Capítulo 89

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POV.CHRISTIAN

Ha llegado el gran día hoy me caso y dejo de ser un hombre soltero, hoy como nunca tengo nervios muero por ver a mi nena y a los gemelos. Grace y las demás chicas y en conjunto con Lupita me dejaron en la casa de Ana. Pues ellas se llevaron a Anastasia, desde ayer estoy solo con Sawyer, Elliot y Taylor.

—Hey hermano listo, hoy dejas de ser aquel hombre codiciado por todas las mujeres de Seattle— dice Elliot.

—Si es verdad, pero desde hoy solo le perteneceré a una sola mujer y esa es Ana y solo a ella la amo, creo que tú ya deberías casarte, no lo crees hermano – murmuro mientras alzo mi ceja

—Si, como tu digas, pero por ahora no, debo de planear bien el lugar para pedirle matrimonio a Kate —murmura Elliot mirando por la ventana.

—¿Señor Grey está listo para partir a la mansión? — pregunta Taylor

—Si, vamos, y por favor llámame, Christian —le pido a Taylor.

El me mira y asiente.

—Está bien... se. Christian— dice antes de salir.

Estoy de pie esperando a Ana, no veo ya el momento de decir si acepto. Ya es casi la hora y Ana, aun no asoma será que se arrepintió... no, no creo ella... no es así.

—Mamá, Ana se está demorando mucho porque no aparece— digo nervioso

—Hijo respira, es la tradición que la novia llegue tarde. —dice mi madre mientras da dos palmadas en mi hombro

—Y si le sucedió algo— digo, pero la música empieza a sonar y dejo de hablar al alzar la vista la veo a ella. Ana, esta hermosa con aquel vestido blanco parece un ángel mi ángel.

Toda la gente se pone de pie cuando mi nena empieza a entrar. Mi padre es quien sostiene el brazo de Anastasia, ella le pidió que la acompañara hasta el altar.

—Se ve muy hermosa— comenta mi madre sonriendo la miro caminar por la alfombra llena de flores. Nuestra vista se conecta es azul vs gris. Mi padre se acerca y me extiende la mano de Anastasia.

—Hijo, cuídala por favor— dice mi padre

—Con mi vida, lo are —digo y tomo la mano de ni nena.

—Muy bien hijo.

—Te ves hermosa nena. — le susurro al oído muy discretamente

—Usted también luce muy bien señor Grey—dice ella, entonces miramos al padre que esta frente de nosotros listo para empezar con la ceremonia.

—Queridos hermanos: Estamos aquí junto al altar, para que Dios, garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el ministro de la Iglesia y la comunidad cristiana ahora reunida.
Cristo bendice copiosamente vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las demás obligaciones del Matrimonio.

Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención— dice el padre mientras nos mira atento— Esposa y Esposo, ¿venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente? —pregunta el padre.

—Sí, venimos libremente— decimos Ana y yo al unísono

—¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?

—Sí, estamos decididos— respondemos.

—¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia? — aquella pregunta me hace pensar en los gemelos.

—Sí, estamos dispuestos. —decimos

—Así, pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia— dice el padre haciendo un asentamiento de cabeza, no lo pensó ni dos veces y tomo la mano de Anastasia, listo para decirle mis votos matrimoniales. La miro a los ojos.

—Yo Christian Grey, te quiero a ti Anastasia Steele, como esposa y me entrego a ti prometo amarte fielmente, renunciado a las otras, a través de los buenos y los malos tiempos, en la enfermedad o en la salud, independientemente del lugar donde la vida nos lleve. Te protegeré, confiare en ti y te respetare. Compartiré tus alegrías y penas y te consolare en los momentos de necesidad. Me comprometo a cuidarte y mantener tus esperanzas y sueños y mantenerte a salvo a mi lado.
Todo lo que es mío ahora es tuyo. Te doy mi mano, mi corazón y mi amor desde este momento por tanto tiempo como ambos vivamos —digo y mi nena seca sus lágrimas cuando termino.

Ahora es el turno de Ana.

—Yo Anastasia Steele, te quiero a ti Christian Grey, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la salud y en la enfermedad, en lo bueno y en lo malo y en las alegrías y en las penas. Y prometo quererte incondicionalmente apoyarte para que consigas tus objetivos y tus sueños honrarte y respetarte, reír y llorar contigo compartir tus esperanzas y sueños y darte consuelo en momentos de necesidad. Amarte hasta que la muerte nos separe. Prometo trabajar nuestro amor siempre y hacer de ti el hombre más feliz a mi lado— termina Anastasia de decir sus votos no sé cómo explicar lo que siento ahora. Sus palabras calaron en el fondo de mi corazón.

—Christian Grey ¿quieres recibir a Anastasia Steele como esposa, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida? —pregunta el padre

—Sí, quiero. —digo

—Anastasia Steele ¿quieres recibir a Christian Grey como esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

—Sí, quiero. —responde mi nena

—El Señor confirme con su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ente la Iglesia y os otorgue su copiosa bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre —dice el padre, me sentía muy nervioso y ahora me encuentro más relajado.

—Bendigamos al Señor

—Demos gracias a Dios— decimos Ana y yo. Elliot tiene los anillos, el padre se los pide para bendecirlos.

—El Señor bendiga estos anillos que vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad— tomo el anillo y sujeto la mano de Ana.

—Anastasia Steele, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo —lentamente introduzco el anillo por su dedo. Al finalizar beso su mano. Es el turno de ella.

—Christian Grey, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo— dice Ana mientras me coloca el anillo.

—Ahora pueden besarse— habla el sacerdote. No espero más y la beso la reclamo como mía, es un beso lento. Por fin es la señora Grey.

—¡Que vivan los novios! — grita Elliot feliz. Toda la familia se acerca a felicitarnos y a regañadientes me aparto de Anastasia.

—Les deseo lo mejor, muchas felicidades. —dice mi madre muy contenta con lágrimas en sus ojos. Abraza a Ana y luego a mí, pero antes de retirase me murmura al oído.

—Te mereces ser muy feliz hijo, te deseo lo mejor. Te quiero —me dice y por segunda vez la vuelvo a abrazar.

—Te amo mamá, te agradezco mucho por verme cuidado a pesar de no ser tu hijo —digo en su oído.

—Por favor ni lo menciones eres mi hijo me escuchaste— me dice sonriendo.
Ya nos encontramos en la recepción, todos nos felicitan y nos desean lo mejor. Mi nena luce hermosa. La veo que conversa con Mía y con Kate. Yo solo le sonrió. Los gemelos se han quedado dormidos, ya no resistieron más.
Hoy tengo todo lo que nunca pensé tener. Tengo una hermosa esposa y a mis hijos ellos y Anastasia son todo para mí. No sé qué haría sin ellos. Salgo de mis pensamientos y veo a mi esposa a mi lado. Me abraza y me besa.
—Señor Grey, ahora es mío solo mío me ha entendido— dice sonriéndome.
—Usted señora Grey también es mía así que no lo olvide— le digo besándola.

Cree en míWhere stories live. Discover now