Capítulo VIII: Amenaza

2.3K 311 228
                                    

La asociación de héroes se encontraba en su peor momento de declive. Estaba atravesando por una gran crisis que incluía la notoria pérdida de credibilidad en la sociedad y de algunos de sus financiadores.

Sin embargo, aún habían otros, aquellos más ambiciosos que no renunciarían. Los ricos, se habían vuelto mucho más ricos gracias a sus conexiones con la asociación, y es precisamente esto lo que los estaba llevando a aferrarse a todo lo posible con tal de no perder la autoridad que aún tenían. Por supuesto que no echarían a perder todos sus lujos por no poder controlar a un simple hombre.

Saitama había vuelto a activar las alarmas del sitio, y se encontraba en la puerta principal esperando a que alguien apareciera y le dijera de una jodida vez qué pretendían lograr amenazándole con capturar a Genos.

Las manos le cosquilleaban, hacia mucho tiempo que no sentía la necesidad de desahogar su ira en una pelea a como diera lugar. Sin embargo, había decidido esperar allí con la esperanza de que el tiempo les diera la oportunidad de preparar algo interesante para él, pero seguía sin suceder nada.

¿Acaso no había nadie en el lugar? ¿O simplemente se estaban escondiendo?

Chasqueó la lengua y optó por entrar al fin al establecimiento. Tampoco es que tuviera mucho tiempo para estar perdiendo allí. Él debía encontrar a Genos lo antes posible, ese era su objetivo principal y no podía distraerse.

No dejar que lo alejen de su lado. Ese es el por qué de su presencia allí, era su culpa que Genos se viera involucrado en todo esto, así que se haría cargo.

Caminó unos pocos pasos sin prestar especial atención a nada a su alrededor. Rover lo seguía desde unos pasos atrás, aunque había empezado a actuar algo ansioso desde hace varios minutos. Saitama frunció el ceño al darse cuenta de esto, notando también una presencia unos metros adelante.

El pasillo al que habían entrado se encontraba extrañamente oscuro, estaba seguro de que él no había causado el daño suficiente al edificio como para dejarlo sin luz; sin embargo, su deducción fue interrumpida cuando logró ver a lo lejos la silueta de alguien más.

Su corazón se saltó algunos latidos. Ese alguien más, sabía a la perfección de quién se trataba, le reconocería a simple vista. Solo había alguien en el mundo con aquellos inigualables y brillantes ojos dorados.

Su cuerpo no reaccionó por algunos segundos luego de verle, convenciéndose de que su vista era correcta, pero aún así, dudó.

-¿Genos? -preguntó con el tono de voz que su sorpresa mezclada con duda le permitía.

Quiso acercarse al no recibir respuesta, pero de nueva cuenta, se detuvo cuando algunos pensamientos cruzaron su mente:

¿Y si lo estaban amenazando? ¿O controlando?

Iba a verificar sus suposiciones, cuando finalmente escuchó la voz del rubio.

-Saitama-sensei, ¿por qué está aquí? -habló desde la distancia, sin embargo fue suficiente para tranquilizar por completo al hombre frente a él.

-¡Genos! Oh por Dios, eso debería preguntarlo yo, creí que me volvería loco buscándote -exclamó rápidamente empezando a caminar hasta el menor -. Yo, por un instante pensé que...

Saitama detuvo sus palabras al notar que Genos retrocedía sus pasos cuando él intentaba acercarse.

-Por favor, no se acerque -advirtió Genos lo más sereno que pudo, colocando una de sus manos como obstáculo para el avance de Saitama.

-¿Qué? ¿Por qué...? -Saitama notó que el rubio incluso evitaba su mirada, así que supuso lo que para él era lógico-. Genos, ¡sé que cometí un error! ¡Lo sé!Por favor no hagas esto ahorita. Solo...volvamos a casa -pidió con voz marcada entre la súplica y la tristeza, intentando nuevamente acercarse hasta el rubio.

Siempre te seguiré. | SaiGenosМесто, где живут истории. Откройте их для себя