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-Iré a buscar a mi hijo -Habló Gine en un hilo de voz, rompiendo el crudo silencio en el comedor.

Bardock alzó la vista, encontrándose sentado frente a ella en la mesa. Tomó su vaso con agua, llevándoselo a sus labios, reposándolo ahí poco después; Un montón de imágenes a blanco y negro invadió por su mente, como si fuese un rollo fotográfico.

En ellas había recordado las peleas, los gritos, e incluso haber amenazado a su propio hijo. No iba a negar que lo último fue como un escarmiento hacia su sangre; Por el simple hecho de ya no saber qué hacer para poder hacerlo entender. Educarlo desde que se había mudado con ellos, fue completamente un reto, pero al pasar los años, la forma de ser de su segundo hijo había caído por la borda, porque al pasar el tiempo, se había convertido completamente en un rebelde.

Bardock reposó el vaso en la mesa, y miró a su esposa detenidamente. Negó con la cabeza sin saber que decir.

-Entiéndeme -Suplicó la mujer. -Han pasado meses desde que se fue, necesito ir a buscarlo, necesito-

-No -Interrumpió. - ¿Hasta cuándo vas a entender que lo único que provocó tu hijo fue que tú empeoraras de salud? -Le recordó. -¡Mírate! Perdiste mucho peso, e incluso te enfermaste, ¿Qué no lo ves? -Gine lo miró sin nada que decir en su defensa, bajando la mirada poco después al saber que lo que estaba diciendo, no era mentira. -Es mejor que él nunca vuelva a poner un pie en esta casa

- 'Nuestro hijo' -Corrigió. -Que no se te olvide que estás hablando de tu propio hijo, ¡De tu sangre! -Alzó la voz, haciendo callar a su esposo. -Además, no te pedí permiso, solamente te estoy avisando -Gine se levantó de la mesa, dada por terminada la discusión. Tomó un suéter grande para poder cubrirse del frío, y después caminó en dirección hacia la puerta, pero un agarre en su brazo la detuvo, volteando a sus espaldas, observando cómo la mirada de su esposo se convertía en una amenazante.

-Tú no irás a ningún lado -La jaló hacia él para pegarla en su pecho, para poder abrazarla y aferrarse a ella, tomando a la mujer por sorpresa. -Ni se te ocurra salir a buscarlo

-Necesito verlo -Cerró sus ojos sin poder aguantar más las lágrimas, sintiendo la calidez de su esposo como consuelo. -Bardock, por favor...

El orgullo de su esposo había desaparecido, aflojando su agarre para que Gine se zafara de él, la miró detenidamente sin decir ninguna palabra, su mirada se tornó fría. Ignoró por completo aquello, y Gine salió de la casa, cerrando la puerta a sus espaldas, dejando a Bardock parado ahí de pie en la misma posición, intentando abstenerse a sí mismo de no ir detrás de ella.


☁️☁️☁️



-Bulma, ¿Qué estás haciendo aquí?

La dulce voz de su mejor amiga la despertó de sus pensamientos vagos. La mirada de Bulma estaba posado hacia la nada, estaba fuera de sí, y no sabía por qué exactamente... ¿O sí?

Lo único que sabía era que la compañía de aquel muchacho con otra mujer, pudo sentir en aquel momento cómo su corazón comenzó a doler. Totalmente tonto, ¿cierto? Con tan solo conocerlo hace poco, aquel chico hizo un despertar en su corazón, no entendía por qué había sentido algo como eso, ¿Acaso era un amor a primera vista?

Ya había oscurecido, las calles estaban completamente solas, lo único que acompañaba la fría noche, eran los postes de luz de color tenue, y la luz de la luna decorando el cielo. Bulma estaba sentada en una banca esperando que la cita de Goku y Milk terminara, para que ella y su mejor amiga se fueran camino a la corporación juntas. La chica de cabellos púrpuras se levantó de su lugar sin responder a la pregunta de su amiga, comenzando a caminar dirigiéndose a su hogar, perseguida poco después por Milk.

