerada la más popular y adinerada de su año; hija de un famoso empresario; amiga de fiestas de Irene.

Estúpida Irene y sus estúpidos favores. "Haz esto por mi Rachel, me lo debes". ¡Y una mierda! No soy tan ingenua como para no saber que después de este vendrá otro y luego otro. ¿Quién me manda a tener que recurrir a ella cuando estoy en aprietos? ¿Acaso no aprendí que los favores de Irene Guinevere se devuelven con intereses?

Ni siquiera la había necesitado tanto tanto. Bueno, en realidad sí, no habría podido seguir pisando el insti si ella no se enfrentaba a la tonta de Pilar. Ay pero de tan sólo recordarlo me excito un poco, que buen escarmiento le dio ese día, no hay nada más bonito que ver llorando asustada a la persona que trató de amedrentarte del mismo modo. Mi pulso se dispara y mi corazón bombea con fuerza redirigiendo sangre a las partes más erógenas de mi cuerpo cuando paso por su lado en el receso y ella baja la cabeza, volviendo al lugar que pertenece. No se cómo ha conseguido que los demás también dejaran de decir cosas de mí, pero paulatinamente lo dejaron de hacer, supongo que cuando mis fotos desaparecieron de facebook perdieron el interés de seguir compartiéndola o comentándola entre sus amigos, se que alguno que otro debió guardarla en su teléfono, pero no me importa.

Con Pilar puesta en su lugar resurgí de las cenizas cual Ave Fénix extendiendo sus alas en medio del fuego, o Cleopátra desenvolviéndose del interior de una alfombra transportada a través del desierto para reclamar su trono, aquel que le pertenecía más allá de la genética porque era hija de Dioses. Ahora volví con más poder que nunca al lugar que pertenezco y al que siempre pertenecí, incluso cuando era una niña de primaria que con dos chasquidos tenía a todas mis compañeras entregándome sus juguetes y desviviéndose por ser invitadas a mis fabulosas fiestas de cumpleaños. Ahora puedo respirar tranquila, sintiéndome cómoda con una mitad del colegio odiándome y la otra chupándome las medias hasta límites indignos.

Mientras que Pilar, la reina vieja y decrépita ha perdido su brillo y emprende su camino al pasillo de la muerte, donde dejará atrás la mejor etapa que podría vivir una persona, llena de travesuras ingenuas, diversión, noviazgos y rollos de una noche sin preocuparse por reprobar una materia porque puedes darla en el verano, para ver muy cercana una etapa adulta, carente de emoción y repleta de responsabilidades universitarias. La gente empieza a olvidarla, perdió su título y el pueblo lo sabe bien, las aspirantes a porristas ya no le rinden culto porque no tiene influencias en el grupo, su mejor amiga, la anterior capitana, se graduó el año pasado y con ella se llevó los más grandes éxitos de su pequeño grupo de retrasadas, los de primer año no tienen idea de quién habla uno cuando se la menciona y los chicos desviaron sus ojos de las de último año para enfocarse en carne fresca.

Sin embargo, a pesar de recuperar mi reputación, la ligera emoción que sentí al atravesar el acoso de Pilar y retomar el control de la situación tras hacerla polvo, fue disminuyendo con el paso de los días. Con ninguna rivalidad poniéndome a prueba cada mañana las clases se tornaron aburridas, logré divertirme un tiempo contemplando los desesperados intentos de Miranda por llamar la atención y ser alguien en mi escuadra, como su estúpida idea por chupársela a todo el equipo de rugby. Y se lo acepté, porque a pesar de que perdió la dignidad con todos los chicos y el respeto de muchas chicas que la miran con una envidia disfrazada de repulsión, si hay algo que respeto mucho es la putería. Está bien que la usó con otros fines y no porque tuviera ganas de tirarse a todos los jugadores, pero los medios para mí siempre están bien justificados si son para llegar a algún fin y después de todo debo reconocer que ella siempre fue muy suelta de bragas. 

La lección© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora