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Jane venda los nudillos de Ben, asegurándose de no lastimarlo. Ben no la mira, está ausente, tanto que no presta atención al dolor que las heridas hechas por si mismo le provocan.

Loonie pasa la yema de sus dedos por los zarpasos que han quedado en la pared, tratando de descifrar como fue que Ben logro hacerlos, ella no se cree la historia de que un animal entro al templo, nadie puede hacerlo a excepción de la resistencia.

—Listo— Dice Jane, terminando de vendar los nudillos de Ben, el le sonríe en señal de agradecimiento.
—¿Como hiciste esto?— Pregunta Loonie, refiriéndose a las marcas de las garras.
—Yo no lo hice, ya te lo he dicho Loonie.

Antes de que la chica asiática pudiese refutar eso Doug se hace presente, mira a las dos chicas y ambas entienden perfectamente a que se refiere. Se retiran de la habitación sin decir más, asegurándose de cerrar la puerta.

El hijo de Dopey se acerca a Ben y se sienta a su lado, quiere hablar con él antes de que anochezca, antes de que otra mujer entre por esa puerta.

Y si, Ben ha intentado llenar el vacío que Mal dejo en el con otras mujeres. ¿Que si lo ha logrado? No. Por qué aunque se niegue a aceptarlo, Mal no es difícil de borrar.

—Ben— Musita Doug —¿Hasta cuándo vas a seguir así?
—Hasta que me olvidé de ella— Responde cabizbajo —Hasta que la supere y mí corazón logré aceptar que la odió.
—No te engañes, Benjamín. Si esas mujeres no se adaptan al hueco de tu cama, mucho menos lo harán con el del corazón.

Ben no emite palabra alguna, se queda mirando un punto muerto en el techo, cerrando los ojos y apretando los puños con fuerza. Doug apoya su mano en el hombro del castaño, demostrándole su apoyo.

. . .


Carlos camina por los pasillos del ahora castillo de su madre, lo que menos desea es encontrarse con ella, para su suerte ella no se encuentra en casa, quizás ande por ahí, buscando animales indefensos para sus nuevos abrigos de piel.

No le apetece saber que animales escogerá ahora. No después de lo que hizo con Chico.

Abre la puerta de roble para acto seguido salir del castillo, encaminándose al bosque. Más exactamente al lago encantado.

Después de entregarle la varita a Malefica, y de que los chicos cayeran en cuenta de su terrible error, ese lugar se convirtió en un refugio para ellos. Un lugar en el que se pueden desahogar sin ser juzgados (y posiblemente reprendidos) por sus padres. Se ha convertido en un paraíso en ese mundo de oscuridad.

Cuando llega a su destino puede observar como Evie y Jay ya se encuentran ahí, hablando entre ellos. Carlos los saluda efusivamente y ellos corresponden el saludo.

—¿Donde esta Mal?— Pregunta el chico de Pecas sentándose al lado de sus amigos
—No va a venir— Informa Jay —Se fue con Malefica para hacer un "trabajo" —Realizo las típicas comillas.

Carlos solo asiente y se une a la conversación de sus amigos, hasta que en cierto punto se pierde. Mira a la nada, perdiéndose en sus pensamientos, hasta que se percata de un ruido. Sus amigos lo notan también, Jay se pone en posición de pelea mientras Evie se posiciona detrás de él.

Los ruidos se hacen más incesantes, hasta que de los arbustos sale algo que ninguno de los tres se esperaba.

Un zorro, y no cualquier zorro. Un zorro bebé. Carlos no evita el emitir un sonido de ternura y se acerca al animal, tomándolo entre sus brazos y acariciando su cabeza, el cachorro de zorro se acurruca en el pecho de Carlos, al parecer disfrutando del calor que el joven DeVil le compartía.

. . .


Mal ahoga un sonido de horror cuando su madre le arranca el corazón al Rey Felipe, el padre de Audrey.

Habían capturado a Felipe y a Stefan, Stefan fue el primero en morir, y cuando Felipe se atrevió a retar a Malefica, también firmó su sentencia de muerte.

Mal al igual que sus amigos no la ha estado pasando bien, y ya no soporta ver otra de las atrocidades que su madre comete con tal de saber el paradero de Aurora, y las tres pequeñas hadas que la ayudaron también.

Una llama azul bastante tenue se observa y crece con el paso de los segundos. Hades, Dios del Inframundo, señor de los muertos se hace presente en el lugar. Su padre está ahí, y no exactamente para detener a su madre.

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¡Hola queridos lectores! ¿Como están? Espero que bien.
Y si, tal como lo leen, he decidido hacer a Hades uno de los tantos villanos que los chicos tendrán que enfrentar.
¿Por qué? Adivinen ewe
Sin más que decir, me retiró.
¡Un abrazo psicológico y nos leemos en el siguiente!





Sweet Revenge ¦ DescendientesWo Geschichten leben. Entdecke jetzt