Capítulo -10-

363 31 4
                                    

Tony estaba perdido en sus pensamientos después de salir de la tienda de Goldstein.

Caminaba sin rumbo por las calles antes del amanecer, con el cuello encorvado para ayudar a combatir el frio.

Sabía que pocas personas lo considerarían tranquilo o reflexivo, pero no conocían su verdadera naturaleza. Llegó a un callejón estrecho que conducía a su casa y se detuvo. Normalmente se habría ido directamente a la cama y dormido como una roca durante las horas del día, pero no estaba remotamente cansado.

Sus nuevas armas eran pesadas a su lado, con ganas de ser usadas. Sintió una ansiedad no identificada y se preguntó si estaba relacionada con la noche en el banco con el Club de Oz.

─ ¿Me deshice de todos los demonios? ¿Por qué no me han atacado desde ese día?

El sonido de una pisada devolvió a Tony a la realidad. Se dio vuelta instantáneamente, sacando las pistolas y apuntándolas al recién llegado. Sus armas estaban listas para disparar un momento antes de que la figura se mostrara.

Los ojos de Tony se abrieron y se congeló.

Su oponente era un hombre mayor con una elegante Python. Era una carga que él conocía mejor que nadie.

─ ¡Grue!

Su amigo esbozó una leve sonrisa.

─ Baja el arma, sabes que no tengo ninguna posibilidad contra ti.

Tony enfundó su arma y agarró a Grue por los hombros, ahogando la emoción.

─ ¿Dónde demonios has estado? ¿Qué ha pasado? No me vas a decir que has renunciado, ¿verdad?

─ ¿De verdad crees que soy el tipo de persona que renunciaría tan fácilmente, Tony? – Pero su respuesta fue sin vida, vacía.

─ ¿Qué pasó? ¡Hemos estado juntos por mucho tiempo! ¿Por qué desapareciste sin decir ninguna palabra? – Tony lo sacudió violentamente.

─ No te emociones, Tony – La voz de Grue era plana y vacía – Tengo mis propios problemas.

Grue miró a lo lejos, evitando los ojos de su amigo.

─ ¿Bien, qué es esto? – Eso solo irritó más a Tony – ¿Incuso consideraste lo que haría si desaparecías?

─ ¿Desde cuándo te preocupas por lo que le pase a otras personas?

─ ¡Por supuesto que estaba preocupado! ¡Cualquier cosa pudo haber ocurrido! – Tony soltó a Grue avergonzado.

Grue sonrió como un padre conocedor y encendió un cigarrillo. El humo hizo que Tony se sintiera nostálgico.

Cuando Grue habló, su voz era suave pero sus palabras eran duras.

─ Esto no es una amistad. Solo somos colegas. Eso es todo.

Tony se quedó ahí, sin palabras.

─ No podemos trabajar juntos para siempre. Tanto tú como yo tenemos que avanzar.

Esa declaración fría y lógica hirió profundamente a Tony. Como mercenario, sabía que las palabras de Grue tenían mérito. Pero los dos hombres eran amigos, nadie estaba más cerca de Tony que Grue, pero la voz del hombre fue cortada, como un padre que lamentablemente corta los hilos.

─ No te sientas mal por preocuparte por mí. Tienes tus propios asuntos entre manos y yo tengo mis propios problemas.

─ Entiendo eso, pero...

─ Entonces deja de hacer preguntas – Interrumpió Grue – Vamos a dejar las cosas así. No hagas esto incómodo. – Apagó el cigarrillo y se apartó de Tony – Tengo una trabajo que hacer, me voy.

Devil May Cry Vol.1Where stories live. Discover now