-¿Qué sucede? -Insistió al estar junto a ella caminando lentamente.

- ¿Recuerdas a Vegeta? ¿El que asistió a mi fiesta de cumpleaños? -Preguntó sin desviar la mirada de enfrente.

-Por supuesto -Asintió. - ¿Cómo no lo voy a recordar? Si estabas tan embobada con él -Rió sin poder evitarlo, pero Bulma solamente le ofreció una sonrisa en respuesta, una sonrisa rota. Y Milk se percató de ello, borrando su sonrisa al instante. -¿Qué sucedió con él? -La mirada de la chica ahora era en total preocupación.

-Él tiene novia -Sonrió en total decepción, deteniendo su caminar. -La chica es muy bonita, y... y-yo -Las lágrimas se habían hecho presentes, sintiendo cómo su garganta comenzaba a doler. -Ahora entiendo por qué él no me eligió a mi -Habló sin siquiera mirar a su mejor amiga. -Porque no soy bonita, porque no soy ella

-Pero que tonterías estás diciendo -Milk limpió las lágrimas que escapaban por los ojos púrpuras de la chica. Alzó su mirada con su mano para que la mirara detenidamente. -Eres muy hermosa, Bulma, no digas que no lo eres, porque no es cierto -Milk le sonrió enternecida. -Además, apenas lo conociste hace unos días, deja que pase el tiempo, así tú y él se conocen -Bulma alzó la vista. -Y quién sabe, puede que lleguen a ser algo ustedes dos en un futuro -Le sonrió tiernamente, mirando los ojos de Bulma, que comenzaron a brillar intensamente, sonrió en respuesta y la chica pelinegra la jaló hacia ella para abrazarla dulcemente, dejando que Bulma llorara en sus brazos sin poder evitarlo.

-Deja que el tiempo pase, mi Bulma -Susurró.


☁️☁️☁️

Gine comenzó a caminar por las frías calles de Ciudad Satan, se abrazaba a ella misma para así poder cubrirse del frío, aunque llevaba una grande sudadera puesta, el frío no disminuía. Respiró ondo, soltando el aire por sus labios, saliendo un gran vaho de ellas siguiendo aún su camino, aunque no sabía dónde exactamente se dirigía, confiaba en ella misma de que iba por el camino correcto hacia la casa del maestro Roshi, donde seguramente se encontraba su hijo.

Las calles comenzaron a tornarse más oscuras al dar la vuelta por una calle, las luces cada vez eran menos tenues que antes, comenzando a preocuparse; ahora sí no sabía dónde se encontraba. Volvió a dar vuelta, regresando por dónde se había venido, siguiendo las luces que eran por mucho más brillantes. Pero pocos minutos después, sintió cómo su vista comenzó a nublarse, intentó parpadear varias veces e incluso cerrar los ojos fuertemente para así poder ver bien nuevamente; pero le fue imposible.

-Kakarotto... -Susurró sin fuerzas.

Ahora su cabeza comenzaba a dar vueltas, sintiéndose marear e incluso sentir náuseas, sus piernas comenzaron a temblar, hasta que ya no pudo resistir más su propio peso; Se dejó llevar por la gravedad, dando contra el frío cemento. Con mucho esfuerzo, volteó su vista hacia su izquierda, sus ojos entrecerrados observó con dificultad a un hombre a lo lejos, que comenzó a correr hacia ella, pero no pudo pensar, ni siquiera en descifrar sobre quién podría ser, dándole lo mismo si algo malo le llegara a suceder. Sintió cómo aquella persona al llegar, la cargó entre sus brazos, alzándola con mayor facilidad como si se tratase de una delgada y frágil pluma.

Gine cerró sus ojos, y todo se volvió completamente negro.


Gine cerró sus ojos, y todo se volvió completamente negro

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stay ⚘ gochi [NO FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora