Capítulo -5-

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─ ¡Hey! ¡No te lo tragues todo Tony! Tienes mucho tiempo.

Un grito ofensivo estalló desde el otro lado de la pequeña mesa. Jessica tenía la naturaleza oficiosa de la hija mayor, templada por la inocencia de sus quince años. Sus mejillas regordetas y sus rizos castaños le recordaban a Tony a su padre.

─ ¡Pero, princesa, me muero de hambre! – Tony gritó – Pagué por la comida. ¡Sigue sacándolos! ¡Puedo comer todo lo que tienes!

─ ¡Yo también voy a comer! – Chilló Tiki, encaramada en la pierna de Tony. Nesty Gorgoteó de alegría sobre su otra rodilla.

Grue observó la escena que se desarrollaba con horror. Tony ya había devorado siete platos de Doria. Sus dos hijas más jóvenes seguían el ejemplo de Tony. Se hacían las tontas mientras rebotaban sobre las rodillas de Tony.

─ ¡Tiki! Deja de hacer desastre. Ven a ayudarme un poco – Gritó Jessica, pero su hermana no hacía caso.

─ ¡Estoy comiendo con Tony!

─ Abba Goo – Nesty estuvo de acuerdo.

Tony miró a Tiki con un reproche fingido.

─ Cuando tengas a un hombre de mi calibre. ¿No deberías de ayudar? – Dirigió su atención a Nesty, quien intentaba de escalar su cabeza – Mi cabello no es para comer.

─ ¡Hey, te estas comiendo mi porción! – Grue trató de fingir una sonrisa

─ Soy el invitado aquí – Tony replico – ¡No seas tan malo! Vale Nesty ¡Abre! – Dándole un bocado de Doria en la boca.

─ ¿Qué hay de mí? – Se lamentaba Tiki – Aliméntame.

─ ¡Dios mio! – Grue hundio la cabeza en sus manos – Cada vez que vienes, este lugar se convierte en un manicomio, Tony.

Jessica le trajo a su padre una taza humeante de café. Era una chica sencilla, pero parecía saber cómo hacer que la gente se sintiera a gusto.

─ Todos aman a Tony – Señaló Jessica.

─ ¿Todos? – Grue le sonrió tímidamente a su hija con una ceja levantada – Pensé que tus mejillas se veían rosadas esta noche.

─ Yo... – Jessica estaba mortificada – No digas cosas estúpidas – Dejó la taza y huyó a la seguridad de la cocina para terminar el siguiente lote de Doria.

El bullicio del comedor finalmente se desvaneció cuando las chicas más jóvenes se apresuraron a hacer lo que sea que hagan las chicas jóvenes. Jessica llevó un montón de platos a la cocina. Tony y Grue se movieron a la sala de estar y se dejaron caer en un par de viejas sillas de cuero.

─ Maldición – Dijo Tony – ¿Cenar siempre tiene que ser una producción así?

─ Te ven como uno de ellos. Eres solo un niño en el fondo.

─ Dame un respiro – Tony suspiro – Pero está bien. La comida de Jessica no es totalmente repulsiva. Y me gusta estar aquí.

─ Mientras te guste estar aquí, eso es lo más importante. – Grue encendió un cigarrillo alejando el humo de Tony. – Es difícil para Jessica. Ella debería de estar afuera jugando con sus amigos, pero desde que mi esposa falleció, ella tuvo que intervenir y administrar la casa. No puedo agradecerle lo suficiente.

─ Y en nuestro negocio, no puedes simplemente ir y buscar otra esposa

─ Por eso tenía algo que preguntarte – Grue se acercó a su amigo sonriendo con picardía.

Devil May Cry Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora