Siempre te seguiré. | SaiGenos

Capítulo III: ¿Aliados?

En medio de las instalaciones del laboratorio de Kuseno, Saitama se encontraba parado frente a un espejo de cuerpo entero.

- Hmm.- Revisaba los detalles de su nuevo traje con el rostro serio.

Traje negro, capa, guantes y botas rojas.

- Luce increíble, Saitama-sensei.- Genos irrumpió en el sitio, viendo al mayor desde la puerta por el espejo. El color negro realmente resaltaba el físico y demostraba el poder de quien lo vestía.

Saitama soltó un risa simple, girándose hacia el dueño de la voz.

- Tal vez yo también debería hacerme algún cambio. - Añadió atento a las reacciones de Saitama quién sólo se limitó a mirarlo fijamente por varios segundos.

- No, no lo hagas. - Dijo sin más, con voz seria. - Yo creo que así te vez genial. - Acercó su diestra hasta el rostro de Genos, acomodando algunos rubios mechones con sus dedos. - Tú, eres genial. - Saitama le dedicó una leve sonrisa casi impercetible; sin embargo, Genos notaba en su mirada, que su sensei parecía no estar completamente en sí, y aún así, se sintió increíblemente feliz por aquellas palabras.

Desde que pudiera estar junto a él, nada más le importaba.

- Quiero salir un rato, Genos. - Retiró su mano enguantada de la rubia cabellera y estiró un poco sus brazos. - Quiero... lucir mi nuevo estilo. - Dijo sarcásticamente sabiendo que el menor le entendería.

Saitama haría su primera aparición en contra de la asociación.

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Como normalmente solía hacer, Zombieman se encontraba entre las calles de la ciudad, atento a cualquier novedad o movimiento extraño.
Está vez había optado por ir a Ciudad-A al ser, generalmente, el lugar donde se presentaban los primeros problemas, por tener en ella, el mayor número de héroes.

Fumaba tranquilamente uno de sus cigarrillos pero sin bajar la guardia. No podía dejar de pensar en lo que estaba sucediendo ahora; sabía que en cualquier instante, el desastre empezaría.

El sabía a lo que se enfrentaban y todo era simplemente un dolor en el trasero. El mismo Dr Genus también le había hablado sobre el increíble poder de Saitama y lo jodidos que estaban todos por pensar siquiera en enfrentarse a él.

Suspiró cansado apagando su cigarrillo cuando escuchó un fuerte estruendo y un leve temblor que provenía de unas calles más adelante. Luego, vio algo parecido a un rayo de fuego lanzado hacia el cielo , y fue cuestión de segundos para que todos los transeúntes empezaran a correr envueltos en miedo.

Rápidamente corrió hasta el sitio que se encontraba repleto de humo y escombros. Cuando la blanca nube empezó a disminuir y quiso dar un paso adelante, el héroe sintió que el piso se había acabado.

Frente a él, un enorme cráter que destruyó toda la plaza donde se encontraban.

- Demonios. - Retrocedió un poco, intentando buscar con la mirada, algún civil que necesitara ayuda.

- ¡Hasta que al fin apareciste, bastardo!. - Gritaron del otro lado. Zombieman reconoció la voz de inmediato. - Pagarás por por lo que le hiciste a todos mis compañeros. - TankTop Máster tronaba sus dedos viendo hacia el centro del gran cráter.

El héroe inmortal giró sus ojos al ver a quienes habían sido los causantes de todo.

"No inicien una pelea". Repetía el de ojos rubíes para sí mismo. ¿Qué tan imbecil podía ser ese tipo para lanzarse de cara, él sólo, contra ellos dos?