Capítulo 7

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MARFIL

Aquella noche me arreglé un poquito más de la cuenta. No porque me interesara impresionar a Liam sino más bien a otra persona en concreto. Que Sebastian me hubiese acariciado de una forma tan efímera no significaba absolutamente nada, pero nunca nadie me había hecho sentir tanto con tan poco.

Nunca había hablado de esto con Liam porque me avergonzaba admitir que con los chicos que había estado, casi siempre había tenido que fingir que me gustaba lo que me hacían. Por eso insistía en seguir intentándolo, quería sentir aquello de lo que se escribía en los libros, en las películas, quería sentir una pasión infinita que me llevase al quinto cielo y me dejase temblando sobre las sabanas.

Solo dos se habían acercado a algo parecido, y uno de ellos mejor ni recordar su nombre.

Cuando veía a Sebastian mi cuerpo temblaba, mi corazón se aceleraba y mis hormonas parecían tomar el control de mi cabeza. Si no tenía cuidado podía cometer alguna estupidez, y con él, sobre todo con él, quería ser de todo menos estúpida.

Tami, mi mejor y única amiga, aparte de Liam, me había mandado un mensaje preguntándome qué hacía aquella noche. Tami era mi polo opuesto. Mientras que yo disfrutaba saliendo de fiesta, conociendo chicos y bailando sin descanso hasta las tantas, Tami era tranquila, odiaba las fiestas y la música alta, su pasatiempo preferido era pintar, y salir a tomar café, charlar y bueno... poco más. La adoraba, eso sí, todas las cosas que a Liam no me atrevía a contarle Tami las sabía y ella conmigo hacía lo mismo, aunque sabía que había algo bajo su tranquilidad irrompible que me ocultaba a mí y al resto del mundo.

Liam no la soportaba. Cuando los presenté, un día que él me dijo de ir a cenar y yo estaba como loca porque mis dos mejores amigos se conociesen por fin, casi estalla la tercera guerra mundial. Tami se encontró incomoda casi todo el rato que estuvimos con él, y cuando Liam perdió la paciencia al ver que apenas intervenía en la conversación y que contestaba con monosílabos (algo que a mí también me fastidió en aquella ocasión), se gritaron, insultaron y ya no pudieron volver a verse.

No me gustaba esa guerra que había entre ellos porque los adoraba a los dos y parecía que se peleaban para llamar mi atención siempre que alguno de ellos estaba presente en el plan del otro. Esa ocasión por ejemplo, Tami me preguntaba si podía verme aquella noche, si tenía algún plan y porque no íbamos juntas a cenar a algún restaurante bonito.

Yo ya había quedado con Liam para ir al cine, pero también quería verla a ella, hacía semanas que no quedábamos. Al final me dejé convencer por mis preferencias, que era poder verlos a los dos aquella noche y le dije que se viniera al cine, obviado que Liam estaría allí, claro.

Cuando Sebastian me vio, arreglada para salir, simplemente me pidió un minuto para recoger sus cosas y las llaves del coche. No es que su indiferencia me sorprendiera, es lo que había recibido de ese hombre desde que lo había conocido, pero me había peinado y maquillado con esmero, me había puesto mi vestido color negro preferido, y mis sandalias con tiras en color dorado, solo para impresionarlo a él.

A lo mejor el roce de sus dedos contra mis labios había sido producto de mi imaginación...

Volví a subirme en el asiento del conductor y él volvió a reprenderme por ello.

—Me mareo si voy detrás—dije encogiéndome de hombros y mintiendo con facilidad. Era experta en las mentiras, las había necesitado durante toda mi infancia.

Sebastian me preguntó dónde íbamos y le dije la dirección. Como si se tratara de un amigo cualquiera di rienda suelta a mi personalidad y empecé a hacer preguntas otra vez.

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⏰ Last updated: Oct 17, 2019 ⏰

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MARFIL © (1)Where stories live. Discover now