Devil May Cry Vol.1

Capítulo -13-

"Todas las personas que se involucran con Tony se encuentran con un final difícil."

Nadie podía decir con certeza dónde se había originado este último rumor. Pero la historia avivó todos los temores en todo el bajo mundo, ganando credibilidad a medida que los mercenarios intercambiaban historias decoradas de las hazañas pasadas de Tony. No pasó mucho tiempo antes de que cada inmersión con el pie equivocado, la ley estuviera plagada de chismes sobre él.

La bodega de Bobby no era la excepción.

─ Nuestro Tony, ¿eh?

─ ¿No has notado que esa costra de Grue acaba de desaparecer? Escuché que se involucró con Tony y eso fue todo.

─ Sabes que no encontraron ni un solo cuerpo en el incendio del hospital.

─ Ese lugar había sido destrozado. La policía dijo que los cortes coincidían exactamente con su espada.

─ Ahora que lo mencionas, Denvers el perro loco, desapareció después de mezclarse con Tony.

─ ¿Recuerdas a Kerry? Después de que Tony la dejó, ella se abrió las muñecas.

Todos los tipos del bajo mundo eran cobardes y supersticiosos. Si algo siniestro estaba en el aire, tenía que apestar a Tony. Todos los mercenarios de todos los bares de la ciudad estuvieron de acuerdo.

...

─ Bueno, así es, Tony. Personalmente no tengo nada en tu contra, pero...

─ No te preocupes por eso, Bobby. Es natural que los otros chicos sean supersticiosos. No hay nada que podamos hacer al respecto.

Tony acababa de llegar y estaba hablando con Bobby  en la entrada del bar. El sol se puso y hubo una sensación de alegría que fluía desde la bodega de Bobby, pero el propietario había visto a Tony justo antes de que entrara por la puerta y se apresuró a salir en su encuentro.

─ Son más que solo rumores. La reputación de Gilver como un despiadado sigue creciendo. Todos los viejos alborotadores dan su peso gracias a él. Ahora estoy limpiando sangre todos los días. – La palidez enfermiza de Bobby reflejaba su fatiga – Creen que eres un cobarde, Tony. Si entras allí, alguien se peleará contigo.

─ Bobby, tienes una idea equivocada. Todo lo que quiero es un helado de fresa, no he comido uno por un tiempo – Tony saludó con brusquedad y echó andar por el callejón. – Su estómago gorgoteó de hambre.

Había gastado la mayor parte de sus ahorros abriendo cuentas bancarias para las dos hijas restantes de Grue. El resto lo había gastado reemplazando su amado abrigo rojo. Pero los rumores habían estado pasando factura. Noche tras noche, los agentes e intermediarios pasaban de él para un trabajo. Ahora su cartera estaba tan vacía como su estómago.

Tony se dirigió hacia la casa de Goldstein. Ella siempre tuvo tiempo para él, incluso si no le gustaba mostrarlo.

El rugido de su estómago era un patético sonido que marcaba su viaje.

...

Gilver se cruzó con Tony de camino a la Bodega.

Irradiaba vitalidad y salud, a pesar de las vendas que le cubrían el rostro. Gilver se había convertido en un elemento tan habitual en la escena del bajo mundo, que los mercenarios ya no notaban las vendas. Entró en el bar con elegante confianza.

─ ¿Todos están aquí? – Como siempre, era un hombre de pocas palabras.

Los hombres reunidos respondieron con entusiasmo.

─ Estamos casi todos.

Los mercenarios e intermediarios habituales se agrupaban alrededor de Gilver, que había tomado sin problemas las riendas como líder del sótano. El sistema de subasta empleado por el ausente Enzo había sido reemplazado por una captura gratuita para cualquier trabajo que Gilver no quisiera. El delgado guerrero se llevó la mayor parte del trabajo, dejando al resto de los mercenarios a pelear por las sobras.